4- La visita de Etsu

83 11 0
                                    

-¿Y quién eres tú para ordenarme algo?, te has subido a un pedestal que no te corresponde, ¿no te parece?- declaró Etsu mostrándose ante Issei, un extraño y helado viento se dejaba sentir por debajo de sus pies al tiempo que “aterrizaba” en aquel amplio jardín.

Inuki se inclinó al percatarse que estaba ante la presencia de otro Kurai, de no hacerlo Etsu le ordenaría a Issei que lo reprendiera, buscó por todos los medios ahogar sus malos pensamientos, tenía que hacerlo o de otra forma Etsu se lo cobraría, permaneció inmóvil inhalando el aire frio que inundaba el lugar.

-¿Qué quieres Etsu?- cuestionó Issei sentándose en la escalinata que daba paso al jardín, era una forma de mostrarle a Inuki que no le daba demasiada importancia a Etsu.

-Él me ha enviado…

-¿Él?

-Así que no hay nada más que decir.

-¿Te ordenó que vinieras a presentarte de esta forma?

-Me ordenó que fuera sus ojos, quiere saber de ti; supongo.

-Pues esta casa es muy pequeña y no necesitas estar a 3 metros de mí para actuar como su perro- dijo Issei a manera de correrlo.

-¡Escoge bien a tus rivales Issei!- dijo Etsu en tono amenazador acercándose a Issei peligrosamente, éste se incorporó pacientemente demostrando que no se sentía intimidado por su oponente y tras tomar a Etsu por sus largos cabellos negros e inmovilizarlo frente a él dijo:

-No Etsu, tú aprende a escoger tus batallas- Issei liberó un halo púrpura que cegó a Inuki y el surebu sólo pudo escuchar la voz de Etsu decir:

-Te arrepentirás…

Inuki sintió que sus pies se desprendían del suelo, el viento era muy fuerte y por más que trató de sujetarse a un poste pudo sentir que su cuerpo se desplazaba como una hoja en el viento.

-¡Issei-sama!- gritó buscando apoyo aunque fue lo último que recordaba antes de despertar en una habitación de la casa de Issei.

-¡Inuki!- escuchó la voz de Issei, sentía dolor en la parte izquierda de su rostro, era un ardor que hacía siglos no experimentaba, acarició su mejilla y sintió su piel rugosa-. Es una herida, ¡no la toques!- Inuki retiró sus dedos de su mejilla y miró a Issei confundido-, lo siento Inuki, esto ha sido culpa mía, me llevará un tiempo borrarla, pues ha sido infligida con mi poder.

-Está bien Danna-sama- aceptó Inuki, para él era llevar un trofeo sobre su piel, después de todo había sido algo accidental y su amo parecía arrepentido.

Issei se alejó de la cama y se colocó frente a la ventana, se veía pensativo, Inuki dudó en preguntar pero Issei se adelantó diciendo:

-No me preocupa su presencia, pero me intrigan los motivos que Hiroki-sama haya podido tener para enviarlo- dijo colocando su mano contra su frente.

-Danna-sama…- musitó Inuki- ¿cree que está en problemas?- finalmente se animó a cuestionar.

-No lo sé… debo ser cauteloso; y tú también Inuki- dijo abandonando la habitación.

Etsu estaba hecho una furia, había vuelto al Zeol a falta de un lugar “decente” en la tierra; sabía que no podría quedarse ahí mucho tiempo pero al menos se tomaría un día para recobrarse del ataque de Issei, le molestaba que lo hubieran humillado de esa forma y justo frente a dos “estúpidos” surebus. Tora lo observaba entretenido, si hubiera sido más inteligente habría notado que su amo era capaz de ver sus pensamientos. Etsu lo observó desde el sofá y lo mandó llamar con un movimiento de su mano.

Tora se acercó con movimientos gatunos a su amo aunque mantuvo una distancia “prudente” al detenerse a escasos dos metros de él.

-Te divierte, ¿no es cierto?- cuestionó Etsu.

-No sé de qué habla-mintió.

-¡Mientes!- gritó enfurecido Etsu y se apresuró a tomar el cuello de Tora-, te divierte ver cómo Issei se ha aprovechado de que estaba desprevenido, ese maldito es como tú, un traidor que espera un momento de debilidad para atacar- se quejaba al tiempo que presionaba el cuello de Tora.

-¡Por favor Danna-sama!...-tosió-,  me lastima- suplicó que lo liberara.

-Yo te enseñaré a respetarme- amenazó Etsu despojando a Tora de sus ropas.

-¡Etsu-sama!, se lo suplico… no por favor- gimió Tora retorciéndose entre los brazos de su amo.

-Voy a enseñarte a respetarme- dijo Etsu abofeteando al frágil surebu que no pudo evitar emitir sollozos y lamentos- tu obligación es amarme, tu existencia se reduce a lo que yo quiera hacer de ella, ¿entiendes?- Etsu estaba enloquecido, tomó a Tora por la cintura y lo levantó para llevarlo hasta sus “aposentos”, el chico se retorcía tratando de disuadir a su opresor para que lo perdonara pero no había nada que pudiera hacer para engañar a Etsu, por mucho que dijera que estaba arrepentido y jurara amor eterno y lealtad para Etsu estaba claro: Tora lo odiaba a morir. Y no era algo que le molestara pero lo hacía rabiar la “desvergüenza” del chico para ni siquiera tratar de ocultarlo.

-Danna-sama… yo… -Tora no podía ocultar las lágrimas en sus ojos, sabía muy bien que una vez más sería tomado por su amo y esta vez de una forma brutal…

汚名 Omei <Yaoi>Where stories live. Discover now