SI o Si - 17 Años

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-Es una sorpresa -comentó él. También bebía vino y los efectos parecían pronto a hacerse notar. Jorge ebrio era un peligro ambulante.

-Bueno, mientras no desperdicies esa cabeza, te apoyaremos en todas las decisiones que tomes -dijo el abuelo de Jorge.

Cantamos el cumpleaños feliz y servimos el pastel que estaba delicioso. Cuando acabamos de comer, mi padre se puso de pie con una copa en la mano para hacer un brindis.

- Jorge eres el único hombre de esta casa, después de mí. Es un orgullo haberte visto crecer y que estés por cumplir todos tus objetivos. Eres como el hijo que nunca tuvimos, nosotros -dijo, dándole la mano a mi madre-, amamos a nuestras hijas, pero tú ya tienes un lugar especial en nuestros corazones. Es un honor verte ahora y saber que serás un hombre de bien...

De repente, la abuela comenzó a soltar unas lágrimas rebeldes que ella se empeñó en secar con una servilleta, mamá y Lily sonrieron como nunca y Cecilia estaba a punto de echarse a llorar.

-... Y por todo el cariño que te tenemos, Jorge -continuó mi padre, radiante en su traje negro que fue especialmente hecho para la ocasión-, queremos que formes oficialmente parte de esta familia. Así que este es nuestro regalo de cumpleaños, la mano de nuestra querida hija Martina.

Cecilia no se resistió y dejó escapar las lágrimas, mamá dio un grito de alegría de tal magnitud que dejó sordo al grito de sorpresa que di yo.

¿Yo qué? ¿Comprometida? ¿Con Jorge? ¿Con ojos verdes? ¿Con el chico que me crie, que crecí y que odio?

Tenían que estar bromeando, ¡Esto tenía que ser una maldita broma!

Yo no me podía casar, aún no cumplía la mayoría de edad. Además, me quedaba un año de escuela todavía -debido a que repetí un año-, no iría a clases con un anillo de casada a clases. Ni siquiera sabía si eso era legal.

- ¿Están locos o qué? - grité cuando dejaron de celebrar. Todos se voltearon a mirarme, debía tener la cara deformada por la ira y la sorpresa-. Ustedes no pueden regalarme como si fuera un objeto, soy una persona, un ser humano, no un estúpido ganado que se puede dar al mejor postor.

Descargué toda mi rabia en cada palabra, como si fuera veneno. La fiesta había terminado, esto teníamos que discutirlo ahora mismo.

- ¡Martina, no tienes ningún derecho de hablarnos así! -mamá también estaba enojada, la única vez que me había peleado con ellos fue cuando Jorge atropelló a Sparks.

- ¡Claro que lo tengo, o acaso se olvidan que yo también pienso! ¡No soy una estúpida como todos creen! -le grité de vuelta.

- ¡Basta, yo hablaré con Martina! -todos miramos a Jorge, que se había levantado y se acercaba a mí. Me agarró con fuerza de un brazo y me arrastró hasta otra habitación. Ni siquiera me había dado cuenta que nos digiramos a la cocina.

Jorge echó a todos los cocineros y nos dejaron solos. No podía mirarlo, si lo hacía lo mataría.

-Tini, mírame a los ojos, necesito que lo hagas para que escuches lo que tengo que decirte -me afirmó de los hombros, de modo que no pudiera escapar. Levanté con lentitud mi cabeza, controlándome para no golpearlo.

-Dilo rápido antes de que te asesine - Rayos estaba tan enojada en ese momento que era capaz de hacerlo.

Respiró hondo y antes de abrir la boca para decir algo, me besó.

Me pilló desprevenida, con la guardia baja, no pude hacer nada para negarme, ya que aún me tenía sujeta de los hombros.

Cuando se separó, no podía parpadear ni cerrar los ojos. Jorge se relamió los labios y volvió a hablar.

¨Marry Me¨CANCELADAWhere stories live. Discover now