El tren.

13 2 8
                                    

Ya estaba lista. Al siguiente día, debía ir con todo lo que necesitaba en el año a la estación 9 y 3/4. A mis padres les pareció extraño, porque nunca vieron una estación así allí. Ellos siempre se iban de viaje en tren por asuntos de trabajo.

Cuando llegamos, vi a unos chicos pasando a través de la pared. Uno era pelirrojo y el otro era Harry Potter. ¿Cómo no conocerlo? También estaba el chico tímido y empezó a hablarme, esta vez, más simpático que el otro día.

-Hola...soy Adam...¿te acuerdas? El de la otra vez, en la librería.-vaya...así que no se llamaba ni Rubén ni Fabián.-¿qué tal? ¿Emocionada?

-Un poquito...es que...¿no estás nervioso? Encontrarte, de repente, con un mundo lleno de magia, o al menos, para mí, es que mis padres son muggles y no sabíamos nada...

-¿En serio? Mi madre también es una muggle. En cambio, mi padre es un mago, pero no se le da muy bien la magia...-dijo con una pequeña sonrisa en su cara.

-Y una pregunta...¿sabes cómo llegar a la estación 9 y 3/4? He visto a un par de niños atravesar la pared y me pregunto si hace falta algún tipo de conjuro o algo.

-Bueno, mi padre me explicó que debes ir corriendo hacia la pared y pasarás mágicamente. Pero sólo los alumnos de Hogwarts pueden pasar.

-¿De veras? ¡Genial, genial, genial, genial! ¿Pasamos juntos?

Adam se sonrojó un poco.

-V-vale.

Corrimos hacia la pared cogidos de la mano y las maletas en un carrito. La atravesamos. Cuando llegamos a la estación 9 y 3/4, el tren estaba listo para irse. Me quedé en una cabina con Adam, diciéndole adiós a mis padres. También vi a William, pero estaba ocupado hablando con sus amigos y no me pareció bien interrumpirlo, por lo que me quedé a hablar con Adam. Una señora con un carrito lleno de golosinas apareció en la puerta. Como no tenía dinero, no compré nada, aunque esas golosinas tenían una pinta...

-Dos cajas de ranas de chocolate, por favor.-dijo Adam, sorprendiéndome.

Éste me tendió una de las ranas de chocolate.

-¿Para mí?.-él asintió.- ¡Gracias!

-D-de nada.

Al abrir la caja, la rana de Adam se fue saltando fuera de donde estábamos. Yo fui corriendo a recogerla, y la rana paró en la cabina de William con sus amigos.

-Hey, hola Krystal.-dijo William

-Oye Will, preséntanos a tu nueva "amiguita".-dijo uno de sus amigos, dándole un codazo a William.

-No tengo por qué, Jake.-contestó.

-Vamos Will, no todas deben ser para ti.-dijo el otro chico, haciendo que Jake y él se rieran.

-Bueno, yo...me tengo que ir...solo venía a por la rana, adiós William.-dije.

-Llámame Will, si quieres.-en cuanto dijo ésto, le dio una patada y un coscorrón en la cabeza a Jake y el otro chico.- ¡No digáis estupideces, Jake, Ben!-exclamó al ver reírse a los dos chicos de pelo negro, ambos gemelos. Will también se empezó a reír.

-Entonces, yo ya me voy.-dije

-Hey Krystal, quédate por favor.- dijo, con media sonrisa en su cara.

-Lo siento, pero tengo que irme con Adam.-contesté, dándoles la espalda.

-¿Quién, ese chico estúpido que no sabe ni abrir un paquete de ranas de chocolate?-preguntó Will, estallando de risa con sus amigos.

-Para que lo sepáis, es mucho mejor estar con él que con unos memos como vosotros.-dije, alejándome cada vez más de ellos.

Entré a la cabina donde estaba Adam.

-¿Por qué has tardado tanto? ¿Tan reboltosa era la rana?- preguntó Adam, sonriendo.

-Es mejor una rana revoltosa que estar con esos cretinos.-dije, echando humo.

-Oye, ¿ha pasado algo?-preguntó Adam, extrañado.

-No nada, no te preocupes.- le dije sonriendo. Él no debe pagar por la estupidez de unos idiotas como ellos.

Al sacar la rana de mi bolsillo, la encontré espachurrada, por lo que le di la mía.

-No, no, ésta es la tuya.-dijo Adam.

-Bueno, entonces...- partí la rana por la mitad, dividiéndola en dos para cada uno.-Para ti.

-G-gracias.-dijo Adam, sonrojado.

El tren se paró. Ya habíamos llegado a Hogwarts. Nos esperaba el director, llamado Dumbledore.

______________________________________

¿Qué tal? :3 ¿Os va gustando la historia? 🤗

Dos casas, un amor [PAUSADA]Where stories live. Discover now