-Pero tengo hambre

  -Señorita Elsa, les prometimos que no empezaríamos hasta que ellos llegaran, después de todo, Anna cocinó por un arreglo que tiene con Kristoff- explicó Olaf.

  -¿Un acuerdo?- preguntó la reina con curiosidad.

  -Bueno, es que él decía que yo no podría ni cortar bien la verdura, a lo que yo le dije que estaba equivocado ¡quién no sabe cortar verdura!, entonces intenté demostrárselo, pero cuando rebané la zanahoria terminé cortándome estos dos dedos- Anna levantó el mayor y el anular, que tenían pequeñas cicatrices.- Después, Kristoff, empezó a refregármelo en la cara, diciendo que era una niña mimada que había crecido en un castillo que no podía ni cortar verdura sin lastimarse ¿Puedes creerlo? 

  -¿La verdad? Sí.- Dijo riendo Elsa.

  -Me alegra contar con tu apoyo- replicó Anna sacándole la lengua- Le dije que yo por lo menos sabía hacer unas tortas deliciosas, cosa que desmintió, yo le decía si, él no, yo sí, él no y así por un largo tiempo, por lo tanto me ofreció una apuesta: si yo podía hacer una torta de chocolate por mi cuenta él iba a dejarme conducir su trineo nuevo, al cual por cierto parece que quiere más que a mí, y si yo no podía, tenía que admitir su superioridad estando de rodillas y regalarle una dotación de un año de zanahorias a Sven

  -¿Ustedes dos nunca se cansan de hacer esas cosas? Vos ya tuviste que limpiar ese trineo con un pequeño cepillo una vez y también vi a Kristoff usando vestido, todo por unas tontas apuestas.- Comentó Elsa. Aunque Anna sabía que en su interior su hermana ansiaba verla de rodillas diciéndole a su novio que era mejor cocinando.

  -Elsa, ¿alguna vez te cansas de respirar?

  -No- contestó riendo, divertida por la comparación

  -Yo no necesito respirar- dijo Olaf, obviando el sarcasmo. Unos ruidos le hicieron reaccionar y corrió hasta la puerta- ¡Chicas! Ya llegaron- Anunció poniéndose nervioso y agitando esas ramas que tenía por brazos.

  Anna agarró un pedazo de pastel, se escondió y, apenas cruzó Kristoff por la puerta, se lo metió por completo en la boca. Él empezó a toser del susto y la sorpresa, mientras se doblaba hacia abajo.

  -Ups, lo siento, lo siento- se disculpó, luego de ver que él estaba bien, se irguió nuevamente, cruzando los brazos sobre su pecho- ¿Y? Está delicioso, ¿no es así?- preguntó.

  -Debo admitir que está bastante bueno, pero sería mejor si no me lo hubieras empujado por la garganta- le reprochó Kristoff, su cara seguía roja por el esfuerzo. Luego saludó a Elsa con una leve inclinación de la cabeza acompañada con una sonrisa a la cual la reina acompañó.

  -¡Eso significa que Anna gana!- exclamó Olaf y alzó la mano para que Anna la chocara con la suya.

  -¿No soy la mejor Olaf?- preguntó la princesa.

  -¡Claro que sí!

  -Bueno, tampoco es para tanto, sólo se trata de un pastel de chócola...- Se vio interrumpido por Anna, que había vuelto a meterle más pastel en la boca.

  -Te gané, acéptalo. ¡Ahora voy a poder conducir ese hermoso trineo!- saltó entusiasmada.

  Escuchó a Elsa reír al ver que el rostro de Kristoff se volvió pálido del miedo.

  -Lo lamento por vos, Kristoff- dijo la reina con una sonrisa y la mano llena de torta.

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  -¿Te sucede algo, Anna?- preguntó Kristoff.

  Habían pasado toda la mañana juntos caminando por el castillo, pero Anna no podía sacarse de la cabeza el hecho de que Elsa tenía un secreto. Su humor se había vuelto más serio a medida que el día pasaba y ella aún no descubría qué era lo que su hermana no le quería decir.

Los guardianes del invierno (Jelsa Fanfic) [Terminada]Where stories live. Discover now