HELLO, MY NAME IS TYLER

01.

"josh, levántate cariño" dice el castaño mientras que mueve a su esposo lentamente, el tintado gruñe en respuesta y lo único que hace es enredar sus piernas con las de él y abrazarlo más fuerte. el castaño suspira en el cuello del tintado. "debo hacer el desayuno, los niños no tardarán en despertar."

"ellos ya están grandes como para hacerse de desayunar ¿no?" reclama mientras que besa el cabello de tyler "solo quiero estar así, por favor."

"ya levántate amor, tienes que ir a trabajar y yo igual" le dice mientras que lleva un de sus manos a su cabello y comienza a acariciar.

"¡papá ty, haznos de desayunar!" grita una voz femenina.

"¡por favor papá ty!" exclama ahora una voz masculina, ambas se escuchan en un timbre bajo, pues la pareja se encuentra en la planta de arriba y los niños en la de abajo.

"báñate, te vistes y te haré las galletas que tanto te gustan" besa su mejilla mientras que se deshace del agarre del tintado, josh protesta y vuelve a colocarse las sabanas. "josh... por favor..."

"también necesito cariñitos tyler" dice con un puchero quitándose la cobija. "aveces me siento celoso de esos niños, cuando nos casamos, pensaba que todo tu amor sería para mí"

"lo sigue siendo joshie" se acerca a él y besa su frente. "cuando llegues a casa prometo que seré un chicle para ti"

"eso espero" le sonríe abiertamente.

el castaño abre la puerta de su habitación y baja las escaleras trotando, camina hacia la cocina donde le esperan sus dos hijos.

"¡al fin!" exclama su hija alzando sus brazos, el castaño ríe y se acerca al refrigerador para poder sacar la leche, huevos, y después se dirige a la alacena para sacar harina y su batidora.

"ya te lo he dicho ruby, ya estás grande, podrías prepararte sola el desayuno." le comenta mientras que comienza hacer la masa para las galletas de josh y sus hijos.

"pero no sabe igual, tus desayunos saben más ricos. dahhhh" responde rodeando sus ojos, su hermano que se encuentra a lado de ella, le da la razón.

"está bien, esta bien" dice deteniendo sus movimientos, se siente un poco extraño. "suban y arréglense, yo termino de hacer esto."

"pero papá, siempre nos dejas ayudarte a preparar las galletas." reclama su hijo de cabellos negros.

"max, por favor, mañana me ayudaran." les sonríe, ambos chicos asienten tristes y suben las escaleras con la mirada agachada.

el castaño toma su celular –tiene la costumbre en dejarlo siempre en la barra del comedor– abre el buscador y teclea: "¿cómo hacer galletas?" pero siente algo extraño, él siempre había hecho galletas, ¿por qué no recordaba la receta?

se encogió de hombros, restándole importancia.