─ ¿En serio no me crees que le gustas a JiMin? Ok, hagamos una apuesta. 

Mala idea, no debía. Apostar contra él nunca traía cosas buenas. La última vez terminé en el hospital por intoxicación. Pero...

─ ¿Qué quieres apostar? ─era imposible negarse a una apuesta. Temía que algún día gastara todo el dinero de mis padres en un casino, por eso le pedía a SunMi que guardara mi dinero y que me lo entregara en situaciones importantes. 

─Te apuesto a que si consigues novio, Park se pone celoso ─lo pensé un poco. Sería bastante difícil. 

─Yo no quiero tener novio ─le respondí.

─Eso se arregla fácil. Me haré pasar por tu novio y veremos cómo reacciona JiMin ─asentí y lo volví a pensar. 

─Si no pasa nada, yo gano. Y quiero que te disfraces de payaso y vayas en bicicleta hasta el centro comercial. 

─Ok, pero si yo gano, tendrás hacer de Julieta en la obra de la escuela. 

─ ¿Estás loco? Soy hombre y JiMin va a audicionar para el papel de Romeo, no quiero ser Julieta. ─le reclamé.

─Entonces estás aceptando con anticipación que yo tengo razón ─él sabía cómo provocarme, yo era tan débil y quería demostrarle a ese idiota que el pelinegro sólo era mi enemigo. 

─ ¿Cuándo comenzamos? ─él sonrió de medio lado y miró el reloj que tenía en la pared. 

─Ahora... ya. Vamos ─me dijo. Sabía que quería empezar de inmediato.

Me puse de pie y salimos al pasillo. KiHyun fue despacio hasta la puerta de la habitación de Park y pegó el oído a la madera. 

─Está ahí, está hablando por teléfono ─me susurró. Yo asentí y me acerqué a su lado. 

Esto parecía una locura, y en realidad lo era. Pero qué importaba, tenía que ganarle a KiHyun. 

─Tú sígueme la corriente e intenta no poner cara de asco si te digo cursilerías, ¿De acuerdo?

─Vale.  

Nos separamos un poco de la puerta y el pelirrojo me abrazó. 

─ ¡Te amo tanto, YoonGi! ─gritó. 

─Sé más natural, idiota ─le susurré. Él gruñó y me hizo callar. 

─ ¡No puedo creer que hayas aceptado ser mi novio! ─volvió a gritar. Quería golpearme en la cabeza, el idiota no sabía actuar.

De pronto, la puerta se abrió y JiMin salió con la cara pálida y el celular en la mano temblorosa. 

─Después te llamo ─le dijo a la persona detrás de la línea. Se quedó mirándonos unos segundos, hasta que se atrevió a hablar─. ¿Son novios? 

─Sí, se lo he pedido esta tarde. Es increíble que YoonGi sea mi novio, cuántos chicos y chicas estarán celosos ─me removí entre sus brazos  y miré entre la maraña de pelo que me tapaba la vista a mi enemigo.

Tenía el ceño fruncido y apretaba el celular tan fuerte que pensé que se lo destrozaría. Sólo atinó a mirar con desconfianza a mi amigo y se encerró en su habitación. 

─Listo, gané ─dijo, soltándome abruptamente. 

─Tú no has ganado nada. Yo no lo vi celoso. 

─Eso es porque estás ciego. ─recordé cuando Park intentó besarme y atacó a mi inocente ojo. Yo no podía gustarle, nos conocíamos desde los ocho años, éramos casi como hermanos. De esos que se llevaban como perros y gatos, pero hermanos al fin y al cabo.

cásate conmigoWhere stories live. Discover now