capítulo final

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(Kellin)

Habían pasado meses desde que nos reencontramos con Oliver.
Nos escribimos todos los días porque tenemos presente que nos amamos.

Al final para Oliver las cosas fueron fáciles porque su esposa lo engañaba así que fue fácil deshacerse de ella, en cuanto a mí, tenía a Katelynne ya a punto de decírselo, ya habíamos tenido a nuestra niña y estábamos muy contentos con la llegada de nuestra hija.

Nuestra niña dormía y los niños estaban jugando videojuegos, entonces decidí hablarle entonces la esperé en la habitación al lado de la de Copeland (nuestra niña).

Había practicado como decírselo pero nada en convencía, así que sólo improvisaría.

Katelynne entró en la habitación y arrimó un poco la puerta. Estaba vestida con una calza y un suéter largo y unas pantuflas. Ató su largo cabello negro y me miró.
—¿Qué sucede?—me susurró.

Mi corazón latía fuerte. Tenía que hablarle ahora, estaba tan nervioso que empezaron a sudarme las manos.

Aclaré mi garganta y le dije:
—Soy un idiota, pero quiero separarme.

Katelynne largó una bocanada de aire y me miró un poco consternada.
—¿He hecho algo?, ¿qué sucede?—dijo manteniendo la calma.

—No has hecho nada malo, todo lo contrario eres maravillosa—me quedé en silencio unos momentos—. Yo he hecho cosas... Que no me enorgullecen pero no me arrepiento. Hace mucho que estoy enamorado de alguien más.

Katelynne agrandó los ojos.
—¿Es esa mujer con la que estuviste antes que yo te conociera?

Suspiré.
—Es alguien que apareció después... Cuando nos conocimos y éramos amigos. Pensaba que lo nuestro había terminado pero tuvimos un reencuentro y me di cuenta que no podía olvidar todo. Bueno, no quiero abrumarte con mis detalles.

Katelynne comenzó a respirar media agitada. Se veía triste.

—Te dejaré un momento.

Pero me interrumpió y de inmediato dijo:
—No, es el golpe del momento.—habló agitada y se sentó en la cama.

Yo me quedé estático. Hablábamos en voz baja. Y jamás me había imaginado que sería así, pensaba en que me gritaría o que estaría de acuerdo. Empezó a dolerme el pecho y pensé: "¿De qué otra forma podría ser? Esta es la forma correcta."

Katelynne se reincorporó
—Podemos ser buenos amigos, por los niños. Bueno, mis hijos y yo.

La interrumpí.
—Nuestros hijos. Sé que me querrán como padre. Esta casa es de ustedes, eso ya lo sabes. Quiero estar presente, cuando ellos me necesiten y cuando tú me necesites.

Katelynne se largó a llorar más fuerte pero se cubrió la cara.

Quise consolarla pero no podía yo le estaba provocando eso así que no pude moverme.
—Lo siento.—dije casi en un susurro.

—No lo sientas, al menos no llevamos un matrimonio falso, era mejor terminarlo si así lo prefieres—murmuró dolida— ¿Qué es lo que harás ahora?

—Debo buscar... Un departamento cerca.—Yo medio sonreí y ella hizo una sonrisa que parecía más una mueca.

—¿Puedes decirme quién es la persona que quieres?

—Sí.—dije casi inaudible. Sería hipócrita no decírselo, no lo sé. Concluí diciéndole:
—No debe saberlo nadie, ni los niños—Katelynne asintió con la cabeza y le dije—. Es Oliver Sykes.

Katelynne abrió los ojos aún más grandes quedando totalmente atónita, pero de repente una sonrisa empezó a dibujarse en su cara, se ruborizó y quedo seria.
—Espero que te cuide como yo traté de hacerlo.—se acercó y me abrazó y yo a ella. Nos quedamos un rato así.

Kellin's SinsМесто, где живут истории. Откройте их для себя