Capitulo 1

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Al principio, cuando me desperté, una oleada de recuerdos me pasaron por la mente. De ellos solo supe que me llamo Sonya y que nací el día 12 de Marzo de 2320 y que estamos en el año 2335. Es decir, tengo 15 años.
Miré la habitación desconocida. No era muy grande, tampoco muy pequeña. Mi cama estaba cubierta con sábanas color lila y que abrigaban demasiado. No sabia en que estación estábamos, pero deduje que en verano. En una esquina había una estantería con unos 5 trofeos de baloncesto. Me acerqué para ver si ponía mi nombre y descubrir algo más sobre mi. Ponía:
"Andrea Alonso, 2016"
Al ver la fecha me asusté, eso era de hacia siglos. Pensé que seria de mi tataratataratataratatara.....abuela. Bueno, al menos eso esperaba. En la otra esquina había una mesa en la que había un uniforme color azul oscuro y un móvil. Revisé un poco los contactos, pero solo había contactos tipo "Mamá" "Abuelo" "Tío Jorge". Debía de ser una marginada social, no tenía ningún contacto que pareciese mi amiga. Hasta que encontré el de "Diana". Llamé a ver si ella sabía algo sobre..mí
Primer pitido, segundo pitido y..

—Andrea, ahora no puedo que estoy biólogia. No lleges muy tarde.
—¡Espera!
—¿Queeeé?
—Yo no me llamo Andrea, me llamo Sonya

Ella soltó una carcajada y colgó. Yo, decidida a descubrir quien era, seguí buscando.
En el escritorio tan solo había un cuaderno de sociales en el que ponía: Andrea Alonso. No tenía ni idea de quien era esa tal Andrea, pero si algo tenía claro es que me llamaba Sonya y que tenia que escapar de allí como sea. Pero, ¿adonde ir?
No sabia nada sobre mi, y menos sobre esa ciudad.
Se me empañaron los ojos y fui a verme al espejo. Frente a el me vi a mi, aparentaba pasar los quince por mi altura. Tenia el pelo color castaño rojizo que me llegaba hasta el ombligo. Me lo recogí rápidamente en un moño mal hecho. Mi cara estaba adornada con pecas junto mi nariz pequeña y mis ojos marrones. Llevaba puesto un pijama blanco y azul que me venia un poco grande. Fue allí cuando me di cuenta que tenía marcas de pelea en los brazos y el cuello. Se notaba que había luchado por que no me metieran en la habitación desconocida.
Fui a cambiarme de ropa y escapar de esa casa. Ojee un poco la ropa que tenía cuando una dulce voz me sorprendió.

—Andrea, cariño me voy ya a trabajar, corre que llegas tarde al instituto.

Me giré rápidamente y vi a una mujer vestida muy formal con un pelo negro que le llegaba por el cuello. Pensé que sería mi madre. Pero yo no me llamaba Andrea. Se fue por la puerta y me quede con las palabras en la boca.

KeghusWhere stories live. Discover now