XIII

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Cuando dormido contemplo
el semblante de una estrella,
despierto alegre, mirándote,
porque me ha seguido fuera.
Tan dulce como en el sueño,
tan onírica eres bella,
siempre con leves caricias
me toca tu luz risueña.
Soy tan débil en tus brazos
de doncella, do querellas
se esfuman estupefactas.
Falta en vuestra faz helena,
la malicia de las diosas,
mas tienes delicias de ellas.
Abrázame delicada,
abrásame por las venas,
cándida por mi alma triste,
cálida por las arterias,
y con dulzor de manzanas
besa mi ansia de poeta.

Mil Versos De AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora