El cadáver.

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El cadáver estaba allí sobre la fría mesa y aunque me daba miedo seguía haciéndole fotos con mi vieja cámara polaroid. toda la ciudad de seguro estaría dormida, yo en cambio seguía a qui intentando poner todo en orden.  mi trabajo no era fácil. pues los cadáveres son muy caprichosos. por lo general se descomponen a los dos o tres días y no hay quien aguante su hedor. luego salen los feos y horrendos gusanos. no puedo ocultar mi asco ante este hecho. pero he aprendido a conservarlos.

lo aterrador es que siempre parecen estar mirándote, cuando muy bien sabes que no pueden verte, aunque sin embargo es aterradora su persistencia en mirar sin pestañear ni una sola vez.

En verdad que es curioso lo bellas que son y luego lo horribles que se vuelven. 


Bueno me divertí mucho con ella ahora no me queda mas que salir a buscar otra. pero tengo que aprender a tratarlas mejor esta no me duro ni tres meses. creo que no volveré a vertir plástico caliente sobre sus ojos

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