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Todas las semanas acababa siendo lo mismo, creía que en algun momento se llegaria a acostumbrar, pero era una sensacion constante. Una mezcla de...miedo, de nerviosismo, de espectación. también tenia algo excitante todo aquello.

Esperaba a que llegara el momento, sentada en la silla de madera, frente a la mesa en la que mi madre estaba cocinando y preparando todas las provisiones. iba y venia para recoger algo que se le habia olvidado, o que necesitaba y no estaba en esa mesa. Yo ya habia aprendido que era mejor que hiciera de las suyas y no meterse. Sin pretenderlo, con total seguridad acabarias siempre entorpeciendo su hipnotizante ida y venidas mientras se movia por el que hacia de sala y cocina a la vez. 

yo era la que se encargaba de llevarle las cosas a la abuela. Lo soy desde hace al menos cinco lunas rojas. Desde que mi hermana mayor habia fallecido. 

Ese era un tema duro para mi madre, no aceptaba que algo relacionado a ese tema se hablara estando ella presente en la habitación.Y supongo que le era mas dificil siendo que solo quedabmos ella y yo. Padre, me dijo, tambien habia fallecido siendo yo muy pequeña.

 MI hermana mayor habia muerto hacia cinco lunas rojas, como ya he dicho. Y no es que muriera, eso es lo que se acabo diciendo, simplemente desapareció, despues de un dia que nada prometia, simplemente no se la habia vuelto a ver. Heden, el panadero de la aldea, dice que la hbia visto metiendose en el bosque, lo que hizo que, junto con otras palabras de varias personas del poblado, quedara claro lo que habia pasado

La habian atacado los lobos. Todo el mundo lo sabia, lo daban por hecho. Valerie, que así se llamaba, no era una niña tonta y delicada como sus amigas, y como la mayoria de la gente creia. Yo la conocia, la conocia muy bien. Nos lo contabamos todo. Con ella habiamos pasado largas tardes de verano, y escapadas de invierno recorriendo los alrededores mientras nos entrenabamos. Asi le habiamos acabado diciendo. Con el paso del tiempo nos dimos cuenta de que no eramos ni por asomo como todas las muchachas del pueblo. A nosotras nos gustaba el riesgo, la accion. No nos amilanabamos cuando se hacia saber que otra vez habian atacado los corrales de varios aldeanos. Ni cuando en una ocasion, un invierno hace ya mucho tiempo, habian encontrado el cuerpo del viejo Ferrig al borde del bosque. Ferrig era un señor mayor, padre del curandero. 

En aquella ocasion, todo fue un caos, nunca habian atacado a un humano. AL menos no en mas de cien años. O al menos eso es lo que nos dijo Radden antes de que madre nos apartara de ella repitiendonos, por millonesima vez que no hicieramos caso de sus desvarios. 

- Y grandes heridas?

-Grandisimas

-y como de segangrados aparecian?

-casi secos por completos

-y como aparecieron ellos? se reconocian sus cuerpos? 

....

Radden odiaba que la llamaramos por su apellido, de hecho, Creo que ya nadie sabia con exactitud cual era. Ella era la persona mas anciana de todo el poblado. Una señora con los cabellos blancos por la edad, y unos ojos cristalinos de un color oscuro. Siempre iba atabiada de una larga capa, y una manta por encima, con la que pasaba los dias cerca del gran comedor, sentada en un viejo tronco y viendo pasar a la gente. Su familia, hijos incluidos, habian muerto tambien a mano de lobos, o eso se suponia . Radden asegurada que habia sido el ultimo ataque que habia visto la aldea, hasta la muerte de Ferrig. 

De todas maneras, siempre era un caos cuando los lobos atacaban. Los hombres se volvian casi dementes, reforzaban sus casas y sus corrales hasta casi ponerles un metro entero de madrea a cada pared. Las mujeres no iban a menos, apenas se dejaban ver en dias despues de un ataque, y las que si lo hacian, parecian completamente dementes, andaban a paso rapido, y tapadas por varios abrigos y mantas, como si esas capas de pieles de mas las fueran a proteger antes y feroz lobo de garras y dientes afilados. aun no se como no se desnucaban con los movimientos freneticos de sus cabezas mientras miraban a todos lados.

Las mas jovenes, como ella, no se encerraban en sus casa, procuraban no alejarse de donde la gente pudiera verlas, y procuraban quedarse en el centro del poblado, al lado del gran pozo. Aun que seguian siendo asustadiza, saltaban a la primera que oian algun estruendo, lo cual era algo comun en el poblado, ya que la casa del herrero quedaba justo frene al pozo y se pasaba noche y dia perfeccionando y creando nuevas herramientas, sobre todo despues de un ataque, cuando mas empeño ponia en creas nuevos cuchillos y flechas para los cazadores. 

