Capítulo Tres.

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"No quiero que te sientas presionado, pero si no te ponen en Gryffindor, te desheredo" 

Ron Weasley.

Cuando Hermione era una niña solía pensar que su futuro brillante seria estudiando leyes o convirtiéndose en una odontóloga exitosa como sus padres, le gustaba la escuela, aunque no tuviera amigos a ella le gustaba asistir a clases y aprender sobre esto y aquello, también le gustaban los libros, sobre todo, los libros, no existe en el mundo una distracción más fascinante que la lectura, en aquellas historias Hermione se embarca en aventuras épicas o aprendía del mundo que la rodeaba acompañada de la mano de brillantes mentes, como fuera ella era feliz, por supuesto las inseguridades de una personalidad no sustentada en la confianza, solían conflictuarla constantemente, pero era feliz.

Días después de su cumpleaños número once descubrió su legado mágico, ella era una bruja, una hechicera de verdad, no como aquellas feas mujeres que asustan a los niños en la televisión mientras fingen poderes con efectos de producción, ella realmente tenía poder. Cuando se enteró de su condición aquellos sueños comunes se frustraron y dieron paso a la ambición y la sobriedad del conocimiento acerca del mundo mágico, a Hermione Granger le abrieron las puertas a un mundo mucho mejor.

Paso meses comprando libros, estudiando, aprendiendo sobre su nuevo lugar lejos del corriente plano terrenal y poco antes de cumplir doce años fue aceptada en la Casa Gryffindor, donde pasaría los mejores años de vida, compartiendo una felicidad aún más infinita que antes, lado a lado con Harry Potter y Ron Weasley, aquellos quienes se convertirían en sus mejores amigos, su familia.

Ahora, cuando retrocedía a su memoria, no podía recordar un solo momento donde sus presencias no se mezclaran y los extrañaba tanto que sus mejillas solían llenarse de lágrimas, cuando acepto la misión por supuesto que pensó en el bien común, pero también en ellos, si tiene éxito, sus amigos seguirán un camino de felicidad, todo esto es por ellos, por aquel mundo que le profeso calidez a su corazón y la acogió en amor, como un hogar, ella se esforzaría en salvar su mundo de la catástrofe, de ser necesario mataría a ese monstruo, Lord Voldemort.

Hermione suspiró con fuerza, mientras sentía como una pesadez se alojaba en su estómago. Estaba mareada y nerviosa, justo como en su primer año, cuando ingreso al colegio de magia y hechicería, recordó lo mucho que deseaba ser una Gryffindor, con todo su ímpetu, lo deseaba como nada... Pero bueno, los tiempos cambian.

Los niños cruzaron y la sala de lleno de exclamaciones y aplausos, Hufflepuff, Ravenclaw y Slytherin, uno tras otro.

—Ahora con un cálido aplauso reciban a la señorita Hermione Gamp, la cual se integrará al séptimo año en alguna de las casas.

Ella realmente tendría que estar estudiando el sexto año, pero debido a que tiene que ejercer una cercanía con Lord Voldemort y unirse a su equipo de Mortífagos, le facilitaron las cosas, ahora depende ella quedar en la misma casa.

La joven camino con decisión al taburete, tomando la actitud de alguna que otra chica Slytherin que había conocido en tiempos de antaño.

Su vista quedó cubierta, por lo negruzco del sombrero seleccionador.

¿Déjame ver, déjame ver—  escuchó esa vocecita tan particular— Con que ya me conocías eh? Los viajeros del tiempo son tan interesantes... Dile a tu amigo que me visite, me parece que tengo que decirle un par de cosas...

¿Qué? ¿Hay otro viajero en Hogwarts? Hermione sintió que el aire se le atascaba en el interior de su garganta. "¿Quién es?" Quiso cuestionar, pero inmediatamente su acompañante le siguió murmurando.

El Veneno De La Serpiente.Where stories live. Discover now