Capítulo 01: Arte mortal

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—Por eso es que los artistas se reúnen y van a convenciones y ese tipo de cosas, no sólo es para viajar y beber whisky caro gratis. Por eso es que los artistas se gastan fortunas en libros de arte, pierden tiempo en ir a exposiciones, aunque éstas se traten de un artista que ni siquiera conozcan, porque aunque todos sepamos que una obra puede tratarse de un accidente y no de la copia, cuando algo como esto sucede, automáticamente nos convencemos de que hay involucradas malas intenciones.

En ese instante giró el atril. Adán, ya desde antes de trabajar con Carmen y mucho más desde entonces, había estudiado muchísimo el mundo del arte, preocupándose de conocer todo tipo de obras, yendo más allá de los artistas más conocidos, e instruyéndose acerca de los lugares frecuentados por ellos, sus gustos musicales, e incluso investigando sobre las rivalidades entre corrientes o autores. Pero, incluso con el alto nivel de conocimiento, le fue imposible no quedar perplejo ante la obra que la mujer le enseñó; se trataba de una pintura exquisita en colores y texturas, en donde se presentaba una escena magnífica, en la que un hombre se desprendía de las raíces de la tierra, para elevarse hacia lo que sin duda era el portal hacia el paraíso; la parte inferior, en donde estaba la tierra, rebosaba en detalles, llegando al extremo de retratar animales pequeños, cada uno de ellos rodeado de un micro cosmos que armonizaba con el conjunto; la desnudez y la pose del hombre eran perfectas, mostrando en él la perfección muscular, al mismo tiempo que una actitud corporal que era de seguridad y vulnerabilidad al mismo tiempo, la primera de ellas por el destino que lo esperaba, la segunda por lo que estaba abandonando. Las raíces tenían un carácter propio, lo que hacía que en su conjunto, estuvieran sosteniendo al hombre, y al mismo tiempo entregándolo de un modo cariñoso, cual si fueran las manos de un progenitor en la más tierna edad del ser al que dio origen; en tanto, el cielo al que se dirigía el hombre perfecto, estaba poblado de tal gama de celestes y blancos luminosos, que tenía una profundidad infinita, transmitiendo sentimiento de paz y armonía perfectos.

—Esta es la principal obra de mi muestra, Adán —dijo Carmen al cabo de un momento de silencio—. Su nombre es "Regreso al paraíso" y no puedo exhibirla dentro de dos días, porque acaba de llegarme un mensaje inquietante. Es éste.

Le alcanzó fotografía muy mal tomada, en la que sin embargo se podía apreciar una pintura que se parecía mucho al regreso al paraíso, aunque no quedaba claro si se trataba de un boceto o un trabajo previo sin terminar. Adán le dirigió a la artista una miraba de interrogante, aunque en su interior yo estaba elaborando una teoría al respecto.

—Sé que parece una locura, pero alguien está tratando de chantajearme. Sólo me han enviado hasta ahora la imagen junto a un correo anónimo con un monto: 50.000 dólares. Asumo que pagando esa suma es el único medio para salvar mi exposición, pero no tengo esa suma de dinero; estoy segura de que el autor de este chantaje está en la ciudad, y necesito que lo encuentres y consigas apoderarte de esa copia antes que empiece a exhibirse este original.

A eso se debían sus palabras iniciales; Adán sabía cuáles eran las obras en las que estaba trabajando Carmen, excepto por la que estaba viendo en ese momento, que, desde luego, era un secreto muy bien guardado; pero si otra obra, incluso de menor calidad, era puesta en conocimiento público antes, Regreso al paraíso perdería todo su efecto, convirtiéndose en el centro de la polémica, pero no por las razones correctas. Carmen estaba confiando en él por una razón muy poderosa, porque sabía muy bien que estaba dispuesto a todo por ganarse su confianza.

— ¿Cómo sabes que se trata específicamente de un chantaje? Dijiste que solo estaba la foto y la cifra, perfectamente podría ser una broma de mal gusto, alguien le tomó la foto a tu pintura y luego te la envía.

—Sé que no es así porque sé quién lo hizo. Esta pintura es un secreto, tú eres la primera persona que la ve, y la segunda que sabe que existe.

La traición de AdánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora