VIII

1.1K 19 0
                                    

Me asomo al espejo, que es ventana hacia adentro,
tan delgado y transido de dolor que no me encuentro.
Y al despertar lloro y bebo el dulce vino
para que el amargo recuerdo se torne en olvido.
Pero cuando la noche se derrama
su imagen me muerde en la entraña,
la imagino exhausta de gozo con otro en la cama
y... ¡se torna eterna la madrugada!
Entonces ruedo y ruedo en la oscuridad
y ruego con todas mis fuerzas
que algo ahuyente pronto la noche
y regrese de nuevo la mañana,
pero sangran las estrellas bajo la luz de la guadaña.

Quarcissus: El Arte De Desamar - Acto I: La TraiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora