Esta historia será contada en primera persona y desde el punto de vista de nuestra protagonista Evelyn, una linda y distraída chica que en la gran mayoría de las ocasiones se deja llevar por su maldita inseguridad. Ella se muda de ciudad con la inte...
- Vaya parece que hoy no hace tanto frío -me digo a mi misma dirigiéndome a paso ligero hacía casa tras terminar mi jornada de trabajo-.
Cada vez me siento mas extraña conmigo misma, Castiel me esta volviendo completamente MAJARETA. No se lo que quiero, ni mucho menos lo que quiere él.
Cuando me mira es como si pudiera saber lo que pasa por mi cabeza en ese preciso instante, sin embargo, a mí me resulta completamente imposible adivinar mínimamente que pasa por la suya...
Sim embargo, se comporta conmigo como no lo hace con nadie...inclusive llegó a ponerse celoso en el centro comercial. Pero luego es como si esa posibilidad de que sienta algo por mí se esfuma, es como sí se le olvidara...¡NO CONSIGO ENTENDERLE!, ¡¿Y QUIÉN SERÍA CAPAZ DESPUES DE TODO?!...es inútil, ni siquiera a vuelto a mencionarme nada relacionado con la noche de fin de año. Cuando me levante aquella mañana se encontraba desayunando en el salón como sí...¡NO HUBIERA OCURRIDO ABSOLUTAMENTE NADA!.
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-¡DIOS SANTO EVELYN! ¡¿NO PODÍAS ENAMORARTE DE UN CHICO UN POCO MÁS...SENCILLO?!- gritó con frustración en medio de la calle recibiendo miradas de asombro por las personas que se encuentran a mí alrededor -parezco una loca... -me susurro a mí misma completamente avergonzada-.
¡Todo esto es culpa de Castiel!...y de sus malditos ojos grises, su maldita voz y su jodida sonrisa que hace que mi coraz...
- ¡Auch! -me quejó al sentir como algo fugazmente choca con mi frente y caigo de culo debido a la impresión - ¡PERO QUE DIABLOS...! -exclamo acariciando mi cabeza y buscando el causante del golpe, encontrando una pelota de juguete, cuando consigo escuchar una risa completamente inconfundible y me giró rápidamente hacía ella-.
- ¡Pagaría por verlo de nuevo! -se pavonea el pelirrojo entre risas-.
- ¡CASTIEL! -le gritó enfadada- ¡ERES IDIOTA! -agarro la pelota y se la tiro dándole en el estomago apenas sin fuerzas-.
- ¿Eso es todo lo que puedes hacer? -se ríe desafiante- anda no te enfades, solo es una pelota de juguete enana -agarra la pelota de plástico y la aprieta haciendo que esta emita un agudo pitido-.
- ¡No me ha dolido, simplemente me has asustado! -me justifico enfurruñada-.
- Lo siento, te vi tan perdida en tus pensamientos que no pude evitarlo -se ríe de nuevo- además, se de sobra que estabas pensando en mí -me dice con una sonrisa irresistible-.
¡HA ESTO ES JUSTAMENTE A LO QUE ME REFERIA MINUTOS ANTES!, ¡MALDITA SEA!, ¡¿COMO LO HACE?!.
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