Capítulo 3.

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Me despierto a las dos y cincuenta de la tarde. Tengo las manos heladas y la ropa de anoche.

Dicen que cuando te emborrachas, olvidas lo que has hecho esa noche. Pero para mi mala suerte, recuerdo perfectamente de todo lo que sucedió.

Me levanto rápidamente y siento cómo la cabeza me bombea, antes de contemplarme en el espejo: el pelo aún en una coleta y todo el rímel corrido.

Tengo la boca seca, así que voy al lavabo y bebo algo de agua. Me lavo los dientes y vuelvo a mi cuarto. Cojo el móvil y examino que tengo cinco conversaciones. Abro la de Hugo. Es de las cuatro de la mañana.

Hugo Chulo: Espero que duermas bien. En cuanto despiertes, llámame

Le respondo.

Yo: Acabo de despertarme, cómo estás?

Después, descubro que dos de las conversaciones son de los amigos de Hugo: el chef italiano y el luchador de sumo. 

Vaya, pues parece que no recuerdo todo lo que pasó.

Observo la última conversación, tampoco tengo guardado el número así que examino la foto. Es Niall con un amigo. Intento pensar en cómo ha conseguido mi número, porque entiendo que después del incidente (y de las palabras de Hugo), ellos no volvieron a hablar. Después, me acuerdo de que estamos juntos en el mismo grupo de clase y entiendo que ha tenido que sacar el número de ahí.

+34 672 823 834: Soy Niall. Qué tal estás?

Aunque las palabras me hacen quedarme atónita, le respondo después de guardar el contacto como Niall Clase, aunque no conozco a ningún otro Niall.

Yo: Bien, gracias. Siento haberte arruinado la noche.

Sorprendentemente (no sé por qué siento que es sorprendente), responde a los pocos segundos.

Niall Clase: No pasa nada, Ariadna. Me fui a casa cuando vosotros os fuisteis. 

Niall Clase: De verdad estás bien?

Yo: Sí, de verdad. Gracias :)

Niall Clase: Si necesitas algo, dímelo

Una llamada aparece en la pantalla. Hugo.

-Hola -le digo muy escueta, porque odio hablar por teléfono.

-Ven a comer a casa, estoy solo.

-No me apetece, Hugo...

-Iré a por ti si hace falta -dice y oigo el sonido de unas llaves.

-No -interrumpo-. Dame diez minutos.

Y antes de poder decir nada, cuelga el teléfono.

*

Hugo trae dos platos de macarrones y dos refrescos. Se sienta a mi lado y enciende la tele.

-Sé que no quieres hablar de lo de anoche -empieza y yo le miro-. Pero dime si Niall te hizo algo cuando os encerraron.

Niego, porque tengo la boca llena de macarrones. Él asiente con los labios apretados, y empieza a comer en silencio.

-Sólo gracias -le susurro. Él levanta la mirada y me sonríe. Le abrazo y comemos abrazados mientras vemos Los Simpsons.

El móvil le vibra y lo saca de su bolsillo. Lo mira y después a mí.

-Un segundo -dice, a lo que yo asiento. Se levanta y se marcha a la cocina.

Vuelve a los cinco minutos. Ya he terminado mis macarrones y él sonríe al verme mirándolo, intrigada.

maybe. [niall horan]Where stories live. Discover now