I can't with this.

22 5 10
                                    

"Seis, seis malditos años, seis veranos de desgracias, seis inviernos de angustia.
Llevo seis malditos años enamorada de ti, Mark.
Llevó seis años sufriendo por tu amor, suena exagerado, pero llevó años tratando de superarte, es realmente desesperante.

Llevó seis años intentando olvidarte, pero recuerdo tu sonrisa, tus ojos, tus labios, tu cuello, tus brazos, tus manos, tus piernas, todo tu cuerpo; y me vuelvo jodidamente loca, no sabes como me pones, nene.
Todo empezó por tu sonrisa; ahí comenzaron mis problemas, tu maldita sonrisa.
Al principio eras tan frío; pero no era porque no tuvieras corazón, aún no me lo mostrabas, cuando lo hiciste me sentí realmente afortunadas.

Eso sucedió en un primer año; al segundo año de haberme enamorado de ti fue realmente irritante, eras tan bipolar. Yo seguía inmensamente enamorada de ti; me emocionaba cada vez que me mandabas un jodido mensaje y preguntabas [¿Cómo te sientes? ¿Estás bien?], eras tan atento conmigo, y, carajo, lo único que conseguías era que me enamorara más.

El tercer año fue algo apaciguo; casi no nos vimos, pero cuando nos veíamos actuabas muy neutro, y en cierta parte me dolía.
Seguías siendo igual; tu sonrisa, tu maldita sonrisa, jodidamente encantadora, la amo, estoy enamorada de ella, de tus bellos ojos, tus ojos son mi droga más adictiva, mirarte es como mirar el universo.
El cuarto año estuvo lleno de peleas y discusiones, y, demonios, no tengo ni puta idea de por qué, si nunca fuimos nada.
Y aquello me irritaba de cierta manera; si un chica se te acercaba o si tuvieses alguna novia no podría decirle nada, porque no éramos nada.

Me enoja tanto, tenía tantas cosas que decir.
El quinto año estuviste distante, no me gustaba, te comportabas tan frío como un invierno en Alaska. A veces, inclusive, sentía que me odiabas y que no querías verme, te irritabas muy fácil; desesperación era tu segundo nombre.

El sexto año, ahh... el sexto año nos vimos máximo unas cinco veces.
Ese año, tu hermana me invitó a su fiesta de cumpleaños, si ella no me hubiera invitado, ¿tu tampoco lo hubieras hecho?
Era la época en la que inclusive, juntaba nuestras iniciales y las garabateaba en mi cuaderno del instituto.
En aquella pequeña reunión nos presentaste a una chica; Kassi.

Era muy linda; bajita, piel morena, cabello largo y negro, buen cuerpo, y de cierta forma me dolió.
Mencionaste que era tu novia, y mi corazón explotó en decepción.
Me desesperé, sentía que me faltaba el aire.
Salí afuera un rato, noté como saliste y me hiciste compañía, quería llorar tan fuerte como para que me escucharas, pero no valía la pena, ya no.
Me desesperé, quería salir corriendo y nunca volver a verte, me dolía tanto.

Después de eso y de la escena que te armó de por qué tenías tantas amigas mujeres salimos al patio trasero a que nos diera el aire.
Se veían tan juntos, tan felices, tan bonitos, tan acaramelados; me odio en este momento, me odio por no haberte dicho esto antes, me odio por haberte abierto mi corazón, me odio por enamorarme de ti, te odio por ser tan jodidamente perfecto.
Cargabas su bolso, te veías tan caballero; cuando sus pies se cansaron la cargaste a caballito; se veían realmente lindos, se tomaban de las manos.
Se veían tan bien, por un momento quise estar en su lugar; quería ser a la que le tomaras las mano y que le dijeras que tanto la quieres, quería que cargaras mi bolso, quería que me cargaras cuando me cansara, quería que me susurraras lo mucho que me amas, quería que me abrazaras tan fuerte que me dolieran mis delicados huesos, quería que me tranquilizaras cuando estuviese asustada, quería que me curaras mis heridas pero ahora las habías abierto más que nunca.
Después de unos meses me fui de intercambio, te dolió, lo sé, tu me lo dijiste, pero era lo que más quería, no quería seguir de masoquista, no quería golpearme más de lo que ya estaba.
El tiempo en donde estuve fue difícil, quería regresar aunque fuera corriendo, buscarte y decirte lo mucho que me gustas, lo mucho que te amo, aunque estuviese ahí la chica esa.

