VI

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Pero en mitad de la paz azabache
me pide otra vez que me marche,
me enjuago el rostro con mis propias lágrimas
y huyo como un chucho apredeado en la noche.
Y vuelvo a lugares donde paseamos nuestro amor, como si en ellos aún quedasen átomos de nuestra unión,
igual que el asesino regresa al lugar del crimen,
vuelvo nostálgico al lugar del error.

(Quarciso calla un instante, de asoma a la ventana, y un fuerte deseo de arrojarse al vacío lo invade).

Quarcissus: El Arte De Desamar - Acto I: La TraiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora