Capítulo 5

12 2 0
                                    

Pasaron 12 horas en las cuales estuve planeando el rescate de Mary con Ben. Decidimos no llamar a la policía, solo arruinaríamos todo, debíamos hacerlo por nuestra cuenta. Ben me habló de la ubicación de la mansión a las afueras de Maine y también me contó sobre la seguridad de esta, no tan compleja como pensé que sería. Salimos para Maine, y al llegar a la estación de autobuses repasamos todo el plan.

-Al llegar a Maine alquilaremos un auto y nos dirigiremos a la mansión. Pararemos a una distancia apropiada de la casa para que no vean que estamos ahí. Tiraremos bombas de gas somnífero, dormiremos a los guardias, y le sacaremos las llaves y armas, claro. Luego iremos a la habitación de Mary, la liberaremos y correremos al auto y escaparemos. Esto debe llevarse a cabo en 15 minutos, el tiempo que dura el gas somnífero. Luego llamaremos a la policía para que vengan y arresten a Grace por secuestro, les diremos que rescatamos a la víctima y la devolveremos a su hogar- dijo Ben. Asentí y abordamos el bus.

Luego de 7 horas de viaje llegamos a destino , compré el gas somnífero, alquilamos el auto y nos dirigimos a la mansión. Después de 20 minutos paramos a unos metros a pie de la casa. Estábamos vestidos con ropas oscuras pero casuales para no llamar la atención, nos cubrimos la cara con medias con una abertura en los ojos, nariz y boca por si llegaba salir algo mal en el plan, no nos reconocieran. Até mi pelo corto para que no sea visible y Ben no tuvo problema con eso.

Llegamos al punto donde Ben dijo que estaban los guardias y tiré el gas. Al instante, los guardias de la entrada quedaron dormidos, tomamos las armas y las llaves de la casa e ingresamos a la mansión silenciosamente. Ben me guío a la habitación de Mary y luego de un largo rato recorriendo los pasillos llegamos a la puerta. Tardamos 2 minutos en encontrar la llave correcta y Ben la insertó en la cerradura y abrió la puerta.

Ahí estaba Mary, muy cambiada desde la última vez que la vi, se veía deprimida pero no tan delgada como suponía. Al vernos solo sonrió, llena de esperanza, pero en sus ojos había algo de temor.

-Vinieron por mí ¿quiénes son?

-Soy yo Mary, Rosie, y el otro es Ben- dije levantando mi máscara.

Al instante que termine de hablar, ella corrió hacia mí y me abrazó con fuerza y empezó a llorar.

-No sabes, cuánto te extrañe amiga.

-Yo también. Pero no tenemos tiempo. Debemos irnos ya. Ya pasaron 12 minutos. Tenemos solo 3 minutos antes de que despierten. Por cierto ¿dónde está Grace?.

-Salió pero no tardará en volver, vamos.

Salimos de la habitación corriendo y llegamos al patio donde nos encontramos con un elegante auto y supimos al instante que era el de Grace. Ella salió del auto junto a sus guardaespaldas. No perdí la esperanza, estábamos muy cerca y no iba a dejar que me volvieran a alejar de Mary. Agarré el revólver y apunté. Los guardias nos apuntaron a Ben y a mí.

-¡Ríndanse o morirán!- exclamó Grace- no me quitaran a mi hija de ningún modo.

Iba a contestar pero de pronto Mary empezó a hablar antes de que yo pudiera defenderme.

-Grace, así no deben ser las cosas. Déjanos ir y te perdonaré por todo lo ocurrido. Hablaré con mis padres y podrás visitarnos y no serás arrestada.

-¡No! yo te quiero sola para mí- y apuntó a Rosie. En sus ojos había una mirada de locura y tenía algunos cabellos depeinados.- Adiós desconocida- dijo y disparó.

Mary se puso delante de Rosie y la bala le impactó en el lado derecho del estomago. Grité:

-¡No! Mary ¿por qué lo hiciste?

-Sos mi mejor amiga, no dejaría que nadie te lastime-respondió entrecortadamente del dolor que sentía, el cual se podía percibir en sus ojos.

Grace empezó a gritar:

-¡No! Chica tonta mira lo que provocaste- empezó a correr hacia nosotros pero Ben le apuntó y dijo:

-Aléjate Grace si quieres viva a tu hija, déjanos ir y la llevaremos al hospital. Te dejaremos acompañarnos, pero sin tus guardaespaldas.

Ella asintió e hizo señas a sus guardaespaldas para que no la sigan y pidió que hagan ver al resto de la seguridad que empezaba a despertar.

Nos subimos al auto de Grace. Yo manejaba, ella estaba alado mío y Ben tenía a Mary acostada sobre sus piernas. Le había puesto un pedazo de ropa para hacer presión en la herida que no paraba de sangrar.

-Todo está bien Mary. Quédate despierta la mayor cantidad de tiempo que puedas-pidió Ben.

Después de 15 minutos llegamos al hospital más cercano. Entramos y gritamos que viniera un doctor rápido. Casi al instante la llevaron al quirófano en una camilla.

El Diario EscarlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora