¿Reconocerías el amor de tu vida si lo tuvieras justo a tu lado? Bueno, yo si.
COMPLETA ¡
Capítulos largos y llenos de emoción, te espero dentro de este libro y espero tu crítica al final¡¡.
-Son diferentes conjuntos, en tu casa podrás verlos- observó su reloj -Bajemos, preparare el desayuno- él se colocó una sudadera blanca, amo a los chicos que usan ropa blanca. Una chaqueta de cuero negro como la que le robé hace tiempo... Ejem, y un Jean ajustado con rodillas descocidas.
¡Todo un bombón!
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Bajamos a desayunar y emprendimos rumbo a la escuela.
(...)
Me despedí de mi amor, con un beso en los labios a lo que el correspondio encantado.
Visualize a Lucas y a Alanna a unos metros, saludando cortesmente con la mano.
-¡Hey!- grité elevando los brazos y estrechando a mis amigos en un amable abrazo.
-¡Amo tu swetter!- tocó la prenda con fascinación.
-Esta muy bonito... A puesto que el castaño se lo obsequio ¿Miento?- yo lo observé con los ojos entrecerrados.
-No, en lo absoluto- los tres reímos.
-Oigan...- Aly habló con los ojos en su celular -¿Saben que el baile es el sábado?- Lu y yo asentimos dandole permiso para continuar. -Si vendrán ¿verdad?- yo rodé los ojos.
-No tengo con quien...- murmure.
-¡Oh! ¿Y tu novio?- pregunto Lu con el ceño fruncido.
-Él...- Sonreí algo melancólica -Él no es mi novio... Aún- murmuré.
-Pero puede fingir que lo es...- Aly sonrió encantada.
-Estoy de acuerdo con la loca- sé dirigió Lucas a Alanna. La susodicha bufó.
-Mira, Lucas vendrá con su novio, yo iré con el mío y tu con el tuyo- elevó sus hombros restándole importancia.
Lucas y yo la observamos.
-¿Tienes novio?- preguntamos al unísono.
-¡Claro que tengo! ¡Se sorprenderán! ¡Ya lo veran!- y dicho eso, se alejó corriendo a su aula.
-¿Ya vez porque le digo loca?- sé burló Lucas. Ambos reímos.
-Iremos... ¿Verdad?- me preguntó.
-Claro que si Lu... Iremos- afirmé.
Costaría convencer a Ethan lo se, pero no hay nada que no se pueda arreglar con un poco de sexo y un disfraz.
-¿Tienes un plan?- interrogó incrédulo.
-Oh si, si lo tengo- ambos nós dirigimos sonrisas complices, aunque el de seguro no se imagina el porque.
Las clases habían concluido, y estaba esperando el autobús en la parada, esta tarde como en la mañana, no quería caminar.
Me enviaba mensajes en un grupo de WhatsApp con Lu y Aly, diciéndoles que mañana luego de la escuela, podríamos ir a comprar los vestidos y un traje bonito para el señor trasero gigante.
