Capitulo 4

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Cuando John toco sentí mi corazón latir tan rápido, que pena sentia sobre todo que me viera así, me levante del piso buscando un pañuelo para secar las lagrimas tan rápido como pude, puse mi voz la más normal que salio de mi...

-¡si ya voy! -eso fue todo corriendo acomodando mi cabello.

Me vi en el espejo para acomodar mi maquillaje y el pelo, secando mis lagrimas. Al abrir la puerta lo más normal que pude estaba el con todo ese sexy cuerpo que deseaba recargado en la puerta con su rostro de preocupación, aunque por una extraña razon cada vez que lo miraba a sus perfectos ojos esa atracción que tuve desde el momento que lo vi se podia escuchar dentro de mi ser, su presencia hacia que todos mis problemas se fueran quedando solo el y yo.

-Italia, ¿estabas llorando? -pregunta con su voz ronca que me derretía.

-eh...no como crees -dije con una sonrisa falsa en mi rostro dando vuelta cruzando los brazos.

-Italia -dice moviendo su cabeza.

-¿por qué piensas que estaba llorando? -dije metiéndo mis manos a mi sudadera que me había comprado.

-por que tu nariz esta roja... y aparte tus ojos están irritados. Y por alguna razón tu cuerpo se siente pesado al hablar. -comenta mientras su mano cálida se movía por mi cuello hasta quitar la etiqueta de la sudadera dejando un placer en mi cuerpo.

Sentí a John entrar más en mi cuerpo con sus majos grandes hasta que cerró la puerta, eso me puso nerviosa, es decir, ¿acaso este sexy, delicioso y alto hombre me hará suya? Decidí dandole la espalda cuando su voz escuche de nuevo dejando mi espalda con un escalofrio placentero.

-oye ¿es por lo que pasó en la plaza?

No dije nada solo moví mis labios de un lado para otro, girando mis ojos pensando que le diré pero nada salía de mi.

-pues...

-Italia... -siento su mano en mi hombro.

Sentí las manos cálidas de John tocar mis hombros cuando él estaba cerca de mi sentía una tranquilidad segura como si el se llevara todo mi estrés.
Gire mi cuerpo para poder verlo de enfrente a esos ojos increíbles, su aliento, ese aroma, este hombre era perfecto.

-si dime -dije nerviosa.

No controlaba mi cuerpo, sin pensarlo puse mis manos en sus brazos grandes, ¿qué pensaría? ¿Porque hago esto? Me preguntaba mientras mis ojos los descansaba en su mirada fijada en mi. Era tanto su perfección que baje la mirada para dejar mi cabeza descansando en su pecho mientras sus manos acariciaban mi cabello.

-no debe afectarte esto, digo lo que pasó fue hermoso.

Acaso escuche bien, ¿le gustan mis besos? La forma por como hablaba me daba entender que podría estar enamorado de mi.

-pensé que me odiarías por creerme loca -respondo rosando mis labios sobre su camisa que estaba un poco abierta dejando ver parte de su piel.

-no -me levanta la mirada -eres perfecta nunca me había divertido tanto con una chica.

-pero... Nosotros no podremos... -me interrumpe dejando su dedo en mis labios.

-quien dijo que no, ¿puedo decirte algo?

-s-si dime -dije nerviosa.

-me gustas mucho.

Cuando escuche eso de John me quede en shock, mis ojos se abrieron como plato. En ese momento todo se deruvo dejando que mi corazón latiera deprisa, no podía hablar estaba muda, solo quería que repitiera lo mismo una y otra vez.

Primos enamorados Where stories live. Discover now