Dieciséis años de paz

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Mientras las hadas madrinas encabezaban la travesía hacia la cabaña donde pasarían los próximos dieciséis años, se aseguraban que ninguna persona los estuviera siguiendo; a pesar de que Uraraka había desparecido todo rastro de magia que pudiera delatarlos nunca se podía estar seguro de si alguien se estuviese escondiendo entre los matorrales.
En cuanto llegaron al lugar prometido pudieron volver a respirar con tranquilidad, los primeros rayos del día se asomaban entre las montañas y el cansancio no se hacía esperar. Uraraka e Iida fueron los primeros en irse a descansar, dejando a Bakugou sólo con un bebé en sus brazos, sus ojos se cerraban del sueño, pero no podía arriesgarse a que algo malo le pasara a Izuku.
"¿Sabes? No me agradas para nada. Tengo que pasar gran parte de mi extraordinaria vida cuidando de un niño como tú. ¡Me molestas, eres un bueno para nada!... Deku... ese sería un buen nombre para ti, ¿no lo crees?... Deku..."

...
"Ka... chan... cchan... ¡Kacchan!"
"¿Huh? ¿Kacchan?"
"¡Kacchan! ¡Kacchan! ¡Kacchan!"
"Ese es... ¿mi nombre? ¡¿Escuchaste eso Uraraka?! ¡Acaba de decir mi nombre!"
"¡¿En serio?! ¡Woah, eso es genial Deku!"
"¡Te dije que yo sería el primero! ¡¿Cómo se siente la derrota?!"
"¿Pero no te molesta que te diga Kacchan? Es un nombre demasiado lindo para ti."
"¡Uraraka! ¡Uraraka!"
"¡Ahora dijo mi nombre! Eres muy lindo Deku."
"¡¿Dónde está Iida?! ¡No puede perderse esto!"
"¡Iida! ¡Iida!"
En cuanto Deku pronunció el nombre de Iida, éste llegó tan rápido como pudo de dondequiera que estuviese, tomó al pequeño que yacía sentado en el pasto y empezó a lanzarlo y atraparlo en el aire como un padre haría con su hijo pequeño, unas cuantas lágrimas se podían ver a través de sus anteojos.
"¡Estoy tan feliz! ¿Escucharon eso? ¡Dijo mi nombre!"
"¡Pero primero dijo mi-! ¡Kuh!"
"¡No le arruines el momento a Iida! ¿No ves lo feliz que está?"
Cada momento en el cual veían crecer más al pequeño príncipe era bastante valioso para ellos, no importaba realmente si era bueno o malo, porque así podían crecer ambos lados al unísono. Pero, a su vez, olvidaban que debía llegar un momento en el cuál no podrían volver a convivir de la misma forma, como una familia, y Deku les tomaba más cariño a sus "hermanos", parecía que esos días de completa felicidad nunca iban a desaparecer.

...
Si había una cosa en el mundo que Deku más amaba era aprender cosas nuevas que pasaban a su alrededor, siempre que Iida salía a la ciudad por comida o ropa, volvía con varios libros y cientos de historias que lo fascinaban, todo lo que no estaba a su alcance hacia que fuera más intrigante para el pequeño, e incontables veces pidió ir a la ciudad pero siempre sin éxito.
"...¿Recuerdas el castillo gigante del que te conté?"
"¡Sí! ¡El que se parecía al del libro!"
"Me alegra que lo recuerdes muy bien, pues parece que hace unos cuántos días hubo una infiltración de villanos."
"¡Pero el Rey los derrotó a todos! ¡¿Verdad?!"
"Así es, ¡ocupó su gran Quirk y los sacó del castillo de un puñetazo!"
"¡Woah, algún día quiero tener una Quirk como la de él!"
"...A puesto que serás muy fuerte, Deku."
"¡Seguro los derrotó al igual que la vez en que fue atacado al lado de la barranca! ¡Con un Bam! ¡Y luego un Pow!"
A Iida le encantaba ver así de emocionado a Deku cada que le hablaba sobre All Might, ¿qué pensaría cuando supiera que es su padre y heredara su mismo poder? La paz que le daba ver feliz al pequeño se convirtió en una tremenda angustia al ver una bola de fuego que se elevaba no muy lejos de donde estaban, tomó a Deku en sus brazos y corrió lo más rápido que pudo a la Cabaña, Uraraka estaba fuera de ésta y también había podido ver la explosión.
"¡¿Qué fue eso?! ¡¿Deku no está herido?!"
"¡Deku está bien, pero esa explosión fue muy cerca de donde estábamos! ¡¿Y Bakugou?!"
"¡Creí que estaba con ustedes! ¿No estará luchando, cierto?"
"¡Iré a buscarlo, lleva a Deku dentro de la cabaña y si siguen las explosiones llévalo a un lugar seguro!" Al mismo tiempo en que Iida decía esto bajó a Deku de sus brazos para ponerlo cerca de Uraraka, no sin antes darle unas pequeñas palmaditas en la cabeza que eran la forma de demostrar afecto de éste.
Mientras corría entre la espesura del bosque para llegar al punto donde había sido la explosión se cuestionaba qué era lo que había pasado para que Bakugou usara sus explosiones. Es cierto que la clase de magia que tenían no les permitía realizar ningún tipo de magia explosiva o algo muy peligroso, pero Katsuki había estado desarrollando bombas que fueran a punto de ser letales, no lo parecía pero en verdad era un "nerd" de la química, todas y cada una de sus bombas habían sido completamente desarrolladas por Bakugou y nadie más, con todo y los defectos que éstas tuvieran seguía siendo impresionante.
En unos cuantos segundos pudo ver a lo lejos a Bakugou que arrastraba un saco bastante pesado, y su expresión era de furia total.
"¡Bakugou! ¿Estás bien?"
"¡Mejor que nunca! Parece que esta bestia dentro del saco buscaba a Deku, ¡pero pude probar mi nueva bomba con él!"
"¡¿U-un infiltrado?! ¡¿Descubrieron la guarida?!"
"Aún no estoy seguro, no era tan fuerte como yo pero debió de estar en este bosque por algo."
"N-no me digas que lo mataste..."
"¡¿Me crees estúpido?! ¡Obviamente no lo mataría, sólo está inconsciente!"
"Entonces, ¿qué fue la explosión de hace un momento?"
"Lancé una bomba, pero el muy cobarde la esquivó. Aún así con todo el humo de la explosión se cegó y pude atraparlo."
"Menos mal... No deberías darnos sustos como esos."
"¿Deku está bien?"
"Algo asustado, pero no sabe qué es lo que está pasando."
"En ese caso es mejor que botemos la basura en un lugar alejado."
"...¿No es muy arriesgado dejarlo dentro del saco en un lugar alejado?"
"¡No lo voy a dejar dentro del saco, maldición! ¡Lo llevaré a un lugar alejado y que parezca como si se hubiese golpeado con algo, dudo que recuerde algo!...Me molesta que me trates como a un niño que no sabe qué hacer."
Bakugou siguió con lo que estaba haciendo desde un principio, dejando a Iida incapaz de siquiera oponerse y con una angustia aún más grande.

Desde aquel incidente ya habían pasado unas cuantas semanas, tanto Uraraka como Iida aún no podían dormir tranquilamente sin pensar en que podrían ser atacados en cualquier minuto, siempre cuidaban a Deku más de lo común, ya que todavía quedaban otros ocho años para que por fin estuviese a salvo bajo las paredes del castillo. A comparación de ellos, Bakugou seguía inerte, siempre que podía robar a Deku de los "paranoicos" lo llevaba al bosque a jugar, cazar peces o escalar montañas, no tenía miedo de algún ataque sorpresa o parecido, porque cuando el hombre se despertó no recordaba cómo había llegado ahí, y el hecho de que siempre llevara bombas con él lo hacía sentir seguro.
Un día de todos los que llevó al pequeño a jugar con él cayó una de las más fuertes tormentas que jamás se habían visto en el reino, así que ambos se refugiaron rápidamente en una pequeña cueva.
"K-Kacchan, ¿crees que Iida y Uraraka estén preocupados?"
"Me sorprendería que no lo estuvieran, lo más seguro es que en cuanto vean que pare un poco la lluvia salgan a buscarte."
"¡Pero si estoy con Kacchan nada malo me pasará!"
"¡Así se habla, Deku!"
En su estadía en la pequeña cueva que parecía eterna, Deku le contaba las historias que siempre escuchaba de Iida, y más que nada sobre lo fabuloso que era el Rey, Katsuki lo escuchaba atentamente y de vez en cuando también contaba unas historias de su vida. Entre todo el ruido de su plática y el goteo incesante de la lluvia, Bakugou no había escuchado unos pasos apresurados que cada vez se acercaban más y más hasta que retumbaban en la pequeña cueva.
"¡¿Qué es eso, Kacchan?!"
"Habla más bajo Deku, esos pasos no son de solo dos personas desesperadas."
Justo arriba de sus cabezas, pasaban varios hombres dando pisadas estrepitosas, de todo el mar de conversaciones Katsuki solo pudo escuchar palabras como "Rey, Shigaraki, pelea y muerte". Sin duda ellos eran aliados de Shigaraki, pero no parecían que estuviesen buscando al Príncipe que se encontraba a su lado, aún así, apegó a su cuerpo a Deku esperando que si los descubriesen al menos sirviera como escudo de éste.
"Kacchan, ¿qué debemos hacer?"
"Esperar a que ellos se vayan muy lejos de aquí. Si salimos ahora podrías correr peligro."
"T-tengo mucho miedo."
"¡No tengas miedo, porque yo estoy aquí!"
"¡Ah, esa es una frase del Rey!, ¿cómo la sabías?"
"Hace bastante tiempo, el Rey me rescató y para tranquilizarme me dijo eso, es de lo poco que recuerdo de él."
"¡¿En serio?! ¡¿Por qué nunca me lo habías contado?!"
"Oye Deku, baja más la voz."
"A-Ah, lo siento, siempre me emociona mucho escuchar historias del Rey y lo genial que es. ¿Cuándo te rescató?"
"Probablemente tenía la misma edad que tú, no recuerdo mucho de lo que pasó aquella vez."
"¡Cuéntame la historia! ¡Cuéntamela!"
"Hmmm, no me apetece justo ahora... Tendrás que esperar hasta que lleguemos a la cabaña."
"¡Pues vámonos ya! ¿Qué esperas?"
"Parece que ya se han alejado bastante... Bien, saldremos ahora pero debes de procurar no hacer ningún ruido o te mataré, ¿entendido?"
Deku asintió y ambos salieron de la cueva en dirección a la cabaña.

Apenas atravesaron la pequeña puerta de la cabaña, ambos recibieron regalos y discursos acerca de que escaparse estaba mal, y que Deku pudo haber estado en peligro de resbalarse y golpearse o inclusive algo peor, como que le cayera un rayo. Tal parecía que ni Iida ni Uraraka habían visto a los hombres que atravesaron el bosque, o bien habían tomado otra dirección contraria a la cabaña.
Después de el martirio, Deku y Bakugou subieron a la habitación que compartían para por fin descansar después de un agotador día, dormían en la misma cama, pero ambos se habían acostumbrado a la presencia del otro.
"Kacchan, ¿me contarás tu historia con el Rey?" Deku susurraba para que nadie más que Bakugou estuviera al tanto de que siguiera despierto tan tarde.
"No recuerdo muy bien qué pasó, además de que quiero dormir y contártela implicaría que te quedaras despierto por otras horas."
"...¿Algún día me la contarás?"
"En tus sueños... O quizá cuando cumplas dieciséis años. Lo primero que pase."
Deku se acurrucó cerca de Katsuki tal y como solía hacer cuando era más pequeño, solo así se sentía más seguro que nada.

The sleeping princeWhere stories live. Discover now