Grábalo en tu memoria: el enjuague debe ser con agua medianamente fría o, a lo sumo, tibia. No quiere decir que te tengas que dar una ducha helada, se trata simplemente del último enjuague. El agua caliente daña el cuero cabelludo, haciendo que el pelo se vea seco y sin brillo. La fría, en cambio, sella las cutículas, dejándolo mucho más brillante y sedoso, ya que refleja mejor la luz. Y, por si fuera poco, también acelera su crecimiento.
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Belleza creativa
Non-FictionEste libro tendrá diversos tips para tu cabello que podrás hacerlo tu sola, paso a paso!