Pastelazos, huídas y... El fin.

11.4K 1.3K 226
                                    

Me lo has prometido. – Me dice Steve al llegar a mi mesa. Mi madre lo evalúa y no parece nada asombrada pese a lo estupendo que ha estado hace un momento.

- Lo siento. – Dice una voz que mis mariposas y yo reconocemos enseguida pues ellas saltan y yo me agarro a mi asiento para no hacerlo. Es él, ¿Por qué? – Esta pieza me la ha prometido a mí, quizás después – Despacha a Steve quien todo educación me dice que volverá mientras a mí me sonríe y a él le frunce el ceño.

- Ethan, querido... - dice mi madre extasiada mientras yo trato de buscar mi lengua y mi voz.

- ¿En serio prometiste esta pieza a este... desconocido Jade? – Dice Enaí con acidez. Ethan sonríe nada ofendido y logra hacer parpadear a mi hermana.

- Si no me equivoco lo he visto acompañado ¿no va ofender a su pareja? – Añade Nata y quiero ahorcarla por ser tan directa.

- No tengo pareja alguna. – Dice amable y me da el brazo para que me levante. En tus sueños, quiero decirle pero sería demasiado obvio lo herida que estoy.

- Ve querida, ve por supuesto. – Dice mi madre en lo que parece un delirio, creo me ve casada y aumentando la fortuna familiar.

- Gracias por tu permiso Madre. – Digo irónica aunque ella no lo detecta y me levanto muy a mi pesar. Él me lleva de inmediato a la pista y estoy toda tiesa, no coordino nada y lo piso dos veces, una por equivocación y la otra por venganza.

- Con él no te equivocabas. – Me dice.

- Hola que tal. – Le digo sarcástica ya que ni ha saludado ni nada por el estilo.

- Desapareciste.- Dice sin más. – Te vi y al instante te habías ido.

- Fui a reunirme con mis hermanas. – Respondo seca.

- Y después bailabas encantada con otro hombre. – Dice al parecer molesto ¿Qué rayos?

- Y yo me fui a reunir con mis hermanas antes de saludarte por que tú estabas demasiado ocupado teniendo a una mujer en tus brazos. – Le suelto molesta también.

- Es Megan. – Dice frunciendo el ceño y cuando ve que simplemente lo veo sin decir nada añade: - Es una prima.

- Claro, se notaba el amor.

- ¿Estás celosa? – Pregunta divertido. Pero antes de contestar la susodicha se desliza entre los dos y me aparte de un empujón nuevamente, empiezo a sentir que la sangre se me agolpa en la cabeza y bulle por todo mi cuerpo.

- ¡¿Qué haces?! – Le dice él que parece sorprendido.

- ¡Aléjate de él! – Me dice ella enfadada y tratando de ponerme un dedo en el pecho, la alejo de un manotazo y salgo de la pista no sin antes escuchar: vamos a casarnos. Veo que intenta ir detrás de mí y él la detiene, ¡quiero matar a alguien! A esos dos de ser posible. Voy a la mesa de los postres para disimular mi enfado antes de llegar a la mesa por mi bolso y esta vez sí largarme. Con furia noto que ella ha logrado seguirme, intenta agarrarme el cabello y me giro con rapidez, todo el mundo baila, ríe y bebe, así que nuestra escena en realidad no es observada, pero si lo es al menos por mis hermanas y por Ethan los veo venir hacia nosotras.

- Niña, vete de aquí antes de que armes un escándalo que no podrás soportar.

- ¡Es mío! – Gimotea y veo que en realidad es muy joven. Ethan llega antes que mis hermanas.

- Megan, estás completamente loca.

- Dile que vamos a casarnos, díselo...

- ¡Cálmate! – Le pide él pero no refuta lo que acaba de decir. Lo miro herida y él alza las dos manos en gesto de rendición. – Todo tiene una explicación. – Dice de inmediato. Megan, te llevaré a casa.

¿Vieja yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora