Me Entrego a Ti

23 3 3
                                    

Me despierto con la cabeza pesada. Como si un ligero grito penetrara en mi sien e hiciera que un mareo persistente apareciera.

Abro los ojos suavemente y la luz me ciega por unos instantes. Pronto puedo ver la habitación a mi alrededor, y unos ojos que me observan con una evidente preocupación. Becker está sentado en un pequeño sofá a mi lado con un libro entre sus manos. Cierra rápidamente el libro y se levanta en mi dirección.

-¿Cómo estás? -me pregunta.

Me tomo mi tiempo en contestar ya que tengo la boca adormecida después de haber estado tanto tiempo inconsciente.

-Mejor de lo que debería. ¿Qué me pasa? -digo mientras me incorporo con cuidado sobre la camilla. 

-Los científicos dicen que sufriste un desmayo por falta de descanso y sobresfuerzo. No sabía que desde que entrenas conmigo duermes tan poco.

-Mi vida siempre ha sido el entrenamiento. Me despierto y salgo a correr, luego entreno, almuerzo y vuelvo a entrenar hasta que ceno y me acuesto. Aunque entrene contigo por la noche también, no voy a modificar mi horario.

-Deberías habérmelo dicho -dice mientras me mira con una profunda mirada.

De pronto entra Amy a la habitación y rompe el incómodo silencio en el que estábamos.

-Emily... me tenías muy preocupada -dice a la vez que se acerca a mí y aprieta mi mano.

-Estoy bien.

No le devuelvo la mirada a Becker, aunque sé que me está observando. En pocos segundos sale de la habitación sin despedirse y puedo escuchar la conversación que tiene con Talbot, que al parecer está fuera en la puerta esperando.

-¿Nos podemos ir ya? Llevamos aquí más de cinco horas -escucho a Talbot.

-Katy, podrías tener un poco más de consideración. Emily se desmayó y ha estado bastante grave -responde Becker.

-Desde que entrenas con Emily nunca estás conmigo, Dann. Siempre estás fuera y para un tiempo que tenemos juntos te quedas aquí con ella.

-No es mi problema que estés celosa, Katy. Te quiero a ti y te elegí a ti. Emily es sólo una amiga con la que entreno y me juego mucho.

-¿Amigos? Pero si casi ni os conocéis...

-Basta, Katy. No quiero hablar más del tema -finaliza Becker, porque ya no los escucho más.

Mi mente no procesa el sentimiento que sufre mi cuerpo. Es una sensación extraña, cuando Becker dijo que sólo éramos compañeros... me hizo sentir como si sólo estuviera conmigo porque necesita entrenar. Dolor. Puede que esa sea la palabra.

Sacudo mi cabeza mentalmente, no son sentimientos acertados.

-¿Qué piensas? -pregunta Amy sacándome de mis pensamientos.

-Nada. Sólo estoy un poco mareada. ¿Podemos irnos ya, por favor? -digo casi suplicante.

Amy arrastra una butaca blanca que está en la esquina, hasta que la sitúa al lado de mi camilla.

-Emily, no soy tonta. He visto cómo miras a Becker.

Me estremezco. Amy es mi mejor amiga, pero es imposible que haya sido tan perspicaz como para poder leer mis gestos.

-Yo no miro a Becker -digo mientras retiro el contacto visual.

-Exacto. No le miras porque te da miedo admitir lo que te hace sentir. Mira, Emily. Sé que es un sentimiento nuevo para ti, y que ni siquiera lo tienes desarrollado, pero hazme caso por favor, Becker tiene pareja, cuando se gradúen van a unirse, serán compañeros, y vas  sufrir si desde ahora que casi no sientes nada más que un ligero capricho, hasta que te enamores.

-No siento nada por él, Emily. Sólo somos compañeros de graduación, ya está -digo mirándole los ojos a mi mejor amiga.

-Sí. Por eso se ha quedado todo este tiempo aquí dentro contigo. No digo que él no pueda sentir nada por ti, pero las cosas así de complicadas es mejor dejarlas tal  y como están.

-Y así quedarán -respondo ante su consejo.

Un científico vestido completamente de blanco entra a la habitación e interrumpe nuestra silenciosa conversación.

-Eres Emily Pratt, ¿verdad? -pregunta el extraño.

-Sí. Usted está a mi cargo, ¿no es cierto? -pregunto con curiosidad.

-Sí. Te he monitorizado y he descubierto que has sufrido un desmayo debido a la falta de sueño y el sobresfuerzo. Pero ya deberías estar como una rosa. Puedes irte a tu habitación cuando quieras. Pero es recomendable que tu compañera te acompañe en todo momento y que en cuanto llegues descanses toda la tarde. Por la noche tienes una clase de química. Espero que sigas mis recomendaciones para que puedas asistir sin ningún problema.

-Claro. Muchas gracias, yo cuidaré de ella -responde Amy al ver mi cansancio.

-Cuídate, Emily Pratt. He visto tu expediente y sería una pena que todo tu potencial se perdiera por una enfermedad estúpida. Hasta luego -dice en científico mientras desaparece.

Amy me ayuda a levantarme y me apoyo en ella mientras siento el efecto de los medicamentos que me ayudan a relajarme. 

Caminamos sin prisa hacia nuestra habitación y observo a mi alrededor las caras de mis compañeros. Parece que estuvieran viendo un fantasma. En todo este tiempo no me han visto enferma o caída después de un entrenamiento. A partir de ahora la leyenda sobre Pratt será puesta en entredicho.

Cuando llegamos a nuestra habitación Amy abre la puerta y entramos. Unos segundos más tarde cierra la puerta y me acuesta sobre mi cama.

-Será mejor que descanses. Yo me quedaré aquí contigo todo el tiempo, quiero leer algunos nuevos entrenamientos propuestos por la instalación.

-Muchas gracias por cuidarme, Amy -digo mientras busco algo de calor entre las mantas.

-Eres como mi hermana, lo extraño sería que no te cuidara -responde a la vez que se sienta a mi lado en la cama.

-Tú eres mi familia -confieso.

-Lo sé.

Y debido a los medicamentos mi cuerpo se suma en un profundo sueño que ya conocía desde hacía mucho antes. El sueño reparador, purificador. Las últimas imágenes del día comienzan a aparecer en mi cabeza de nuevo.

Amy y sus cuidados, el científico, Talbot, mis compañeros y... Becker.

Mis labios susurran un nombre que ni yo misma reconozco, y justo antes de quedarme dormida del todo y perder la consciencia, escucho a mi mejor amiga suspirar y decir algo vagamente...

-Cómo lo siento, Amy. Pero me temo que es muy tarde para ti. No sé cómo hacer que no sufras con ese extraño hombre que ha aparecido de la nada.

La Última Generación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora