Capitulo 23

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Capítulo 23


HARRY:

Por favor, por favor...

    Esto no puede estar pasándome a mí. A ella no, a ella no.

    Corro por los pasillos y subo las escaleras.

    -¡Oye! -me grita un bombero-. ¡No puedes estar aquí, sal ahora mismo!

    -¡Una chica está atrapada!

    -Ya lo sabemos, la hemos logrado sacar pero aún no se han apagado las llamas. Por favor, sal de aquí, nadie puede estar en esta zona.

    -¿La han sacado? ¿Está bien? -Lo zarandeo.

    -¡Basta! ¡La están llevando a la enfermería! Ahora váyase.

    Sin pensármelo, corro en busca de la enfermería pero no tengo ni idea de dónde coño está. Salgo y voy en busca de un profesor para preguntarle. Después de las indicaciones que me da, tras unos minutos llego. Sin llamar, abro la puerta lentamente y observo una figura tendida sobre una camilla. Sin duda es ella. No hay nadie, así que me limito a entrar y a ponerme junto a ella. 

    Se me cae el alma al suelo al verla de esa manera. Su mano derecha está vendada, pero eso no impide que agarre la izquierda y la beso con delicadeza. Entonces, para mi sorpresa, sus ojos se abren y dejan ver lo hermosos que son. Me dedica una cansada pero dulce sonrisa y aprieta mi mano.

    -Sara -suspiro, llevándome la palma de su mano a mis labios.

    -Estoy bien -dice, pero su palabra final casi que la escupe tosiendo.

    -Yo no pienso así -Le sonrío.

    No quiero que sepa lo preocupado que estaba y lo nervioso que aún me siento. Solo quiero que sepa que estoy ahí para ella y que no me pienso ir.

    -¿Por qué estás aquí? -pregunta extrañada.

    -Dana me llamó y me contó lo que pasó. 

    -¿Dónde está ella? -dice preocupada.

    -Tranquila, ella está bien. Simplemente no te encontraba y se asustó.

    Intenta incorporarse pero la echo hacia atrás suavemente.

    -Ahora procura descansar, no sabes lo... -Corto mi frase, ya que no quiero preocuparla más.

    -¡La chica! -exclama.

    Mis cejas se arquean.

    -Había una chica atrapada. La ayudé a salir pero no sé si llegó bien -me explica.

    -¿La ayudaste a salir? ¡¿A caso te dejó ahí, sola?! -Aprieto los puños.

    -¡No, claro que no! Es solo que... no me dio tiempo a escapar con ella, las llamas me alcanzaron y tuve que meterme en un cuarto pequeño. Creo que no podía respirar y entonces me quede sin consciencia.

    De nuevo vuelvo a asustarme pensando en lo que podría haber sucedido. Me agacho y la abrazo. 

    -Ya estás a salvo, bonita... -Acaricio su mejilla.

    De pronto, la puerta se abre bruscamente y aparece un chico al que no había visto en mi jodida vida. En cuanto sus ojos localizan lo que estaba buscando, se acerca a paso rápido hasta Sara sin percatarse siquiera de mi presencia.

    -¡Oh, dios mío! ¡¿Puedes decirme por qué diablos no hiciste lo que te dije?! -exclama.

    -Chris, por favor.

    ¿Chris? ¿Quién es este tío?

    -¡No hay explicaciones que valgan, Sara! ¡Podrías haber muerto!

    -¡Ya está bien! -Le empujo-, ¿quién coño eres tú?

    -Harry -dice Sara, mirándome seriamente.

    -No sé cuál es tu problema, tío, pero creo que tengo todo el derecho de estar aquí.

    Yo les miro, alucinando.

    -¿Qué coño significa esto, Sara? ¿De qué va este tío?

    -Harry, basta. Es un amigo -dice molesta.

    -¿Estás segura? Porque parece que él cree que no eres solo su amiga -digo furioso.

    -¿Eres idiota? -me dice.

    -¿Cuál es tu problema? -me mira el tal Chris.

    -Mira, no sé quién demonios eres. Tampoco es que me importe, pero deberías salir de una puta vez.

    -¿Por qué me hablas así? Solo vengo a asegurarme de que ella está bien.

    -Pues ya lo has visto. ¡Esta bien! Y ahora largo -digo.

    -Menudo gilipollas, ¿este es tu novio? -pregunta mirándola.

    Sara suspira con los ojos cerrados.

    -Harry, basta, Chris es solo un amigo.

    -Creo que ella es mayorcita para elegir a sus amigos, Harry -me dice el muy capullo.

    -Creo que te voy a partir la cara si sigues empleando ese tonito.

    -¡Harry, he dicho que basta! ¿Qué coño está mal contigo? -me grita.

    -¿De qué conoces a este gilipollas? -pregunto a punto de explotar.

    -¡Esto a ti no te importa, joder!

    -La estás alterando, pienso que deberías salir si no te calmas -dice Chris.

    Las ganas de partirle la cabeza aumentan.

    -El que va a salir de aquí vas a ser tú, a no ser que quieras que te mate justo aquí.

    -¡¿Qué cojones estás diciendo?! ¿Estás loco? -grita.

    -Lárgate -le digo.

    -No me voy a ir a menos que ella quiera.

    -¡No! -dice Sara.

    -Sara.

    -No, Harry. El único que tiene que irse de aquí ahora mismo eres tú.

    Sus palabras me hieren como nunca.

    -Por favor, necesitas relajarte -pide.

    -Quieres estar con él a solas, ¿no es así? -susurro.

    -¿Qué? -Achina los ojos.

    -Quieres que yo me vaya para así poder besarle y decirle que...

    -¡¿Te estás escuchando?! -me interrumpe-. ¡No tienes ni idea, largo!

    Mis piernas no se mueven, y mis ojos siguen fijos en ella.

    -¡Que te vayas! -grita con más fuerza.

    La respiración que estaba conteniendo inconscientemente es liberada. Tras unos segundos en silencio, asiento y me dirijo a la puerta. La miro una última vez y salgo de allí dando un portazo.

    Al salir del centro me encuentro con Dana, quien corre hacia mí.

    -¿Dónde estabas? ¿Estás loco?

    -Si la estás buscando, está en la enfermería, aunque yo que tú no entraría, ella quiere estar a solas con ese cabrón.

    La dejo atrás, totalmente descompuesta. Cojo el coche y conduzco sin tener un rumbo fijo. Me importa una mierda si Gemma está esperando en casa, no creo que vaya hasta mañana. O quién sabe, quizá no aparezca durante unos días. De todas formas nadie se va a dar cuenta.

A prueba de fuego [H.S]              (LA ESTOY EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora