IX

154 23 6
                                    

Al día siguiente me levanté temprano y acomode mi cama.
Me metí a la ducha y después de cambiarme, baje para saber en qué podía ayudar.

Divisé a la señora Karen moviéndose hábilmente por la cocina y el resultado de lo que se encontraba haciendo ya se podía hacer presente mediante el olor que comenzaba a emanar.
Me acerque cautelosamente y saludé sin hacer mucho escándalo.

—¡Buen día Tori!

—¿Puedo ayudar en algo? —pregunte sonriente.

La señora Karen me miro apenada.
Sabia que quería decirme que no, pero ahora que éramos más en su casa necesitaba más ayuda de la normal.

Comencé a acomodar el gran comedor con manteles, cubiertos, platos y vasos.
Mientras acomodaba los guisantes sobre la mesa, escuché a alguien bajando las escaleras.
Mi mirada se levantó y me encontré con uno de los trillizos, aún no podía diferenciarlos, sin embargo sabía que podría hacerlo si me daban un poco más de tiempo.
El trillizo me miro y no dijo nada, simplemente volteo la vista y camino al patio trasero con un andar bastante masculino.

—¿Bajo alguien? —pregunto Karen mientras limpiaba el agua de sus manos en un trapo de tela.

—Si, pero aún no sé quién fue —la mire apenada y ella rió mientras le restaba importancia a mi poca habilidad para reconocer personas idénticas.

—No te preocupes cariño, yo también los confundía cuando eran recién nacidos —dijo graciosa y le sonreí. Karen me miro pensativa y continuo hablando —¿podrías despertar a los restantes? Manny no tarda en llegar.

Asentí y subí las escaleras.
Toque la primera puerta, de la cuál no recordaba el propietario.
Espere a que contestaran y nadie salió, toque nuevamente y tampoco obtuve respuesta.

Me debatí internamente entre abrir la puerta, o simplemente dejarlo pasar y quien quiera que durmiera aquí, tuviese problemas con Karen y Manny.
Pero el simple hecho de hacer que los cuatro hijos de aquí me odiaran no sonaba nada atractivo, así que abrí ligeramente la puerta encontrándome con un trillizo dormido plácidamente.

Entre completamente porque así mis sentidos me lo indicaron.
Mire alrededor y la habitación era de un color crema casi café claro, tenía una bandera de Canadá colgada en una de las paredes y en su mesa de noche había un retrato del trillizo con Aaliyah y una instantánea que parecía haber sido tomada en una fiesta, en esa foto se encontraba con dos hombres y una chica a un lado de él.
Al pie de su cama reposaba una guitarra cafe bastante linda.

Me acerque hasta su cama y lo mire por más tiempo del que me hubiese gustado.
Admiraba sus finos rasgos y sus carnosos labios rojos.

Los tres eran realmente hermosos, y era tan sorprendente la manera tan diferente en la que ellos eran, pues ninguno de los tres tenían algo tan parecido si hablábamos de personalidad.

Después de al menos dos minutos embobada observando su semblante relajado opte por mover ligeramente su hombro.

El chico comenzó a abrir los ojos confundido, intentando acostumbrarse a la luz del día.
Al verme su cara cambio por una de sorpresa y se sentó de inmediato sobre su cama, golpeando su cabeza en el intento.
Evite soltar una carcajada y en lugar de ello le sonreí.

—Hola, buen día.

—Buenos días, Vitória —contesto alegre mientras intentaba arreglar su peinado.

—El desayuno está listo... —avise dejando la frase a medias, dándole a entender que no sabía de quién se trataba.

—Shawn, yo soy Shawn. Este es mi cuarto. Justo debajo del tuyo, ¿recuerdas? —me miro dubitativo.

—¡Oh si! Si, claro que lo recuerdo —lo mire por unos segundos —bueno, te veo abajo —señale el suelo y él asintió.

—Te veo en unos minutos —medio grito pues ya estaba por cerrar la puerta, levanté mi mano mostrando mi palma y después el trillizo desapareció de mi campo visual.

Qué precioso se veía inclusive a primera hora del día.

Me encamine a la habitación contigua, y cuando estaba a punto de tocar la puerta ésta de repente se abrió.
Estaba más que segura que se trataba de Peter, puesto que llevaba lentes y su vestimenta era impecable.

—Hola, buenos días Tori —me sonrió y depósito un rápido y torpe beso sobre mi mejilla.

Tarde unos segundos en reaccionar, sin embargo le ofrecí una cálida sonrisa.

—Buenos días Peter, el desayuno está listo —le dije, el asintió y sin darme permiso de decir cualquier otra cosa se fue de ahí rápidamente —adiós —dije quedito y me encogí de hombros para después pasarme a la habitación de enfrente.

Toque repetidas veces y nadie abrió.
Di por hecho que aquella habitación era de Raúl, quien ahora caía en cuenta había sido el primero en bajar e ir al patio trasero.

Caminé hasta el final del pasillo y me tope con la puerta de quién suponía era de Aaliyah.

—¡El desayuno está listo pequeña! —le dije en un tono alto.

—¡Pasa! —me grito y yo abrí la puerta.

Aaliyah se encontraba en una linda pijama de botones rosa con flores sentada sobre una silla cepillando su lacio cabello mientras se miraba en el espejo.

Su habitación era morada y tenía un toque demasiado femenino, o lo que se consideraba femenino a la edad de once años.

—Que bonita habitación —le dije mientras admiraba el lugar.

—Gracias, Shawn y Peter me ayudaron con la decoración —me contó y yo asentí —¿te importaría cepillar mi cabello por atrás? Hace tres días tuve un partido de hockey, y me lastime un poco el brazo bueno —hizo una mueca y yo me acerque a ella, dispuesta a cepillar su cabello.

Me paso su cepillo y yo comencé a pasarlo entre su suave cabello. Mientras tanto, Aaliyah texteaba.
Cuando termine deje el cepillo sobre el mueble.

—Listo, tu cabello está totalmente liso —le sonreí.

—Gracias Tori, presiento que nos llevaremos bien —me dijo sincera.

—Eso espero —la mire enternecida —bueno, bajemos a desayunar que ya está todo listo —Aaliyah asintió y ambas salimos de su habitación.

En la mesa ya se encontraban Manny, Karen y Peter esperando por Shawn, Raúl y nosotras dos.
Apenas tomamos asiento Shawn bajo bañado y totalmente arreglado.
Tomó asiento a un lado mío, y apenas se sentó su delicioso aroma a alguna colonia suya embriago mis fosas nasales.

Olía realmente bien.

—Buenos días a todos —saludo sonriente, como parecía ser siempre.

Raúl se integró en menos de cinco minutos, y ya estábamos todos sentados sobre la mesa.
El desayuno se basó en una grata charla entre todos, Raúl quien no parecía ser tan amable, había estado riendo y haciendo bromas.

—Asi que Tori —todas las miradas se posaron en mi en el momento que Manny pronuncio mi nombre —¿Qué te gustaría hacer el día de hoy?

—Mmm, Peter me invitó con sus amigos a —voltee a verlo, puesto que había olvidado el nombre del lugar al que suponía iríamos por la tarde.

—Queen street —me recordó.

—Queen street —repetí sonriendo y ellos asintieron de la misma manera.

—Muy bien, me alegra que Peter haya podido encontrar una nueva amiga —dijo Manny —asi que mañana podemos salir todos juntos y darle un tour a Tori, ya que será su ciudad durante los siguientes dos años.

—¡Excelente!

Me emocionaba poder salir con ellos a conocer la ciudad.
Me parecía algo de familia, y era lo que realmente necesitaba después de haber dejado a la mía en Portugal.

Hola buapas, ¿qué les está pareciendo la historia? La vdd.
Déjenme sus opiniones en comentarios, así me animo a seguir escribiendo ❤

Triple problema |S.M|On viuen les histories. Descobreix ara