No me importaría, o bueno, en aquel momento cuando teníamos tan sólo dieciocho años el haberte dicho, pero ahora sí.

A cinco años desde aquel día, en el que me viste con los ojos llorosos y me preguntaste que si realmente me iría, hoy me encuentro en tu boda, más dañada que nunca; nunca te pude olvidar, cada vez que lo intentaba llegaba una jodida canción, una jodida película a recordarme lo genial que eres, lo eres porque sí, tu actitud, tu forma de ser, tu personalidad, tus gustos, todo en ti es perfecto, por eso me enamoré de ti, por eso, hasta el día de hoy no puedo sacarte de mi mente, escribo esto con tanto dolor, tanto en mi huesuda mano como en mi alma.

Al parecer tu preferiste a aquella chica de piel canela y bello cuerpo, en lugar de mis huesudas piernas, mi piel blanquecina, y no te culpo, si fuera chico, no escogería a alguien como yo para ser mi novia.
Joder, te veo y me llega tanta nostalgia; te ves guapísimo, tu cabello medio largo bien peinado, tu traje, impecable, tus zapatos, cuando les sonreías a los invitados, tu maldita sonrisa.

Al parecer no me habías notado, me quedé para mirándote, intensa y fijamente, hasta cuando por fin volteaste.
Lo único que hiciste fue llorar; así es, apuesto que cuando me viste, miles de recuerdos llegaron a tu mente de cuando éramos jóvenes, cuando me enamoré de ti, cuando te vi por primera vez.
Cuando quería que fueses mi todo y mi nada, cuando quería que me cuidaras, que me abrazaras, que me protegieras, que me curaras mis grandes heridas, que me dieras tu amor, cuando quería ser tuya sin importar qué, y, hasta el momento de hoy lo quiero ser, quiero ser la dueña de tus pensamientos, pero veo que alguien más ya ocupó el puesto.
Ambos se veían geniales, Kassi se veía preciosa, hermosa, ahora entiendo tu decisión.
Al finalizar la boda, y el comenzar de la gran fiesta me acerqué te saludé, de nuevo, te di esta misma carta que estás leyendo, aunque viniendo de mi parte, ya la habrías tirado, aún así, cuando probablemente ese dichoso hilo rojo nos vuelva a reunir, quiero que me mires como lo que soy y como lo que intenté verme frente a ti; como una mujer de verdad.

A esa que no le da miedo confesar sus sentimientos.
A eso que oficialmente está intentando olvidarte.
Quiero que me recuerdes como lo que fui; una personas importante en tu vida, de no ser así entonces todo mi esfuerzo será en vano, y entonces no dudes en sentirte culpable.
Si aún lees esto, quiero que sepas que te amo y siempre lo he hecho; creí que sería pasajero, pero, mírame, escribiéndote una carta de confesión en tu boda.
Que me encantaría estar en el lugar de Kassi, que me encantaría recibir el felicidades de nuestros padres.
Y que, con todo el dolor de mi corazón y el pesar de mi alma, trataré de olvidarte, será difícil, lo sé, pero cerraré mis heridas, de alguna manera.
Esta carta de confesión me da tanta pena, espero que no me puedas encontrar después de que hayas leído esto.
Aún así, felicidades a los recién casados, Kassi y Mark.





Con todo el dolor y amor de mi corazón:



━Melissa.

I can'tDonde viven las historias. Descúbrelo ahora