t h r e e

324 17 0
                                    

ya se me hacía costumbre charlar contigo debajo de las gradas.

—cassie.—te llamé.

—dime.—sonreiste. puedo jurar que tu sonrisa era la más hermosa que alguna vez haya visto.

—¿quieres venir hoy a mi casa? tengo algo que quizás pueda gustarte.—sonreí pícara.

—claro, hannah.—sonreiste de igual forma.

marihuana ; lesbianWhere stories live. Discover now