Trapped with a demon.

Welcome, welcome.

Evolette se despertó entre hojas secas y ramas, con la sensación de que alguien la observaba.

Se incorporó de un salto sin encontrar a nadie a su alrededor, pero escuchó algunas voces indistintas proviniendo de un poco más adelante. No sabía donde estaba, pero si sabía quien había sido el causante de todo esto: Pan.

Un escalofrío recorrió su cuerpo al imaginar que tipo de bestia sería aquel que la trajo allí. Intentó reconocer algo que le revelara su ubicación, pero fue en vano. No estaba más que rodeada por árboles en todas direcciones, y definitivamente no era el bosque de su hogar. Su respiración aumento de velocidad mientras se repetía una y otra vez la misma pregunta: ¿dónde se encontraba?

Dio unos pasos temblorosos siguiendo la procedencia de las voces antes de sentir unas fuertes punzadas de dolor detrás de los ojos. Se abrió paso entre los árboles, a punto de caer más de una vez, escuchando las voces más y más cercanas. Agudizó el oído y logró distinguir que todas las voces provenían de jóvenes; ninguna chica, por lo que podía escuchar.

La cabeza le dolía a horrores cuando por fin llegó a su objetivo. No era más que un pequeño campamento de niños. Unas cuantas carpas se extendían por el área rodeada de vegetación y una pequeña fogata humeaba en el centro.

Se llevó una gran sorpresa cuando observó que un poco menos de la mitad de los chicos allí presentes eran los mismos que había visto bailando anoche. Nuevamente la misma pregunta regresó a su mente: ¿dónde se encontraba? Por mucho que intentaba recordar, la noche anterior estaba fragmentada en su memoria y no lograba encontrar como es que había llegado a ese lugar.

La chica se armó de valor y salió de detrás del árbol en el que se mantenía escondida. Al instante en el que abrió la boca para decir algo, todos parecieron verla e iniciaron un aplauso a modo de burla.

-¿Una chica? ¿Cómo es siquiera posible?-

-Nada mal lo que se ha conseguido Peter esta vez.-

-¿Y esa quien es?-

-¡Miren! Les dije que sabría encontrarnos a través del bosque.-

-¿Para que la quiere Peter?-

-¡Vaya que Pan se esmeró esta vez!- todos rieron con ese comentario.

-¡Silencio!- exigió una ronca voz desde el fondo de la pequeña multitud. Al instante todos guardaron silencio y tan sólo se dedicaron a observar a la pelirroja con ojos curiosos.

Todos abrieron paso en un completo silencio al chico que se levantó y caminó hacia Evolette. Se veía tosco a simple vista, pero iba encapuchado y tan solo se distinguían unos cuantos mechones de pelo rubio.

La chica desvió la atención a las manos del desconocido y pudo haber jurado que todos los niños lo vieron al mismo tiempo: jugaba con una daga entre sus dedos.