Reto #6: Primer amor

Comenzar desde el principio
                                    

—Ni tanto. Es la misma amiga que mencioné antes. Me gustaba, pero nunca sentí las ganas de salir con ella. Creo que no pasaron ni tres meses cuando me mudé para acá.

—Ah, qué triste. —Fingió lamento con una mano dramática en el pecho—. Fuiste separado a la fuerza de tu persona especial antes de siquiera poder expresar tus sentimientos.

—Te puedo hacer enfadar más, solo digo. —Amenazó con devolverle el cojín, su amigo aguantó una risilla—. Justamente agradezco haberme mudado a tiempo porque sino me pudo doler.

—¿Y por qué nunca quisiste salir con ella? ¿Qué es lo que tienes en contra de siquiera salir sin compromiso?

—¿Vas a aprovechar para entender por qué te reclamo tanto? Bien. —Preparó las manos para contar con sus dedos cada motivo—. No me gusta sentir que estoy ilusionando a alguien, la mayoría busca un romance perfecto y no me puedo ver siendo romántico, no quiero gastar dinero en algo que no sé si va a durar más de un par de meses, no quiero a alguien detrás de mí ni celándome, no me gusta la tendencia de abandonar a los amigos cuando se tiene pareja, no...

—¡Joder, Bus! ¿Es en serio? Tengo tantas objeciones. Para empezar, ¡ni que el dinero fuera tuyo!

—¡Eso lo empeora!

—Como si se les fuera a acabar por un par de salidas.

—Bah —resopló luego de unos segundos—, ¿qué va a estar entendiendo eso un magnate de nacimiento?

—Segundo —continuó, ignorando otro comentario más—, ¿piensas estar soltero de por vida?

—No, pero no veo por qué perder tiempo de libertad en algo que no será serio.

—En este momento no sé si estás hecho a la antigua o si de verdad amas tanto a tu independencia.

—¿Algún problema con que me guste ser libre? Ni siquiera entiendo cómo me llevo contigo si tú pareces desesperarte si estás solo.

—Tampoco así, Bus. Quiero saber, ¿le darías una oportunidad a una chica que se te declarase? Como dijiste que necesitas estar seguro de que le gustas a la otra persona...

—Eso entraría en ilusionar, no —interrumpió.

—¿No te daría pena rechazarla de una?

—Ya me pasó una vez y eso hice sin ningún remordimiento. —Al ver la cara de espanto de Florian, se defendió antes de que su amigo explotara en probables insultos—. Quiero decir, de acuerdo, sí da algo de pena; pero no tengo la culpa. Y como sé que me vas a interrogar: pasó como un mes antes de la boda de mi mamá, así que mi excusa era completamente válida; me iba a ir de la ciudad muy pronto.

—Espera, ¿no te gustaba tu amiga en ese momento? —Lemony asintió—. ¿Y no era más definitivo decir que te gustaba alguien más? Cualquiera te hubiese pedido aunque fuera una cita para el recuerdo, sabes.

—No, porque mi amiga estaba saliendo con otro chico en ese momento.

—Ay —alargó la vocal para agregarle drama—, ahora se hizo más triste la historia. Así que ese era tu verdadero motivo para no salir con ella, ya estaba ocupada...

—¡No! Simplemente ya sabía que le gustaba ese otro chico, por lo que no le quise complicar la vida y me ahorré que me rechazara de frente —admitió de mala gana.

—Ah, qué noble. —Se limpió una lágrima inexistente del ojo izquierdo. Lemony le lanzó el cojín de vuelta.

—El punto es que más pena daría y más le dolería si la rechazo después de una cita, así que no le daría la oportunidad a alguien que se me declarase. Tendría que ser recíproco para intentarlo.

Conociendo a mi personajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora