Capítulo 1 - Acuerdo de descendencia

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La nueva comandante, Hanji Zoe, era quien se encargaba de transmitir el mensaje de la corte a sus subordinados. Su trabajo sólo sería darles las reglas a los participantes del contrato, pues estaba estrictamente advertida: "No involucren sentimientos en esto, ¿entendido?".

Los pocos miembros sobrevivientes de la Legión de Reconocimiento estaban reunidos frente a la corte, expectantes por el nuevo rumbo que los superiores habían decidido.

—Primeramente, me veo obligada a repetir las palabras de nuestros superiores con respecto a esta situación: "Esto no es cuestión de amistad ni amor, sino el bien de la humanidad".

—¿Qué?

—Entonces, los futuros progenitores serán: Su Majestad, Historia Reiss, y la esperanza actual de la humanidad, Eren Jäeger. La segunda pareja... ¡Connie, Sasha!—Intentó gritar Hanji cuando los mencionados se reían de sus amigos, fracasando, pues ella también debía aguantar sus ganas de reír.

—¿Cómo han llegado a esta decisión?—Preguntó Eren, bastante apenado y nervioso.

—Tu miedo era tener que comértela para obtener la coordenada, ¿cierto, Eren?—dijo Levi desde una esquina—. Una noche con ella no será peor que matarla, idiota.

—Bueno, necesitamos a alguien con sangre real, ¿verdad?—intentó comprender Historia.

—Así es, Su Majestad—continuó Hanji—. Y no podemos permitirnos matarla o darnos el lujo de hacer que sea usted quien coma a Eren, no en este momento.

—Lo entiendo, Hanji. No podría hacer eso.

—¿Y tú qué dices, Eren?—preguntó Hanji, de pie.

—Yo...

—Con eso basta—rió al fin Hanji—. Bien, también necesitamos perpetuar el linaje Ackerman.

—¿Disculpa?—Logró articular Mikasa. ¿Qué era eso de repente?

—La familia Ackerman ha servido a la familia Fritz desde que todo esto comenzó. Tú y Levi son extremadamente fuertes, Mikasa. Es por eso que la segunda pareja son ustedes dos.

—Hey... ¿Qué es esto?—murmuraba Mikasa, sorprendiendo a todos a su alrededor al mostrarse tan consternada—. ¿El capitán es un Ackerman? ¿Por qué no me lo dijiste?—preguntó dirigiendo su mirada al cabo, que se encontraba a pocos asientos de distancia.

—No sabía que pedirían esta mierda.

—Tienen un año, ambas parejas.

—¡Espera!—exclamó Mikasa.

—Maldita cuatro ojos, esto no es gracioso—rugió Levi, poniéndose de pie junto a la chica.

—Pero no le importó obligar a Eren—susurró Jean.

—¡Silencio!

No sólo Hanji, sino todos los miembros allí reunidos temieron al ver el furioso semblante de ambos Ackermans en la sala.

—¡Capitán Levi! ¡Mikasa!—ordenó Historia desde su trono—. ¡Siéntense!

《¿Esta mocosa pretende darme órdenes?》pensaba Levi, mordiéndose el labio inferior de impotencia; aunque no se debía a tener que traer un niño al mundo por obligación, sino por ser sermoneado por esa niñata que no sería Reina si no fuera gracias a él.

—Tampoco es fácil para Eren o para mí.

—¡Son muy jóvenes aún! Eren es un niño, ¿cómo pueden obligarse a hacer algo así?—respondió Mikasa obedeciendo y tomando asiento, provocando risas de nuevo por parte de sus compañeros.

—Ustedes deberían comprenderlo mejor que yo. ¿Quién conoce mejor la decadencia de nuestra gente que la Legión de Reconocimiento?, ¿más que los dos soldados más fuertes de la humanidad?

—Capitán...—dijo Mikasa apenada, volviéndose hacia su superior, detrás de ella.

—Ven...—hizo un ademán con su mano derecha, indicándole que se acercara. Una vez a su lado, se asomó a su oído y susurró—. Sólo digamos que sí, ¿entendido? No pueden obligarnos a esto. No dejaré que lo hagan. Pero por ahora...

—Sólo debemos asentir.

—Así es, cadete.

—¿Terminaron?—preguntó Hanji bostezando.

—Lo haremos—respondieron al unísono.

—Gracias—dijo Historia suspirando, muy tensa ante las nuevas normas.

—Entonces proseguiré—continuó Hanji—. De aquí a un año ya deben traer al bebé, el sexo del niño no importa. Asegúrense de cumplir con el tiempo pactado porque los necesitaremos cuando retomemos el muro María.

—O sea que tienen tres meses para follar—se oyó venir desde los soldados, provocando risas pero mucha vergüenza en Historia, lo que terminó con todos los soldados fuera de la sala, expulsados por órdenes de Levi.

—Los golpearé bien fuerte cuando salga de aquí—dijo Mikasa.

—Me apresuraré—dijo Hanji, retomando sus papeles—
. Deben estar dos horas de cuatro días a la semana juntos, como ustedes quieran, pero solos.

—Tsk, así justifican que nos estén obligando a esto.

—Levi, por favor, quiero terminar. También compartirán habitación desde hoy. No pueden abandonarla. Tendrán su habitación en el Palacio, entonces  habrá guardias. ¿Alguna pregunta?

—¿Qué sucederá con los bebés?—preguntó Eren en voz baja, a penas levantando su rostro al frente.

—Si cumplen con el tiempo estipulado, es probable que estén fuera de combate hasta que el niño o niña cumpla los tres o cuatro años. Durante ese período de ociosidad pueden traer otro.

—Suficiente. Ya dijimos que sí, ahora me largo—dijo Levi antes de marcharse, seguido de Mikasa.

—¡Esperen!—milagrosamente ambos Ackermans se detuvieron—. Ya es tarde, el soldado de la salida les indicará donde está su habitación. Oh... Y otra cosa—agregó Hanji, frenándolos de nuevo—. ¡Feliz noche de bodas!

Pudo haber sido peor, pero Hanji sólo se ganó a Levi alzando su dedo medio en su dirección.

—Tengo otra pregunta—dijo Eren.

—¿Sí, señora Jaeger?—respondió Hanji. Sin embargo, los nervios de Eren no le permitieron responder ante sus burlas.

—¿Cómo verán esto en el pueblo?

—Tendremos que decirles que su boda ya se llevó a cabo... En realidad no es del todo una mentira porque en nuestros registros, Historia y tú ya están casados. Mikasa y Levi también —finalizó Hanji entre risas.

Mientras tanto y a pesar de que ambos se negaron rotundamente, el camino hacia su habitación por el lujoso Palacio era eterno y muy incómodo.

—Dormiré en el piso—dijo Mikasa con seriedad, viendo a la distancia su habitación.

—Idiota, yo dormiré en el piso.

—Esta será su habitación durante un año entero, capitán Levi, soldado Ackerman.

—Largo.

—Sí, señor.—respondió el soldado, se despidió y se marchó, siendo ignorado por ambos.

—¿Y ahora, Capitán?—preguntó la chica antes de entrar.

—Tú te acuestas en la cama, yo en el suelo y mañana será otro puto día, ¿entendido?

—No dormirá en el suelo.

—¿Aceptas el acuerdo de descendencia?

—¡No! Pero usted no puede dormir así.

Ambos continuaban discutiendo frente a la puerta.

—Entonces, dormiremos juntos.

Linaje Ackerman [RivaMika]Where stories live. Discover now