41; Erik lensherr

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Personaje: Erik Lensherr.
Advertencia: puede que sí, puede que no. ¿Te arriesgas? 7w7

Que Rose Wellington estuviera en una escuela de mutantes era raro no, lo siguiente.
Ella era la típica muchacha de familia adinerada.
Lo tenía todo...
O creía tenerlo.

–Hija, estarás bien. Lo prometo.
–Mamá, por favor, no me dejes aquí...
–Lo siento cariño, tu padre y yo lo hemos intentado pero...no podemos tenerte en casa.
–Papá...-la joven hizo una mueca-
–Adiós. -respondió el padre con una mirada triste, después, cogió a su madre por los hombros y la mujer llorando se marchó en la limusina.-

Y Rose se quedó parada, con su ego y orgullo herido.
Y además, sin saber qué hacer.

                              ...
Tras un rato, decidió que pasaría a aquella escuela, no era muy divertido pero...debía hacerlo.
Cogió su maleta rosa y pasó dentro de aquél edificio.
Cuando entró, vio que algunos niños estaban jugando con sus mutaciones, unas raras y para la vista de Rose, desagradables.

«Bichos raros» -pensó.

–No pienses eso, tú eres una de nosotros ahora. Debes aprender a respetar a los demás. Para ellos no es fácil. -Wellington se giró asustada y vio a un joven bastante atractivo de cautivadores ojos azules y se sorprendió- soy Charles Xavier, y sí, efectivamente puedo leer mentes. Y sí, efectivamente, soy el director. -el pelinegro se rió de sus propias bromas.-
–Yo...soy Rose. Rose Wellington. Mi familia es una de las más prestigiosas del país. -contestó con orgullo.- nos conocerás seguramente...
–Mmm...no recuerdo ningún Wellington...-Xavier se hizo el pensativo sólo para enfadarla.- oh, pues no.

La rubia se quedó boquiabierta. Charles rió.

–Ven, te diré dónde está tu habitación y los horarios. -la rubia asintió a la propuesta del director, y le comenzó a seguir.-

                                ...
Cuando iban caminando por el pasillo, todos ( o la gran mayoría ) iban saludando a Charles. Rose se giró durante un segundo para echar un vistazo a un niño que aparentaba seis años, y que podía sacar fuego de sus manos.
En lo que se giraba, se tropezó con una figura más alta que ella.

–Eh, idiota, mira por dónde vas...-dijo enfadada la joven-
–¿Disculpa?
–Estás disculpado.

En ese momento, alzó la vista y vio a un hombre que parecía sacado de un anuncio. Pero su enfado pudo más.
Ella oyó la risa sarcástica de él.

–¿Cuál es tu problema, rubita?
–¿Cuál es el tuyo, altito?

Charles, que lo estaba presenciando todo, tuvo que aguantar una risa. Sin duda Rose iba a dar muchos problemas gracias a su ego.
El semblante de Erik cambió al notar la contestación de la rubia.
Porque sí, era muy atractiva, pero él nunca se había dejado contestar así por nadie.

–No tengo tiempo para ti ahora mismo. Adiós. -dijo mientras se encaminaba hacia el pasillo moviendo sus caderas. Erik miró a Charles sorprendido y él sólo le devolvió una sonrisa.-

Disimuladamente, Lensherr sonrió a medias.

                            ...

–¡Oh, Dios! ¿Qué queréis ahora? -Wellington estaba estresada. Estaba bañándose y habían tocado su puerta. Se puso su toalla y salió a abrir. Al abrir, se encontró con Charles. Que la miró boquiabierto. Estaba sorprendido por su desfachatez y por su buen cuerpo, todo sea dicho.- ¿Si? ¿Hola? Tierra llamando a Chuck. –Movió la mano delante de su cara, y él reaccionó al fin-

–Charles. -le corrigió- soy Charles Xavier... Y venia a avisarte de que ya son las doce de la mañana. Deberías haber empezado la clase hace tres horas, los profesores han notado tu ausencia.
–¿A las nueve de la mañana empiezan mis clases? -preguntó, asombrada.-
–Efectivamente.
–¡Já! -chilló- no pienso ir tan temprano, gracias. -fue a cerrarle la puerta en las narices pero Charles la paró.-
–Rose. -gruñó.- sé cómo te sientes. Pero tienes que ir. Debes ir.
–Cuando vivía con mis padres tenía profesora privada. Y venía mucho más tarde.
–Ya, pero esto no es aquello, aquí hay unas normas. Y debes cumplirlas. Sí o sí. -dicho eso, Xavier se giró y la dejó con la palabra en la boca.-

                             ...

Al siguiente día, la rubia bajó con prepotencia por los pasillos y todos la miraban.
Los chicos con deseo, las chicas con envidia.
Llegó a clase y se sentó en la última fila.
Se quedó un rato pintando en su cuaderno, jugueteando. Aunque la verdad entre las artes de Rose estaba el dibujo, se le daba muy bien. La primera clase estuvo a punto de empezar, y cuando escuchó la puerta abrirse, dando paso al profesor, levantó la cabeza. Y se encontró con Erik, el cual venía a dar la clase de control mutante. Wellington levantó una ceja, graciosamente sorprendida.
Lensherr tardó un rato en verla, y la miró con el ceño fruncido.
Rose sonrió pícaramente.

–Bueno. Hoy veremos algo de teoría y después mañana la pondremos en práctica en el jardín. -Erik se dirigió hacia los alumnos, carraspeó nervioso bajo la atenta mirada de la rubia, que le miraba divertida.-

                               ...

Rose recogió sus cosas y fue la última en salir, Lensherr la miró fijamente, estaba en parte cabreado.
La chica había estado callada en toda la clase. Cosa que le molestaba, pues sabía que lo hacia para irritarle.

O puede que fueran sus paranoias. ¿qué le pasaba?

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