Parte 3: ♠♠♠

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Harry se había hecho más interesante a los ojos de Louis, él lo había imaginado como un robot sin emociones y programado sólo para estudiar.

¿Dónde habría aprendido a pelear de esa manera?

Buscaría obtener sus respuestas sea como sea. Bueno, lo intentaría, porque cuando volvió a las clases al día siguiente el rizado volvía a ser el mismo de siempre. Ignorándolo en todo momento, mientras explicaba los estúpidos problemas.

- ¿Qué haces cuando sales de clase?

- ¿Dónde entrenas?

- ¿Haces deporte?

- ¿Te gusta la comida Suiza?

Su compañero no le contestaba nada, de hecho ni siquiera lo miraba, ¡Cómo si no estuviera allí, junto a él! Y dios sabe lo mucho que el odiaba que lo ignoraran tan deliberadamente.

- ¡Cerebrito! ¡Te estoy hablando! ¡Eres un amargado! - Exclamó, cansado de ser olímpicamente ignorado.

Harry bufó. Estaba ya harto de perder su tiempo en un caso inútil como lo era el castaño, no quería avanzar nada y ya no sólo era su expediente el que podría verse perjudicado sino su orgullo. Porque Harry Edward Styles era capaz de todo, incluso de lograr que un tarado como Louis Tomlinson aprendiera algo.

- Contestaré a una sola pregunta...por cada ejercicio que hagas bien. - Dijo tranquilo.

- ¡¿Ehh?! ¡Pero eso es injusto, cerebrito! - Exclamó con los ojos desorbitados.

- ¿Lo tomas o lo dejas?

Louis bufó.

- Está bien... - Después de todo el nunca se rendía, trataría de concentrarse en lo que dijera su compañero, no podía ser muy difícil.

...

- Está mal.

...

- Mal.

...

- Ni siquiera tiene sentido.

...

- Hasta un niño de tres años lo haría mejor.

...

- Hmp.

- ¿Qué quiere decir eso, cerebrito? - Preguntó confundido.

- Contra todo pronóstico, está bien. Pero te faltó una tilde al copiar el enunciado.

- ¡YAY!

- No te alegres tanto. - Sonrió de lado. - Era bastante fácil.

— Da igual. ¡Te toca cumplir tu promesa!

El rizado se apartó el flequillo con una mano mostrando una sonrisa natural.

— Está bien. Pregunta lo que quieras. - Dijo tranquilo.

Louis pareció pensarlo por un rato.

Formó una sonrisa antes de preguntar.

— ¿Qué crees que es más fuerte el escarabajo hércules o el escarabajo atlas?

El ojiverde compuso su mejor tic en el ojo.

— ¡¿Esa era tu gran pregunta, idiota, baboso?! - Harry por prinera vez no lucía tranquilo.

— Cierto, todo el mundo sabe que el hércules es mucho más genial. - Sonrió orgulloso.

— Como sea, sólo era una pregunta por problema correcto.

— ¡Pero quiero cambiarla!

— Va contra las reglas, baboso.

[...]

Según pasaron los días Louis fue mejorando, era increíble que se esforzara tanto por algo tan tonto como que contestara a unas preguntas. Sin darse cuenta, Harry, había comenzado a observarlo mientras se concentraba. A sonreír cada vez que gruñía porque algo no le salió como esperaba, y aunque fuera casi imposible, empezó a ser más paciente y amable con él. Admiraba el trabajo duro del castaño y más que nada su confianza, si dios, ¡Ese chico jamás se rendía! , y eso lo hacía muy valioso como persona.

Ese día, cuando Louis vino a clases le mostró dos boletos haciendo que la boca de su compañero se desencajara como idiota.

- ¡Eso es...! ¡Es...!

- Algo de un nuevo tipo de comida suiza, súper especial y súper limitado, el dueño de la marca regaló varios a mi padre. Te gustaba la comida suiza, ¿Verdad?

- ¡Me encanta! ¡Gracias cerebr-!

- ¡Hey! —lo paró antes de que tratara de abrazarlo, el más bajo era demasiado confianzudo y cuando no respetaba su espacio personal se sentía incómodo y nervioso. ¿No pensarás que voy a regalártelos, verdad?

- ¡Eeeeeeeeh! Pero cerebrito...soñé mucho con probarlo, ¡Vi en Internet que es una receta nueva y súper secreta! - Casi gritó. Con la emoción llenando su cuerpo.

Harry le tendió un folio con preguntas.

— Ya llevas tres semanas dando clases particulares, si apruebas el examen consideraré darte el boleto.

Louis hizo un puchero pero no iba a rendirse. Todo fuera por la deliciosa comida suiza.

Pasó dos horas haciendo el examen. Era más difícil de lo que solía acertar, tuvo que exprimir sus neuronas al máximo antes de entregárselo al rizado para que lo corrigiera.

— 48 sobre 100—dictaminó al final—.Suspendiste, baboso.

El castaño sintió como un jarro de agua fría caía sobre él y el billete literalmente se escapaba de sus manos haciéndole burla.

— Hum... - Pareció pensárselo. - Pero
... sólo por esta vez, y porque aún así realmente mejoraste, te daré el boleto. - Dijo al final.

Louis gritó de felicidad y esta vez, aunque Harry realmente quiso impedírselo, lo abrazó con fuerza, apretandolo contra su pecho.

El corazón le latía muy rápido.

❝ Clases Extra ❞ [Larry]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora