✖Capítulo final.

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—Sí nena, tenemos que hacer muchas cosas juntos hoy. También he notado que te ha gustado —sonrío conforme— ¿te confieso algo? —mirándola intensamente. 

—¿Qué cosa? —mirándome de la misma forma.

—Eres hermosa, preciosa... no me canso de mirarte. Eres como un espejismo, tan irreal... ¿es legal que seas tan hermosa? —alcé una ceja sonriendo de costado. Sus mejillas se tornaron de color rojizas, agachó la mirada porque sabía que si me miraba, se sonrojaría más. 

—No exageres, tampoco soy una diosa griega o algo por el estilo —río leve mordiéndose el labio— ¡y me pones colorada! Agth, sabes que no me gusta. —negó con la cabeza riendo leve.

—Sé que te gusta nena, no mientas —extendí mi mano tomando su mentón— no estoy siendo exagerado, tú belleza es exagerada. Eres preciosa y no me cansaré de decirlo. —sonreí besando su sien. Pude sentir como su cuerpo se estremecía ante aquella caricia.

—Puede que sí, pero puede que no —guiñó el ojo sonriendo burlona— ¿Te digo algo? Esto es raro. —rio sin muchas ganas.

—¿Raro en qué sentido Kelsey? —elevé una ceja mirándola interrogativa.

—Raro en que estamos así de bien... no lo sé, se me hace raro. Pero me gusta, me encanta estar bien contigo. —murmuró acercándose a mis labios. Nos miramos detenidamente a los ojos, bajé mi mirada a sus labios y ella fue quien me besó, suavemente y lentamente como si fuese a succionar todo el sabor de mi boca para guardarlo como un recuerdo. 

—A mí también me encanta que estemos bien, me siento realmente en paz y bueno, amo estar junto a ti. —susurré sobre sus labios. Volví a besarla saboreando cada centímetro de su boca, joder, la amaba y no quería, no podría permitir que se fuese de mi lado... «Lo pensaste demasiado tarde» no, claro que no. Aún podía recuperarla y eso estaba haciendo.

Sus manos se aferraron a mi cintura dejando su cabeza acostada en mi espalda, sonreí mirándola por el rabillo del ojo y empecé a andar en la moto de agua, empecé despacio para luego ir más rápido, aumentando la velocidad. Me fascinaban éstas cosas, cada vez que podía, alquilaba una y andaba en ella junto a mis amigos, sólo cuando vamos a pasarnos el día en la playa o pasar un buen fin de semana, nos divertimos mucho. Aunque ahora me encontraba con mi Kelsey, mía porque así era y siempre sería así, aún me daba rabia pensar que ella estaba en brazos de otros y yo andaba siendo un puto testarudo que no se daba cuenta de lo idiota, imbécil y ciego que fui, estuve a punto a de perderla y eso me horrorizaba. Sacudí mi cabeza dejando a un lado aquellos negativos pensamientos, porque ya me estaban cansando, no puedo siempre estar pensando de esta manera tan absurda «Es realismo» ¡qué va! Absurdas, las cosas que pienso, son completamente absurdas. Estuvimos una hora haciendo deportes acuáticos, realmente nos divertimos muchísimo y agradezco que desde esta mañana no se haya opuesto a nada, aunque estuvimos a punto de discutir pero gracias al cielo no fue así, estoy feliz, muy feliz y estoy sonriendo como un estúpido en estos momentos, mi felicidad se llama Kelsey Cassey.

—¿A dónde iremos esta vez? —sonrió interrogante y ansiosa —y no quiero que digas "es sorpresa" —dijo imitando mi voz y solté una carcajada— ¿Esta vez sí me dirás? —Sonriendo ampliamente. Negué con la cabeza riendo levemente, no iba a decirle nada, no quiero revelar mis sorpresas. 

—No te lo diré. Así que, no hagas ningún tipo de preguntas y sólo diré que será un bonito lugar, hay agua obviamente, recorreremos una parte de la isla. —sonreí.

—Siempre me dejas con la intriga —hizo un tierno puchero— pero está bien, no preguntaré más. Sólo tengo una pregunta y ya... ¿esta es la última sorpresa del día? —alzó una ceja interrogante.

Lo que un día fue » Justin Bieber ➳Editando.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora