Capítulo 8: Demuestra tu destreza

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— Muy bien, póngase por aquí por favor — le señaló la profesora el pequeño estrado que había a la derecha de la pizarra. — Ahora, ¿algún voluntario de gryffindor?

Mientras Valerie caminó hacia la esquina derecha no logró ver quienes levantaron la mano hasta que oyó a la profesora decir — ¡Oh maravilloso señor Weasley! Por favor, adelante, póngase frente a su compañera en el mismo lugar. 

Valerie sonrió para sus adentros, no le sorprendía para nada que el pelirrojo se hubiera ofrecido. Se giró y clavó sus oscuras orbes en el rostro del pelirrojo sin mostrar ninguna expresión en su rostro.  Weasley le dedicó una sonrisa socarrona.

— A continuación, ambos arriba del estrado por favor y saquen sus varitas — les ordenó la profesora.

Mientras lo hacían, varios alumnos se inclinaron hacia adelante en sus mesas interesados. Casi la mayoría estaba al tanto de como la nueva alumna de slytherin hechizó a Weasley, por lo que  sabían que el ejercicio iba a ser bastante interesante.

— Perfecto — continúo la profesora cuando ambos alumnos estuvieron en sus posiciones y con sus respectivas varitas en mano. — Lo siguiente que quiero que hagan es tratar de desarmar a su oponente de manera no verbal, pero claramente eso no sería demasiado real, por lo que les está permitido atacar a su oponente. — Weasley sonrió con maldad. — Solo podrán utilizar hechizos simples, nada que pueda dañarlos seriamente ¿quedó claro? — ambos asintieron. — Entonces a la cuenta de tres alcen sus varitas. 1... 2... ¡3! 

Weasley no perdió el tiempo — ¡Depulso!

Valerie, que estaba preparada se limitó a moverse hacía un lado sin siquiera mover su varita para defenderse. El pelirrojo abrió los ojos sorprendido por su ágil reflejo y ella le dedicó una mueca burlona.

— ¡Desmayus! — gritó Weasley, pero nuevamente la vampira solo esquivó el hechizo sin mover su varita.

Todos observaron anonadados a la nueva alumna por sus increíbles reflejos y varios compañeros de la casa de slytherin comenzaron a reírse, lo que aumentó la rabia de Weasley —¡Everte Statum! ¡Depulso! 

Ante el último hechizo Valerie por fin levantó su varita y dijo — Protego — Un escudo se formó rápidamente y con fuerza detuvo el ataque. Nuevamente le dedicó una mueca burlona al pelirrojo, el furioso gritó —  ¡Bombarda! 

La profesora iba a replicar y trató de detenerlo, pero el hechizo voló rápidamente en dirección a la vampira. Ella, sin embargo,  no se inmutó y sin dudarlo se protegió con un enorme escudo que desvió el encantamiento. Weasley la observó perplejo, sus reflejos eran absolutamente impresionantes.

Fue entonces que Valerie se puso en posición de ataque — Mi turno — y comenzó a avanzar hacia Weasley moviendo su varita con rapidez. El pelirrojo se percató que estaba siendo atacado con hechizos no verbales y gritó levemente desesperado — ¡Protego! — un escudo se formó frente a él, pero aquello no detuvo el avance de la vampira, quien simplemente atravesó las defensas del mago como si no existieran. 

Todos los presentes quedaron sorprendidos cuando la vampira atravesó la defensa de su contrincante sin dificultad. Cuando Valerie estuvo a menos de un metro del pelirrojo le sonrió con malicia, agitó su varita y Weasley salió volando hacia atrás cayendo estrepitosamente contra el suelo.  Valerie le apuntó con su varita y todos, absortos, vieron como ella movió su mano y la varita de Weasley salió volando lejos de su dueño.

El silencio reinó por unos segundos hasta que la profesora interrumpió aplaudiendo, satisfecha — ¡Muy bien hecho, señorita Deanoff! Parece que subestimé sus habilidades y se maneja a la perfección con los encantamientos no verbales — la vampira inclinó la cabeza a modo de agradecimiento y se dirigió a su asiento.

Corrompiendo tu alma negraWhere stories live. Discover now