《5》

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«Veía en mi mente oscuridad, horror, miedo y desastre. Era un mundo diferente, donde no había límites, ni humildad, siquiera reglas. Oía gritos ahogadores, de terror y desdén. Había pasado algo malo allí, y no me gustaba estar ahí, pero no me podía salir de ahí, me daba escalofríos.

De un momento a otro estaba en la entrada del pueblo. Bestery Walls yacía en un cartel de hierro al lado de la carretera. Había silencio, mucho silencio, después solo se oían de lejos la hojas golpearse unas con otras haciendo una especie de canción. Se tintineaban y el viento le ayudaba, dando otro tipo de sonido. Conocía esa melodía suave, era una canción de cuna.

Observaba los arboles lentamente, buscando algún indicio de lo que estaba pasando, pero estos solo se movían, el cielo estaba nublado y gris, y la neblina cubría gran parte de la zona. Cerraba los ojos, siguiendo la melodía y sintiendo como mi cuerpo se dejaba llevar por ella, como si volviese a respirar.

Un grito, otro y otros más me despertaron del trance, al abrir los ojos me encontraba frente a una casa gigante, al lado de un pequeño jardín, se encontraba un buzón, que decía algo en alemán, no sabía exactamente que decía, pero sabía que una de esas palabras era Familia.

Familia, repetí.

Entré en ella y un pequeño recibidor antiguo se mostraba tras la puerta, seguido de una escalera que conectaba al segundo piso. Todo se veía de pueblo, antiguo y bonito. El color marrón resaltaba en la decoración. Al llegar al piso superior, separaban tres piezas con puertas de madera. Una de ellas estaba abierta, de la cual salían y entraban empleadas de casa, con toallas y tasas.

Había un grupo de personas alrededor de una gran cama, mientras que de ella salían gritos de una mujer. Busqué paso entre las personas y una señora de no más de 30 años, estaba con las piernas abiertas y podía ver su intimidad, de la cual empezaba a salir la cabeza de un bebé. Estaba dando a luz. Después de haber cortado el cordón umbilical, la pequeña abrió sus ojos y se podía ver un azul brillante resplandecer de ellos, hasta que la mujer que la cargaba quitó su mano de la cabeza de la pequeña. Divisaron el pequeño cabello de ella, era un rosado pálido que iba creciendo por minutos, hasta quedar un poco largo. Las personas alrededor quedaron sorprendidas y asustadas, incluso su madre.

—Es un fenómeno —salió de repente de mi boca sin previo aviso, pero con voz grave, esa no era mi voz, era la de un hombre. Todos los presentes me miraron y se quedaron estáticos—. A creado un demonio o un tipo de bruja.

—¿Que estas diciendo?, es nuestra hija —respondió la mujer mirándome.

—Es un demonio, mira sus ojos y su cabello, incluso en su sonrisa se nota lo que es —señaló la pequeña, la cual miraba sonriente a la mujer que la sostenía con miedo. En su pequeña boca, se notaban ya dos dientes. Estaba creciendo rápido. Eso no era posible—. ¡Debe ser sacrificada! —grité, aunque tuviese las peores ganas de taparme la boca por las palabras que salían de allí. Seguido me encontraba en un acantilado, bastante grande. Abrí los ojos al ver lo alto que era. La madre de la bebé había sido tirada en el acantilado, hecha en llamas y la pequeña la dejaron ahí, hasta que muriese. A los dos días del acontecimiento que quedó en la memoria de los pueblerinos alemanes, como la muerte de una bruja, una mujer desconocida la encontró y la recogió, mientras lloraba y tenía hambre. Me dolía el corazón ver lo que pasaba.

Pasaron los años y la pequeña niña, cada vez se volvía mas hermosa y admirable, a ella le pasaba lo mismo que a mi, uno de sus ojos brillaba a veces y los dos lo hacían cuando había Luna llena. Sentía a alguien entre las sombras, entre lo que nadie se atreve a ver. Llegó a la etapa de la adolescencia, conoció a un chico y se hicieron amigos, luego terminó por enamorarse de él, pasaron momentos felices y tiernos, estaba perdidamente enamorada, hasta que él mismo la traicionó con otra, que no venía con buenas intenciones.

La pequeña pelirosa empezó a experimentar el dolor y caían mares de lágrimas por sus ojos, lloraba en silencio y odiaba sentir dolor. Pensaba lo peor, sentía lo mismo que yo, odiaba lo que estaba sintiendo, pasaron los días y se volvía cada vez mas diferente, hasta que el mismo chico que la enamoró, la molestó y esta no aguantó, que murió instantáneamente por una de las carretas que se encontraban cerca de ella, que cayó en él.

No podía sentir nada más que deseo por tener algo más poderoso, su odio había incrementado y deseos de vengarse eran más grandes que la humildad que su madre adoptiva le había inculcado durante su vida. Aun así sentía que algo le faltaba, algo necesitaba para completarse. La misma noche, tuvo un sueño extraño, el cual yo no podía ver, pero presentía cual era, era yo quien ella estaba soñando, estaba pasando algo que yo no podía ver pero que sabía que era peligroso. Por último esta sonrió dormida y se volvió oscuro.»

—¡Dios! —grité al levantarme. Estaba sudando y me encontraba en medio de unos arbustos acomodados como cama.

—¡Liz! —escuché gritar. Mi amigo estaba de rodillas a mi lado, con una que otra lágrima en sus mejillas. ¿Por que lloraba?, no había muerto—. Me asustaste mucho, pensé que habías muerto —me abrazaba como si se le fuese la vida.

Aún no calculaba lo que pasaba, seguía teniendo en mi mente la pequeña niña de pelo rosado. No me explicaba por qué había visto eso, y por qué me había desmayado. Nunca me había pasado, estaba bien de salud.

—Liz, es mejor que te llevemos a tu casa —terminó el señor Miller, levantándome del suelo y llevándome a su camioneta, con mi mejor amigo a su lado, tomándome la mano.

Sin embargo en mi mente estaban todos esos recuerdos dolorosos, donde la persona en la que estaba viéndolos, era el causante de tanto sufrimiento. ¿Que clase de hombre sacrificaria a su propia hija, solo por nació diferente?, ni siquiera se tomaron el tiempo de entenderlo. No obstante, no podía negar que se trataba de una época en la que las personas les asustaba mucho más lo desconocido, aquello que no era a lo que sucedía normalmente.

Lucifer; Oscuros Deseos © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora