Parte 1: "La Roma de Bruno"

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"El mundo te romperá el corazón de todas las formas imaginables. Eso está garantizado y yo no puedo explicarlo, como tampoco la locura que llevó dentro ni la locura que llevan los demás. La vida nunca es justa pero debes afrontar los golpes y seguir adelante. Y cuando tengas el corazón roto tendrás que volver a construirlo y, no solo eso, tendrás que volver a confiar y esta es la parte más difícil. A pesar de todo esto, aunque la vida rompa todas tus ilusiones debes seguir soñando, ¿sabés por qué? Porque si no te ilusionas, porque si no sueñas, porque si no amas, ¿qué clase de vida estarás viviendo? ¿Para qué quieres una vida si no la estás aprovechando? No se puede vivir con miedo toda la vida. La vida es así: te caes, te levantas y te vuelves a caer. Pero, si ni siquiera te mueves por temor a caerte, en realidad, ya te has hundido."

Habían pasado cinco años que me fui de Barcelona para mudarme a Italia con mi madre. En España deje a mi padre, a mi mejor amiga y a un amor imposible, sabía que lo era pero no lo quería asumir, desde el día en cual me encapriché que sí o sí tenía que salir con él.

Cuando abrí la notebook, encontré un e-mail del antiguo colegio que asistía y donde todavía Merlí -mi querido padre-, seguía dando clases.

"Querido Bruno Bergeron:

¡Buenas tardes! El próximo miércoles 22 se celebrará una cena de beneficiencia y nos gustaría que ex-alumnos y egresados estén. Confirme su asistencia lo más rápido posible. ¡Lo esperamos!

Profesor de Filosofía: Pol Rubio."

Era un poco extraño leer que Pol era profesor y que además, era de Filosofía, aunque era una de las materias que más le gustaba. Jamás pensé que iba a estudiar después del secundario y mucho menos, teniendo un trabajo serio como profesor. Pol, era una de esas personas, que estaría contento siendo comerciante o repositor en algún mercado de las grandes cadenas de supermercados que hay en España.

Abrí el Skype, sabía que Tania iba a saber un poco de la cena de beneficiencia. Como la vi conectada, ni le escribí, solo presioné dos veces sobre el contacto de ella para iniciar la videollamada.

- "¡Hola, rubia!" - La salude desde el otro lado de la pantalla.

+ "Mi querido amigo, ¿cómo estás? Ya sé porque me llamas, ¿por la cena, no?" - Se estaba ríendo mientras estaba jugando con su hijo. Solo sé que se llama Antonio y que tiene un año y medio.

- "Exactamente. ¿Vas a ir? Tengo pensado asistir pero hace mucho que no me hablo con los demás chicos, con Pol corté relación desde que vine a Roma. Seguramente, los seguís viendo y juntándote." - Asintió.

+ "No te van a comer si venís, ninguno es un zombie por el momento. Tal vez Oliver, pero ya sabés cómo es. Lo podes manejar..." - Nos empezamos a reír. No importaba la distancia, Tánia siempre fue mi mejor amiga y lo va a seguir siendo.

- "Sí, ya lo sé. Pero sabés por quién lo digo. Quiero decir..." - Me callé en el momento que lo vi entrar por la puerta de atrás de Tánia.

* "Me voy a dar clases, ¿queres que compre algo para Antonio?" ­- Vi el teclado de la notebook, Tánia hizo lo mismo que podría haber hecho yo en un momento de desesperación como ese.

+ "No, gracias Pol. Le doy de comer y lo voy a dejar en la guardería. Compro algo para la cena porque sé que hoy tenés que dar clases hasta tarde."

Pensé en bajar la pantalla de la notebook y hacer que no escuche nada pero ya Tánia había subido la suya e hizo una mueca, sabiendo que había escuchado todo y no me había despegado del Skype.

- "¿El hijo es de Pol?" - Fue lo único que me limité a decir.

+ "Solo estamos viviendo juntos. Somos amigos y bueno, nos ayudamos entre los dos. Y Antonio no es hijo de Pol." - Tánia me sonrió, supongo que para tranquilizarme, desde el otro lado de la pantalla. "Tengo que terminar de preparar unas cosas y llevar a Anto a la guardería. ¿Hablamos después?" - Asentí. "¿Te contamos para la juntada que vamos hacer el martes 21 con los de nuestro curso?"

- "Más para la fecha te confirmo. Voy a ver si consigo algún pasaje." - Le sonreí y desconecté el Skype.

Con Nicolá solamente habíamos quedado como compañeros de la Universidad. Los primeros meses de relación fueron muy intensos pero cuando teníamos que decidir sobre situaciones serias, el único que deseaba y quería planes a futuro, era yo. Estuve viviendo un año entero con mi mamá y luego decidí comprarme un departamento cerca de la Universidad y del trabajo.

"Te obligo a venir, Señor Bergeron. Con Pol estamos preparando algo muy genial para la cena. Tiene que ver con la Filosofía y las relaciones a distancia... O las que tuviste que mantener pero no lo hiciste. Ya sabrás por qué lo digo.

Ah, y saluda a tu madre de mi parte."

- "Está bien... voy a ir." Le mandé un whatsapp a Tánia. "Pero que quede entre nosotros dos. No le cuentes a nadie más."

* "Lo estoy celebrando. ¡Ya te quiero ver! Trae a Nicolá."

- "Veré que puedo hacer. Besos, te quiero. Saludos a Pol, por cierto."

Mi mejor amiga casi no era mi mejor amiga en estos últimos cinco años, solamente le dije que estaba estudiando Historia Mundial en la Universidad pero de Nicolá le conté sobre el primer reencuentro y el primer año de relación. No podía decirle que vine con todas las ganas a Italia para que mi "novio" me diga que solamente estaba listo para una relación a distancia, y no una seria donde los involucrados se ven todos los días o más de una vez a la semana.

Ya era la semana donde tenía que decidir si viajaba o no a Barcelona. Tánia y Pol me enviaron varios whatsapp y e-mails para que confirmara mi presencia. Más que nada a Pol, ya que estaba a cargo de la comida y bebida para la gente que iba a asistir. Pero antes tenía que anotarme en las materias que iba a cursar en septiembre al regresar de mis vacaciones de verano. Cuando llegué al departamento de alumnos para anotarte para mis tres últimas materias y la tesis, me pareció ver a Berta.

* "¡¿Bruno?!" - Deje de ver el celular para levantar la cabeza y no ser descortés. Definitivamente era ella. Seguía igual. Un poco más flaca y con anteojos. La hacía más intelectual, aunque siempre supe, que era muy inteligente y ella lo sabía como sabía que no le hacía falta demostrar nada.

- "Ey, ¡Berta! ¿Qué tal?" - Sonreí. "¿Anotándote en la Universidad Nacional de Roma?"

* "Solo en un posgrado. Hice la Licenciatura de Artes en la Universidad de Cataluña y aquí estoy. ¿Tu vida, tanto tiempo?"

- "Anotándome, si todo va bien, en mi último cuatrimestre y voy a dejarme un año libre para hacer la tesis. Estoy estudiando Historia Mundial. Solo me faltan tres materias y bueno, la bendita tesis."

* "No apareciste más en Barcelona, pensé que ibas a venir a visitarnos. Sé que no nos llevamos muy bien pero hasta a tu padre le pareció muy raro." - Hizo una mueca y se fue acercando más al Departamento de Alumnos mientras iba avanzando la fila.

- "Sí, lo sé. Es que ya me había instalado aquí y regresar a Cataluña me iba a ser muy difícil. Estoy viendo si voy al evento que organizó el Instituto."

* "Seguro que vaya también." - Mientras miro los documentos que había que presentar. "Perdona, es mi turno. Nos vemos." - Me saludo con la mano mientras tocó la puerta para entrar.

Terminé de hacer todos los trámites para poder quedarme unos días más en Madrid y no hacer todo unos días antes de comenzar. Compré para hacer una ensalada y comer liviano, mañana me quería levantar temprano para poder comprar el boleto e ir antes a Barcelona. Para quedarme un poco con mi padre, se lo debía por haber venido a vivir con mi madre y dejarlo solo con la abuela.

A Barcelona con amorWhere stories live. Discover now