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"Había una vez... "

En la vida de una chica cualquiera, un chico apareció en ella. La chica asombrada e ilusionada pensaba en cosas que la hacían feliz tanto como tristes.

Habían días en que pasaban cosas que la hacían mas alegre y no le hacían quitar la sonrisa de la cara. Otros días donde se decían cosas que la hacían sentirse atada y enojada a la vez.

"¿Por que no te declaras? Eso te ayudará a sacarte eso de adentro" le aconsejó una amiga a la que le había contado; "No lo haré, no me atrevo" le contestaba la chica desanimada y con ganas de llorar "Soy una maldita cobarde a la que se rompió el corazón y se hizo vanas oportunidades que nunca existieron" sacaba todas esas palabras que rondaban en su mente y corazón con gran dolor. Sabia lo que pasaba a su alrededor, como algunos oídos curiosos deambulaban pero no podía parar y decir todo eso, la aliviaba.

"No llores por alguien que no lo merece" recordó esas palabras con una punzada al corazón. Se fue corriendo al baño para no tener mas ojos mirándola.

Era de mañana y el día acababa de comenzar; con las nubes de colores suaves, las brisas calando y los ruidos comenzando a escucharse con mas intensidad.

Al toque de campana todos estaban resguardados en sus sitios correspondientes.

La chica estaba con la cabeza baja para que no la vieran, para que no descubrieran su dolor, pero eso no logró evadir algunas preguntas de las mas cercanas "¿te pasó algo?" preguntó una, "¿A quien debemos matar?" preguntó otra un pequeño apogeo de gracia.

La chica negando cualquier pregunta con solo mover la cabeza, los ánimos no le daban ni para pronunciar palabra.

Las horas parecían eternas y mas con las miradas suspicaces que recibía de vez en cuando, pensaba que probablemente por su aspecto; se veía pálida, desanimada, en resumen, de muerte.

Al llegar la hora de almuerzo prefirió quedarse apartada de su grupo de amigas, necesitaba pensar en soledad. A pesar de que los ruidos y alaridos de los demás ocupantes no les era de mucha ayuda, pero era soportable; pero lo que no era soportable eran las miradas y susurros que sentía sin tan solo mirar alrededor.

La tarde y la hora del termino de jornada no se hizo esperar cuando los audífonos, una actitud distante y la música fuerte hicieron presencia.

Ese día la chica se fue a pie hasta su casa, no quería tomar transporte o un autobús, necesitaba tranquilizarse. Caminar, era una de las cosas que le ayudaba en momentos de molestia y estrés.

"Creo que lo quiero, en serio, a pesar de todo" una lágrima se salió de sus ojos y se sorbió las narices para luego limpiarse la lágrima con su mano. Con las manos en los bolsillos continuó con su camino.

Se detuvo en un semáforo en rojo para su lado, revisó su teléfono y cambió la canción. Alzó la vista y lo vio ahí. Delante de sus ojos estaba el chico que ocupaba su mente, sus sentimientos. Los nervios la gobernaban y sintió como sus mejillas se tornaban de un color mas intenso. Las manos casi le sudaban.

El semáforo al ponerse en verde, avanzaron.

Trataba de evadirlo, mientras el parecía no distinguirla. La chica trataba de no mirarlo, pero sus ojos eran su traición, inconscientemente volteaba a verlo y terminaba reprendiendose por aquello.

Pasaban los minutos y la chica no podía procesar eso, se quedaba trabado en su memoria y se reproducía una y otra y otra vez, haciendo doler y alegrar su corazón y su mente dándole la verdadera opción.

"Nada sucederá, todo esto no terminará nada más que como un recuerdo" le molestaba y decepcionaba en parte pero comprendía que era verdad.

Verificando la hora caigo en cuanta de que ha pasado casi media hora, ha pasado casi media hora caminando. El tiempo se había pasado volando con todo lo que le ha sucedido y aún no procesado.

Por momentos loa vientos corrían con agilidad mientras que en otros solo parecía vagar entre los objetos que inundaban el sitio. Las brisas le hacían danzar los cabellos que estaban sueltos y las ropas apegarse y hacerla sentir frío por la temperatura de ésta.

Un susto de muerte le dió a la chica cuando su teléfono comenzó a repicar en su bolsillo, viendo en la pantalla de éste el nombre "Mamá", se sintió un poco temerosa pero contesto. La madre preocupada le pregunta en donde viene o si llego al hogar, ella respondiéndole como mentira piadosa que ya casi iba llegando; la madre ingenuamente le creyó y luego de una despedida y que todo fuera bien, cortaron ambas al unísono.

Los nervios no se le fueron hasta que pasaron unos cuatro minutos, lo que para la chica significó una canción.

"Photograph - ed sheeran" había estado sonando a través de sus audífonos, con una extraña sensación.

La chica volteó confusa ante una corazonada; una auto venia a toda velocidad, con toda la música en alto y con unos gritos que hasta por sobre la música algo se escuchaba, con un escalofrío corrió y se apegó a una pared. Siguió de largo y con un suspiro continuó su camino, su corazón corriendo rápidamente dentro de su pecho.

No se movió, solo unos ladridos despertándola.

"Oh, mierda" pensó he inconcientemente empezó a tocarse el rostro, cabeza, piernas y demás con cierta ansiedad, para otros ojos que no hubiesen visto lo ocurrido hubieran creído que la chica se estaba manoseando pero no, sólo inspeccionaba tener todo en orden y para su suerte así era.

Hasta que su corazón se modificó no dió un sólo paso.

Las personas que pasaban por su lado se le quedaban viendo mientras que la chica solo seguía adelante, sin tomarle importancia y haciéndose "la loca".

"Creo que lo quiero" recordó sus propias palabras de hace un tiempo y como lágrimas cayeron por sus ojos cuando pronunciaba esas palabras y como sentía que un peso se iba de su ser. Actualmente no ha vuelto a pronunciarlo más que en su mente, sin haber podido recuperar el valor que tenía en aquel momento, hace varios meses atrás. En ese tiempo, su mejor amiga era quien la había escuchado decirlo y sorprendida y algo divertida se acerco a consolarla preguntándole "¿Por qué lloras?" se sentó a su lado en la cama "Por que es lo que temía y esto, es una mierda", no podía evitarlo, sentía un dolor y un alivio a la vez "lo sé" respondió su amiga con voz sincera. En lo que terminó en un abrazo en el que se transmitieron mutuamente el apoyo que se querían demostrar pero que el dolor no les dejaba.

En ese momento era cuando las dos pasaban por lo mismo, pero fueron diferentes circunstancias las que las llevaron a un dolor mutuo y de cierta forma a ambas les hizo sentir bien que estuvieran en esa situación , porque se podían entender sin ninguna explicación.

Recordando esos cálidos abrazos y palabras comprensivas abría la puerta de su casa y cerrándola tras de si.

Sintiendo una auténtica soledad paso a través de la desolada casa que se abría con cada paso, transmitiéndole nada mas que una frialdad por las paredes que tenían fotografías que a ella no le importaban.

"Solo puedo recordar las sonrisas falsas" pensó mirando fijamente las fotos enmarcadas que colgaban en las paredes.

Segundos mas tarde subía las escaleras con pesar y entrando a su cuarto dejó caer a un lado su bolso.

Abriendo el computador portátil para colocar música, la chica se dejó caer sobre la cama estirándose y tiempo después levantándose, ya que, no se sentía conforme, quería salir de ahí.

Dejando que la música siguiera sonando en su cuarto bajó las escaleras y entró directo a la cocina, sacó un vaso de la alacena, lo llenó con agua y se lo bebió de un sorbo. Se sentía refrescada pero sentía la necesidad de darse una ducha y así lo hizo.

Saliendo del baño envuelta en una toalla buscó su "pijama" para colocárselo. Y al colocárselo se sintió mucho mas gratificada.

Y subiendo a su cama, con la computadora encendida, dudó la idea de buscarlo o pensar en Él.

La historia continuaba por como se le hacia rutinario, pero el cuento no acababa aquí, las emociones que se viven estaban dispersas por diversos lados, y esta no era la excepción...

















Varios Cuentos Una Historia: Había Una VezWhere stories live. Discover now