"Me llevé a tu familia, él era tu hogar y ahora eres solo un nombre al aire. Pagarás por todo Kapot"

Ese maldito mensaje escrito cruelmente con sangre, que no quería investigarlo pero sabía era de Barry, y al final de este un logo el cual conocía perfectamente; era una afrenta de la mafia china, enemigos jurados de Bratva y la forma en que el símbolo chino había sido sobrepuesto y distorsionaba al ruso como si lo pisoteara, dejaba claro el mensaje.

Sabía que quien fuera su agresor, los chinos no lo respaldaban ya que había un extraño acuerdo de no agresión entre ambas mafias, aunque era bastante obvio que esto no era contra la Bratva sino contra él como miembro de esta. Y justamente por eso se preocupaba, si el culpable de esto había descubierto su relación con Barry, estaba casi seguro que habría investigado lo suficiente para saber que era The Flash y como este no era del todo invulnerable, seguro habían descubierto sus debilidades y era esa la única forma en la que se le ocurría que podían habérselo llevado sin que el menor pudiera escapar o darles la paliza de su vida.

No iba a mentir, cuando encontró eso en su casa, había caído de rodillas mientras temblaba, no sabía que iba a ser de él si no podía traer de vuelta al menor, traer de vuelta sus besos, sus inocentes caricias que en ocasiones le llevaban hasta el cielo mismo o sus tontas sonrisas con las que le llamaba amor con tanta facilidad, había sentido que le estaban quitando el aire y aunque sabía que saldría con vida de esto y también el castaño, el solo pensar en todo lo que le podrían estar haciendo a su pareja le estaba desgarrando en vida.

Pero no tenía tiempo para sentir lástima por sí mismo, tenía unos favores que cobrar y su puesto en la mafia rusa le facilitaría eso, no había otra opción, esto era importante para él. Con una llamada y unas cuantas palabras clave con Anatoly el trato estaba hecho, el encargo terminaría con el lugar sucio por todas partes, pero en la Bratva se ayuda y se paga todo, pero principalmente... Eso le traería a Barry de vuelta.

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Estaba ansioso pero seguro de que todo saldría bien. No había querido decirle nada a nadie, porque ¿Cómo se supone que le cuentes a tus compañeros y amigos de tu novio que formas parte activa de la mafia rusa y que por tu culpa todo se terminó jodiendo como siempre?

Ya había pasado día y medio desde habló con Anatoly y no podía quedarse quieto, eso lo notaban los demás a quienes había tenido que acudir para decirles que había conseguido la ayuda necesaria, que sería peligroso y que no debían meterse. Dejando a ambos equipos con más preguntas que respuestas con tan misteriosa y en cierta forma oscura declaración.

Su teléfono resonó, con una estúpida y melosa melodía de mensajes que el velocista había configurado cuando ya tenían algún tiempo de estar juntos, abrió rápidamente el texto para encontrarse con dos simples palabras y una solitaria letra de un número desconocido.

"Está hecho.

—A."

Ya estaba todo listo, esa era su señal y ahora tenía que avanzar, así que lo primero que hizo fue pedir todos los rastros de velocidades cercanas a la supersónica que se encontraran en el mundo, algo un tanto difícil pero no imposible, especialmente para las personas con quienes hacía equipo.

Luego de un rato lograron localizar una variante un tanto inestable y le dieron seguimiento, cuando esta se detuvo en el lugar donde solían entrenar cuando no estaban en el refugio, supo que tenía que ir solo y los demás lo comprendieron al ver la urgencia y desesperación en su mirada que hasta ese momento se había mantenido estoica y sin delatar sentimiento alguno.

Rápidamente tomó su chamarra de cuero, su arco por precaución y arrancó lo más rápido que pudo hacia donde sabía estaba su pareja. No sabía con que se encontraría o qué le diría, claramente no podía decirle "Hey, lamento que hayas quedado atrapado en una venganza entre miembros de la mafia, pero como soy un miembro de alto rango logré cobrarme unos favores para que mataran a medio mundo y pudieras escapar" no que le importara mucho eso en estos momentos. El aire frío en su rostro le estaba ayudando a despejarse y casi tan seguro como que él era Green Arrow, supo que las primeras palabras que saldrían de su boca serían "Perdóname".

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Oliver iba llegando a la ubicación que había logrado triangular gracias a sus confiables compañeros de equipo. Venía siguiendo el trayecto con cierta ansiedad, el lugar estaba bastante destartalado y en otra situación, eso no le daría buena espina, pero ahora solamente estaba ahí parado al borde del pórtico y ya que lo pensaba, poco o nada le había importado ponerse su traje de vigilante, esto era mucho más importante y era por eso mismo que no sabía porque no lograba dar los pasos que cortarían la distancia entre la en estos momentos tétrica puerta y el pórtico.

Su corazón latía como loco, las manos le sudaban y sentía la cabeza dándole vueltas una y otra vez al delgado rastro de sangre que había quedado marcado en el camino desde mucho atrás, cosa que le estaba terminando de preocupar de forma alarmante, sentía su pecho oprimido, cierta furia calentarle y al mismo tiempo una aguda desazón en la boca del estómago.

Fue ahí que escuchó un pesado jadeo junto a un bajo y cortado tono demasiado familiar, el cual tenía tiempo sin oír y extrañaba demasiado, este decía.

¿Oliver?

Entonces ya no pudo más, inhaló profundamente y con el alma a punto de escapársele por la boca, dio dos pasos largos y desesperados hacia el pomo de la puerta, no estaba bien, todo lo que había pasado en esos días le había quebrado más de lo que hubiera querido. Le tomó toda su voluntad para mostrar entereza, debía ser fuerte, así que abrió la puerta sin poder emitir sonido alguno, con los sentimientos a flor de piel por la expectativa. 

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NA. Originalmente no tenía planeado continuar esto pero le daré continuidad.

NA2. Dedicado a Emi, Shelly y Mabel que me ayudaron a betear y terminar porque yo tenía la idea y fragmentos pero no lograba juntarlo todo de forma decente.

Un golpe bajoWhere stories live. Discover now