Pero yo no era como las de su edad. Yo tenia un secreto, no andaba con miedo despues de un ataque, ni tenia precaucion en no hacercarse demasiado al bosque, o a alejarse de donde pudieran verla. ES mas, buscaba esos lugares solitarios de la aldea, por los que poder observar con detenimiento la linde del bosque, y mas allá, en busca de unos ojos que la tranquilizaran

-No puede ser !

Sali de mis ensoñaciones y fije la mirada en mi madre, que estaba parada frente a un monton de pequeños cajones de mimbre apilados de cualquier manera al borde de la mesa, junto a todo un surtido de alimentos, entre los que podia ver todo tipo de verduras y carne y pescado a un lado. Tenia ambas manos en las caderas, y miraba aquel monton de comida  sobre la mesa como si no pudiera encontrar algo, y diera por sentado que se lo han robado

-Que ocurre?

apoyé ambos codos en la mesa y mire el monton de comida como hacia ella, como si  fuera a aparecer lo que buscara de repente

-No quedan rabanos! como no pueden quedar rabanos! A tu abuela le va a dar algo, no puede vivir sin comerse uno al menos al dia

Aquello me saco una pequeña sonrisa. Eso si que era cierto, la abuela no pasaba sin su sopa diaria a base de verduras y rabanos, sobre todo rabanos

-TIenes que ir a por un buen cesto de rabanos Marianela- Se giró y la segui con la mirada- Ves donde Coldo, dile que pasare mañana a pagarselos

rebusco un momento en un armario que habia al fondo de la habitacion y Se acerco nuevamente a la mesa con un cesto sujeto con ambas manos. 

-Toma, cogelo y date prisa, no quiero que estas mucho tiempo fuera- Practicamente me levanto del banco y me empujo hacia la puerta

Resople y iba a abrir la puerta cuando me llamo 

- Espera- me sujeto por un brazo

me gire para mirarlo. se habia alejado hasta el pequeño arcón que habia cerca de la entrada. hice una mueca, sabia que estaba buscando, y antes de que me diera tiempo a salir por la puerta a escondidas, me poso una vieja capa por los hombros, y que me ato con una pequeña cuerda por delante del cuerpo

-Mama... no quiero llevar esta capa- proteste moviendomela para colocarla mejor 

-tonterias- protesto. Se puso delante mia y me la cerro sobre el cuerpo cruzandola por delante mio- Queda poco para la primera luna de invierno, y ya empieza a refrescar- segui recolocandome la vieja capa - ademas asi vas protegida

Quise responderle que una vieja capa raido no me iba a proteger de nada, pero me mordi el labio para no contestar. SI a mi madre le daba seguridad que llevara esa capa, me la pondria. Esta en cuestion, era una tela que apenas llegaba a mi cadera, tenia un pequeño cordel, qeu se tapaba por debajo de al clavicula para evitar que se abriera, y una capucha tan grande, que quitada, casi me llegaba a la misma altura de la capa en si. Era de un color discreto, marrón apagado. La multitud de desperfectos en la piel y las diferentes manchas del paso del tiempo le daban n verdadero aspecto de vejez a la tela 

-ala. Ve corre

Abri la puerta tirando hacia dentro, y una pequeña rafaga de aire frio entre en la casa. La suave luz de la mañana me cegó unos segundos, hasta que me acostumbre a la luz. Pase los brazos por el asa de la cesta y me abrace el cuerpo para conservar mejor el calor, el frio no tardaria en llegar con fuerza. Me deje la capucha sin pones, y comence a andar 

-Espera- Su voz salio casi n un susurro, como si no quisiera que su voz se oyera por encima de la sueave brisa. Me gire hacia ella. Estaba cogida al marco de la puerta, y su cabeza apenas asomaba mas alla de la puerta. Me miro un momento indecisa- Ten...Ten cuidado. No te alejes de la gente 

Me miro con verdadera preocupacion. Estaba a punto de decirle que no tenia de que preocuparse cuando entre en casa de nuevo y cerro con fuerza la puerta. Ese pequeño fuerza hizo que me llegara el aire a la cara y me removiera el cabello. Suspire con fuerza y una pequeña nubecita de baho aparecio en el aire. Si mi madre supiera...

Caperucita RojaWhere stories live. Discover now