14. Aversion

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[N/A: No me disculpare porque no sirve de nada *llora* Deben de saber que algunas veces (siempre) la Universidad me quita tiempo e inspiración (sumándole horas de sueño).Pero a aquellas personas que esperan pacientemente, mis sinceros agradecimientos. <3

No los entretengo mas~ ]

Santa mierda, ¿Porque?

¿Porque yo? murmure ahogadamente mientras me lamentaba. No quería entrar, moría de vergüenza.

Me las había apañado lo suficientemente bien para evitar al moreno a toda costa desde la mañana, hasta ese momento.

Shaiel había visto mi comportamiento de manera silenciosa y cauta. Finalmente decidió llevar a cabo su malvado plan cuando lo creyó apto.

Y sé que era malvado por la sonrisa que se le formó en el rostro y el brillo travieso que le adorno los ojos. La delataban perfectamente.

Era su culpa que terminara la noche anterior solo un poco ebrio. Ella insistía con "una copa más" para después abandonarme a mi suerte.

Yo... no quería. No quería tocarlo, no quería besarlo, si era posible ni siquiera hablarle, mucho menos tenerlo cerca. Pero la noche anterior... había sido víctima de las circunstancias y mi no bien despierto cerebro que nos empujó a una situación que parecía simplemente irreal, aún más porque quien era mi cómplice era él. 

Sí, no tenía una resaca física, pero sí una moral.

Solté un suspiro y mi agarre sobre el botiquín se incrementó a mil por ciento. Mire la puerta de madera oscura frente a mí y trate de alzar el brazo, acercar mis nudillos y tocar, pero mi extremidad se negaba a hacerme caso, ¿Porque no cooperaba?

En mi intento de aplazar lo inevitable, la puerta se abrió de sorpresa, dejándome en blanco unos cuantos segundos antes de sentir como el aire no llenaba mis pulmones y la vergüenza volvía a mí.

Jaden había salido de repente, quedándose quieto en el marco de la puerta una vez se percató de mí, mirándome inquisitivamente, tratando de descifrar el motivo de mi presencia después de básicamente, estar huyendo de él.

S-Shaiel me mando. Debo revisar tu herida anuncie con voz modulada, contestando su duda sin mirarlo directamente, retorciendo un poco la diminuta mochila de medicamentos.

De reojo, capte como alzaba una ceja, perspicaz, al entender también con qué propósito lo había hecho la peliverde. A pesar de eso no opuso resistencia Entra se echó a un lado, dejándome libre acceso a la habitación.

Carraspee un poco mi garganta seca mientras asentía y con pasos suaves y silenciosos me adentraba, siendo seguido por el moreno, quien cerró la puerta tras de sí. Aparte de esas cortas y simples palabras, no dijo algo más, ni siquiera se había inmutado por mi presencia.

No es como si fuera cambiar de la noche a la mañana y con un cordial saludo me diera la bienvenida o, por otro extremo, se avergonzara como yo. No era su estilo.

Me paré en medio del lugar, girando para tratar de encarar de nuevo a Jaden, pero mis palabras se ahogaron en mi garganta cuando, con la vista bien fija en mí, caminaba y a su vez, deslizaba la camisa blanca fuera de su cuerpo.

Mi nerviosismo se acrecentó y la poca determinación que había reunido para hacer lo encomendado por la peliverde de manera correcta se esfumó en un segundo. 

Adelante dijo simple y alzó los brazos sobre su cabeza, manteniéndolos ahí cuando arrojó la prenda a algún lugar de la habitación. Su cuerpo entero cambió de forma, definiéndose, quedando libre y desnuda para mí.

AfterDeathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora