•09• [Fin de la primera temporada]

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[Violet]

Los árboles eran perfectos para esconderme y ver mejor como se movían mis enemigos, las sombras podían camuflarme mejor mientras que me acercaba con la mano aferrada al cuchillo que se encontraba en mi cintura aferrado a mi pantalón, debía ser un murciélago y manejarme en la noche para así ser más precavida y que nadie sepa de que yo me encuentro allí. Camino rápido mientras veo como voy llegando al lugar, los militares no están percatados de mi presencia e intento ver la forma para evadirlos y de repente puedo sentir unos gritos y disparos, aborto mi plan de manera repentina e improvista echándome hacia los árboles de atrás mío.

-¡DISPAREN! ¡FUEGO! ¡ATRÁS!- El pánico me consumió y me tropecé con una raíz sobresaliente así lastimandome la barbilla.

No estaba tan asustada, o en verdad sí; pero lo que más tenía era pánico.

Escuché un gruñido bastante familiar, una de esas cosas estaba cerca mío. Logré levantarme y lo empujé para después  (Con algo de inquietud y miedo) le clave algo insegura el cuchillo en el cuello y luego en la nuca reiteradas veces. Caminé sigilosamente escapando del bosque que cada vez más mala espina, llegué por una parte trasera del "lugar de cuarentena" y sin hacer ruido le clave un cuchillo en la espalda a un soldado mientras que él agonizaba le quité un cartucho de balas. Entré al lugar y era bastante tranquilo a excepción de los gritos bastante sonoros desde afuera de las instalaciones, saqué mi pistola porque ese ya era otro tipo de terreno, mucho más peligroso. Tomé los caminos que menos gente llevaba, me los cargaba o me escondía de ellos mientras me metía en puertas equivocadas esperando a que sea el lugar de la cuarentena, ya que no lo conocía me resultaba dificilísimo acertar la puerta con tantas que habían, era muy frustrante e irritador.

En un momento sentí que unas voces varoniles se acercaban rápidamente a mi ubicación con el propósito de (no se exactamente) pero suponiendo, refugiarse de los muertos, así que como pude encontré un gran cesto de ropa sucia y material de enfermería dónde detrás de él me refugié evitando por un pelo que me encontrasen. Corrí mientras escuchaba cada vez más cerca gritos, lamentos, disparos y gruñidos, esperaba a que el grupo que me había traído al fin hayan encontrado a su gente y se estén retirando, parecían buenas personas que no tendrían porqué morir.

-¡AYUDA SAQUENOS DE ACÁ! ¡LO RUEGO!- a una distancia prudente pude escuchar en la lejanía gritos amontonados y que venían de más de diez personas.

Seguí los gritos ya que sentía completamente que eran los infectados de cuarentena, pobre gente, pero no me podría quedar a salvar a todos, necesitaba encontrar a mi mejor amiga. Entré a una puerta dónde había un pasillo con una especie de cortina de lona tapando un lugar completamente enorme lleno de especies de jaulas como si fuera una cárcel y varias personas en ellas.

-¡SYA!- Empecé a gritar mientras bajaba las escaleras después de la sorpresa de como mantenían a los enfermos (y a los que no, pero los mezclaban). -¡SYA SOY VIOLET!-

Los gritos de ayuda eran cada vez más cercanos por todos los que estaban encerrados, pedían porfavor que me detuviera e intente ayudarlos a salir, pero no podía, solo estaba dispuesta a sacar a Sya y con los elementos justos. El disturbio era notable, si algún militante o "dueño" de ese lugar llegaba a pasar por ahí terminaban con; un disparo en el corazón o en la cabeza. El miedo y el pánico de las personas hacía que su actitud fuera cómo la de animales en cautiverio tras rejas de un zoológico y lo peor de eso era que los monstruos podían alcanzarlos, hablando de ellos... se comenzaron a escuchar gruñidos bastante detrás mío acompañados de gritos de terror, intenté encontrar a mi amiga la cual vi en una de las jaulas con otra persona aparentemente mayor.

-¡AY DIOS SYA! Santo cielo, debo sacarte de aquí ya.- Miré desde el otro lado de el alambre como ella se apoyaba contra él y lloraba.

-¡Oh oh! Vio... Vi... Violet, Violet... por favor, sácame de aquí,  es un infierno tengo miedo.- Mientras lloraba y su voz salía extraña decía esas palabras rápidas y casi inentendibles del miedo, el pánico, la soledad que tenía esa chica encima.

I'm Paralyzed// Chris Manawa FTWDWhere stories live. Discover now