No es quien amas

8 1 0
                                    


Victoria despertó abruptamente experimentando una opresión asfixiante en su difunto pecho, la sensación era intensa y la hacía sudar sangre, miró entorno suyo para asegurarse de que estaba en la habitación que ella misma adaptado varios metros debajo de la tierra, sus ojos verdes se familiarizaron con el que alguna vez fue un hueco frío y húmedo, de un mohoso piso de madrera, ahora era un amplio y oscuro cuarto sostenido por pilares de piedra fría, el suelo era de mármol. En efecto era de noche y se encontraba en su refugio y no a la intemperie en un día soleado. Se levantó del sarcófago con un salto ágil y con esa confusión emocional se precipitó hacia el féretro que yacía en una esquina dentro de la misma habitación.

Sin esfuerzo alguno lo abrió dejando al descubierto a un demacrado vampiro, sediento, de piel trasparente y moreteada en algunas partes, las cadenas de plata ya formaban llagas malolientes en su cuerpo y sus ojos carecían de todo brillo.

--- Victoria, ayúdame. --- Rogó entre siseos débiles.

Ella lo miró sin compasión alguna.

--- Antes de que salga el sol te quitaré las cadenas. --- Mencionó fríamente.

Su deseo de venganza la incitaban a acabar con él, pero sus superiores se lo cobrarían muy caro por ello al ver el estado de su creador optó por tener un poco de indulgencia.

--- Tengo sed.

--- Yo también y no me estoy quejando.

Se dio la vuelta con desdén para buscar su almacenamiento de suave y exquisita sangre la cual guardaba en finas botellas de vino, la sirvió con elegancia en una copa y luego con un andar altivo que disimulaba su turbamiento regresó con su creador, se sentó en el filo del sarcófago y con saña agitó la copa, el vampiro miró ese espeso fluido moverse circularmente dentro del cáliz, percibir su fresco aroma era tortuoso, tenía la lengua pegada al paladar, la sed era mortal aún para él.

--- Es de un hombre sano y fuerte. --- Se mofó disfrutando aquella pena.

Dio el primer sorbo y él deseó morirse.

--- Eres muy cruel. --- gimió.

Ella sonrío malvadamente.

Cuando se fastidio de torturarlo y cuando no pudo sostener mas aquella sonrisa falsa cerró el ataúd y se dirigió a buscarle su alimento, viscosa sangre de ratas.

--- Esto se está volviendo tedioso. --- Murmuró sosteniendo la rata a la altura de la boca de su creador.

En un principio la cara de asco que ponía al beber hasta la última gota sanguinea de ese asqueroso animal, era reconfortante para ella, pero con el tiempo el hambre hacia que Dimitri la devorara sin titubeo alguno y eso menguaba el placer de Victoria.

--- ¿Qué tienes? --- Le cuestionó Dimitri.

Victoria se sobresaltó al verse descubierta.

--- ¿Además de tedio? --- Respondió con frialdad.

Dimitri ya no podía ser engañado por ella, la conocía perfectamente, descifraba en ella cada gesto, cada mirada y a veces con el suficiente esfuerzo era capaz de desmentir cualquier elaborada farsa suya.

--- No es así ¿Qué te ocurre?

--- No lo sé, --- respondió siendo sincera. --- juro que puedo sentir que mi corazón da saltos abruptos como si en verdad tuviera vida otra vez, es algo inexplicable, es algo mortificante pero esperado a la vez.

--- ¿Tendrá que ver con esa mujer a la que llamas antes de salir el sol?

--- ¡Mariah! --- Apremio exasperada.

VictoriaDove le storie prendono vita. Scoprilo ora