Capítulo único

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Joey se lanzó al sofá suspirando, entre una ferviente ira y una inevitable tristeza. Se quitó los zapatos con brusquedad y cerró los ojos, intentado escapar de la realidad por unos segundos para caer en el mundo de los sueños, pero ni siquiera eso podía conseguir, tenía tantas cosas en la cabeza que le atormentaban, le frustraban y mermaban su casi inexistente autoestima.

Los constantes rechazos amorosos y las crueles burlas recibidas por consiguiente le deprimían, consiguiendo un más que notable cambio negativo en su comportamiento; comenzó a estar más irritable, y sus compañeros de banda eran los más afectados. El álbum homónimo de la banda estaba en pleno proceso creativo, y la actitud del baterista era un completo problema.

Quien más se preocupaba era Corey, ya que él era la persona que escuchaba los tristes rechazos y que consolaba al pequeño Joey.

Ese día no había sido la excepción, Joey había ido con una tierna sonrisa y una bella rosa al encuentro de una chica con quien llevaba un tiempo prudente hablando y tenía muchos temas en común.

Llegó hasta el puesto de trabajo de la joven, y tan pronto como se la encontró, le confesó sus sentimientos, sin embargo, cuando finalizó su discurso amoroso la chica comenzó a reír burlescamente.

"¿Disculpa? No, no salgo con chicos como tú. Sólo salgo con hombres más altos que yo. Además no eres lo que yo diría atractivo, tu frente es enorme, eres un enano y simplemente no me gusta nada tuyo físicamente", finalizó su discurso tomando la rosa y lanzando ésta al suelo.

Joey se mantuvo firme, y con el orgullo en el subsuelo se marchó al borde de las lágrimas, rompiendo en llanto una vez llegó a su casa.

Luego de unos minutos maldiciendo a la mujer que acababa de ridiculizarlo, automáticamente llamó a Corey, tomó el teléfono y marcó mientras se limpiaba las lágrimas con el dorso de la mano.

"Corey", espetó con voz temblorosa una vez que escuchó que el teléfono había sido atendido.

"¿Joey? ¿Qué ocurre?", se preocupó el mayor, notando por la voz al otro lado de la línea que Jordison estaba llorando.

"¿Puedes venir a mi casa?", pidió suavemente "te necesito".

"Enseguida estoy allá", aseguró y cortó la llamada, calzándose los zapatos y saliendo rumbo a la casa del más bajo.

Golpeó la puerta insistentemente, casi desesperado por socorrer al baterista en lo que fuera que le estuviera provocando llorar, luego de unos eternos segundos la puerta se abrió, dejando ver al triste Joey, con los ojos enrojecidos, el delineado que se había aplicado horas atrás estaba esparcido por sus mejillas, el cabello desordenado y los pies descalzos. Corey lo abrazó con fuerza en ese mismo instante, le dolía inmensamente ver a aquel adorable chico sufrir.

Se separaron sólo para cerrar la puerta e ir a sentarse al sofá, en donde Joey se recostó y acomodó su cabeza en el regazo del mayor, mientras éste le acariciaba el cabello con cariño.

El baterista el contó todo lo sucedido a Corey, quien a medida que avanzaba la historia sentía más rabia, no entendía quien podía hacerle tanto daño a semejante ternura. Corey estaba completa y locamente enamorado de él, pero tenía asumido que se debía conformar con la gran amistad que tenía con Joey. Aún así le dolía ver que las mujeres que tenían el amor del más bajo, aquellas féminas que poseían lo único que él anhelaba en la vida, le rechazaban de crueles maneras, insultando su físico y su personalidad.

"Joey, ella no se merece a alguien tan bueno como tú, es un asco de persona si se atreve a decir tales mentiras sobre ti", intentaba consolarlo, pero las lágrimas de Joey no dejaban de caer.

Sentimientos Pisoteados - Jorey Donde viven las historias. Descúbrelo ahora