Segunda Oportunidad

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— Si –Dije dándome otro trago de mi amiga la botella de alcohol.

— ¿Dónde estás?

No le conteste, no estaba para contestarle yo para beber y beber hasta perder el conocimiento y por lo que veo sé cómo me llamo, tengo perder totalmente el conocimiento que no recuerde mi nombre o al menos eso pretendo. Estaba un poco consciente de que si continuo mañana me levantare con una tremada resaca que nadie hará que yo salga de la cama.

Pero ahora mismo, lo único que me importaba era olvidarme de todo, al menos por un pequeño tiempo.

— Dime –Ordeno Lola.

— Te mandare mi ubicación que no recuerdo el nombre –Dije teniendo un poco de dificultad a pronunciar las palabras. –Estoy en un lugar –Le informe.

— Claro que estas en un maldito lugar, mándame la ubicación ya.

Luego que comencé a puchar intentando mandar mi ubicación a Lola, no sé cuánto intento fallido obtuve antes de que él envió sea completado; tampoco desconozco el tiempo que paso hasta que comencé a escuchar el teléfono de la habitación sonar ¡Oh! ¿Había un teléfono? Con mi mejor amiga en la mano, sépase que es la botella de alcohol. La felicidad dura poco, pensé en el momento que vi que mi quería amiga se estaba acabando, pero luego solté una carcajada a ver que había en el mini bar otra botella entera lista para ser mi nueva mejor amiga.

— ¡Que viva la amistad y los malditos perros!

Me volví a reír levantando el teléfono solo por el hecho de pensar que Perro me trato como un perro, pegaba tan bien con esta situación, risas vinieron sin tener en si ¿Qué era lo que me daba tanta risa?

— Señorita, aquí hay una persona que dice conocerla. –Escuche una voz de un hombre que si juzgáramos por el tono de voz diría que es un sexy hombre.

— Yo... -Casi me llevo la mesita de noche con todo y lámpara por suerte fui más rápido y solté el teléfono para agarrarme del espaldar de la cama.

Lo más importante fue que no soltara a mi mejor amiga, que siempre la tuviera junto a mí en mi brazo. Volví a coger el teléfono cuando me repuse, al menos eso pensaba pero me estaba costando cada vez no irme de lado. Me reí al pensar que podría caer por el suelo como un saco de papa.

— Señor, no conozco a nadie –Dije riéndome pero luego escuche los gritos fuerte de Lola -¡Si, si! –Grite eufórica –Conozco a la loca que está gritando –Volví a reírme sin control.

No entendí nada de lo que dijo el chico, pero asentí como si realmente hubiera entendido y como si él me estuviera viendo, pocos minutos después sonó la puerta y me dirigí hacia allá para abrirla. Lola tenía una cara épica, puedo decir que ella con ese rostro pareciera como si quisiera matarme podría ser familiar del Perro con esa expresión... Oh si, ¡Maldito Perro!

Las lágrimas comenzaron a caer de nuevo. Me enamore de una de las personas más buscada de la justicia, de alguien que debe ser prohibido yo estar con él y que debía alejarme siempre de gente así, no soy una muchacha de problema y él llevaba ese nombre.

— Dame eso –Dije secamente y yo fruncí el ceño para luego hacer un mohín cuando Lola me arrebato mi mejor amiga de mi brazo. – ¿Qué mierda significa esto? –Dijo mirando la botella con terror.

Estaba celosa de mi amiga, lo sé.

— Deja a mi mejor amiga en paz –Dije molesta -Estaba bebiendo –Dije como si fuera lo más normal del mundo y claro que lo era.

— Entiendo esa parte –Dijo dirigiéndose hacia la puerta para cerrarla y luego me miro -¿Pero el hecho de que no me invitaras? –Puso una cara de horror –No, esa parte no la entiendo.

PERROWhere stories live. Discover now