Era Miércoles, había pasado dos semanas de aquella fiesta, y nuevamente me quede con la incógnita de tu paradero.
Salí de la universidad y me dirigí al estacionamiento, donde probablemente, estaría Jessica e iríamos a tomar algún café o algo asi.
Pero Jessica no estaba en su típico lugar donde estacionada su Range Rover, se encontraba un Jeep negro.
No pensé que fuera tuyo, y tampoco pensé que tu te encontrarías detrás de las ventanas polarizadas.
Así que solamente pase de largo, pero tu voz me detuvo.
—¡Pecas!— Gritaste, saliendo de tu automóvil y caminando hasta quedar frente a mi. —Que bonita luces hoy— Sonreíste coquetamente.
—Tu intento de coqueteo es mas pobre que mi inexistente cuenta bancaria, Tuerto.— Brame sarcásticamente, alzando mi ceja izquierda, y cruzando mis brazos.
—Oh no, no quería coquetear. Solo quería ser cortéz. Luces terrible.
—Vete al infierno.
—De allí vengo.— Miraste fijamente mis ojos y por primera vez en mi vida, me sentí nerviosa bajo la mirada de alguien.
A pesar de querer descubrir los secretos que tus ojos escondían, y lo interesantes que me parecían, no podía con el nerviosismo y estado de idiotez que causabas en mi.
—Que dices si te subes a mi auto y damos una vuelta.— Propusiste, colocando un cigarrillo entre tus labios, para luego encenderlo y dejar salir todo el humo en mi cara.
—Sólo si me compartes.— Sonreí quitando el cigarrillo de tus labios.
Aquella tarde me llevaste a Mc'donals y acabamos dando vueltas por las cuidad quemando un porro.
Al apoyar mi cabeza en la almohada, me permití pensar en tu sonrisa o en tu peculiar forma de fruncir el ceño mientras conduces.
Mi movil vibró con un nuevo mensaje tuyo. Te habías encargado de agendarte en el.
"He Mentido"
"¿A que te refieres, Shawn?"
"Si lucias muy bien esta mañana"
