Desde La Lejanía - Acelu/Yaoi

Huérfanos

Perspectiva Ace.

Últimamente no pego ojo. Tengo unas pesadillas extrañas... Extrañas sobretodo porque cuando despierto apenas recuerdo sobre estas, pero aún así siempre me levanto nervioso y sudando.
Menos mal que hoy duermo en casa de Luffy...o eso supongo. Quizás me vendrá bien un cambio por una noche.

Perspectiva normal.

Un día como cualquier otro, Luffy decidió llevar a Ace a su casa.

* toc toc *

-Ho...

-¡Hola abueeeeloo! -dijo mientras le abrazaba-.

-la...

-¿Se puede quedar hoy Ace a dormir a casa? Di que sí, di que sí, di que sí, di que sí. -dijo con ojos brillantes-.

-Qué remedio me queda...

-¡Gracias viejoooo! -Dijo Luffy mientras llevaba a Ace a su habitación.

-¿¡A QUIEN LLAMAS VIEJO!? -Me gritó desde la entrada. Muy tarde pues Luffy ya había subido las escaleras.

Perspectiva de Ace

Hacía mucho que no estaba en una casa normal. Wow, cuántos muebles.

Luffy se había convertido en la persona que me importaba, y, por lo tanto, a veces pensaba que incluso podía sentir por él algo más.
A veces siento que no puedo vivir sin esa mirada y esa gran sonrisa que siempre me saca de mis oscuros pensamientos...
Pensar en esto me vuelve loco, después de todo es solo mi mejor amigo... Pero estar con él hace que me olvide de todo...incluso de lo que me atormenta.

-Ace, voy a por comida y ahora vengo shishishi.

-Aquí te espero -le contesté.

En esos 5 minutos que estuvo ausente no podía pensar con claridad... Estaba en la casa de la persona que más me importa...

-Agh. Maldito enano... ¿Por qué haces que me sienta así? -dije en voz alta aprovechando que Luffy no estaba.

-Ya vengo, ¡he traído patatas y carne! - mis pensamientos fueron distraídos por su llegada. De repente vi que se le caía la carne del plato que sostenía en su mano.

-¡Cuidado! - me abalancé sobre él.

Luffy se pondría triste si su amada carne se cayera...aunque ahora que lo pienso él se la comería igual.
Nuestras caras estaban muy cerca en ese rescate de comida, y los dos nos sonrojamos.

-Un momento...-pensé- Lu, ¿estás...Sonrojado?

No pude evitar sentir un impulso de besarlo... Por lo que me acerqué a él poco a poco, tirando el plato de comida al saber donde. Lo acorralé contra la pared como aquel día contra el árbol, pegué mi frente contra la suya y sentía su respiración agitada.

-A-Ace...

Al escuchar mi nombre salir de sus labios levanté su mentón para que me mirara a los ojos, me fui acercando y rocé mis labios con los suyos.

De no ser porque escuché los pasos de su abuelo cerca no me habría detenido.

Perspectiva normal

Después de aquel "momento" Luffy hizo como si no hubiera pasado nada, haciendo con esto que el corazón de Ace se partiera en dos, pues para él si había significado algo.

Fue una noche de risas, idas y vueltas continuas a por comida y constantes veces que hubo que despertar a Ace porque se dormía de repente. Entonces a Luffy se le vino una pregunta a la cabeza.

-Oi, ¿por qué vives tú sólo en el bosque? ¿Y tus padres?- miró extrañado al pecoso.

El rostro se le ensombreció a Ace, quien después de unos segundos contestó.

-Yo...no tengo padres.

-Etto... no hace falta que sigas.

-No importa. Mi padre murió unos meses antes de que yo naciera y mi madre murió dándome a luz.

-... -a Luffy se le vino algo a la mente-.

-¿Pasa algo?

-Nada, esque...yo tampoco tengo padres -dijo con una falsa sonrisa- No recuerdo a mi madre y mi padre murió hace un año.

-Lu, no lo sabía... Yo...

-No importa, -dijo Luffy cambiando de tema-. Tengo sueño.

-Por qué no me contaste...

-Ace -dijo secante- no...me gusta hablar del tema.

-Lu...

-Creo...que voy a por más comida.

En el momento en el que el pequeño azabache hizo por levantarse un Ace posesivo lo agarró del brazo, evitando que se fuera. Ante este acto unas lágrimas cayeron por la mejilla del menor, involuntariamente. El recuerdo de sus seres queridos lo hacían sumirse en la oscuridad rompiendo aquella barrera que él mismo se había construido desde muy pequeño, la barrera que lo hacía ser tan infantil y despreocupado frente al mundo.
Pero todo muro puede tener grietas, ¿verdad?

-Ace... -en ese momento Luffy se percató de la oscura mirada del pecoso. ¿Qué era ese sembrante sombrío? No lo sabía. Ahora que lo pensaba, Luffy apenas sabía sobre Ace o cualquier cosa referente a su pasado, pero el pequeño tenía una confianza ciega en él.

Ambos se sumieron en un tierno abrazo cuando después de unos minutos Ace rompió el silencio secándole las lágrimas al pequeño mientras susurraba:

-Tch, odio a los llorones.

-...Lo siento.

-...Que tal si hacemos que esas lágrimas... ¡Sean de risas!

Un jugueteo de cosquillas comenzó entre los dos azabaches, los cuales quedaron recostados en la alfombra del cuarto de Luffy. El mayor odiaba los juegos infantiles, pero odiaba más ver a la gente llorar.

-Nee Ace, tengo sueño, son las 3 am.

-Sí, durmamos.

-No tengo más camas así que tendrás que dormir en la mía, pero te aviso que ronco mucho shishishishi.

-Jajajajaja, seguro que no más que yo.

El viejo había sido despertado por las risas de ambos chicos por lo que cuando estaban a punto de acostarse abrió la puerta furioso, pero el gorro de dormir que llevaba le daba un toque de humor, por lo que los dos jóvenes de nuevo estallaron de risa aunque intentaron contenerse.

-¿¡QUÉ OS HACE TANTA GRACIA!? ¡ANDA A DORMIR YA!

Como siempre...los famosos puños de amor del abuelo hacían el efecto deseado, que era caer rendido. Aunque en el azabache mayor no tuvo efecto.

Perspectiva Ace

Finalmente Luffy se durmió a mi lado con dos chichones de por medio. Ese viejo daba miedo...
Y tenía razón, roncaba como un jodido adulto.
Yo, por primera vez en mi vida, no podía dormir. Mis pensamientos volvieron.

-¿Qué he hecho? Me he dejado llevar... Pff maldición. Seguro que ahora me odiará... -ese era mi mayor temor.

-¿Qué siento realmente? -es una pregunta que me rondaba constantemente en la cabeza.

-¿Acaso estoy...? No, no puede ser. No de él, no quiero hacerle daño...
Es sólo que... *me giro para tener mi cara enfrente de la suya* no quiero que te vayas de mi lado, Luffy.
*le acaricio la mejilla y lo abrazo tan fuerte que hasta lo despierto*

-Ace, ¿qué pasa?- me dijo bostezando-.

-Nada, sólo...abrázame .

-... - correspondió mi abrazo y los dos nos dormimos así hasta la mañana siguiente.