Tres

20 1 0
                                    


Despierto nuevamente en este infierno, tengo frío, siento que en cualquier momento ya no podré más. Tengo sed y lo único que hacen es dejarme aquí, lo único que espero es que Ollivia esté bien, por lo menos no está en el infierno que estoy sufriendo ahora mismo. Pienso y pienso en lo que era antes de todo esto, cuando éramos felices, cuando de ls noche a la mañana todo se desmoronó. Jamás podré vivir tranquilo, esas horripilantes escenas me torturan diariamente, oigo el molesto chirrido de la puerta metálica abrirse, levanto el rostro y veo a esa mujer con un cigarro en sus dedos y su horripilante sonrisa. Le da una calada a su cigarro y se acerca a mí.

—Quién lo diría, estás rogando por vida—Da vueltas a mi alrededor—Esa pequeña idiota está perdida y quién sabe, con lo estúpida que es tal vez ya esté muerta.

Con todas las fuerzas que me quedan le digo

—Pero no más que tú, perra.

Me da una fuerte bofetada mientras las lágrimas del drama la acompañan. Rápidamente empieza a reír sarcásticamente.

—Estúpido niño, puedo ser una perra no soy estúpida, verás Dani, tú sabes todo lo que pasó y pues son cosas de la vida—Acaricia con sus asquerosas manos mi cabello—Desde que ese mal nacido intentó matarnos nada volvió a ser lo mismo, más no se quedó contento. Mató a lo que más apreciaba en mi vida. El único que hijo que pude concebir y ese estúpido mató. Todo fue por sus malditas culpas para que luego me tomara e hiciera conmigo lo que le parecía—Se sentó en el piso a calar su cigarro con la mirada perdida—Nació esa idiota y tuve que hacerme responsable llevando la carga de un embarazo que no pedí y con la carga de mi hijo muerto—Se levanta del suelo sonriendo entre lágrimas—Todos mis intentos de aborto fueron fallidos, no quería llevar nada de ese idiota, mucho menos un hijo. No te imaginas como es esto, Dani.

Contando la historia que marcó su vida le doy la razón por un momento. Es horrible lo que ha pasado, pero Ollivia no tiene la culpa de nada.

—Dani, Dani. Te dejaré ir pero antes, sufrirás lo que yo sufrí hace unos días por haberme dejado sola. Mientras tanto yo iré a hacer cosas divertidas—Llama a sus monos trabajadores—Denle la golpiza de su vida y piérdanlo en el bosque,no quiero saber de este traicionero.

Sale de la pequeña habitación resonando la puerta. Los hombres se acercan a mí uno me tira al piso con fuerza y brusquedad, no puedo levantarme, estoy muy cansado y con frío como para levantarme y defenderme, tengo que aceptarlo, no sobreviviré, cierro mis ojos esperando a que me dejen inconsciente y así es, uno de los hombres me pega tan fuerte en el rostro que me deja noqueado e inconsciente, nuevamente.

******

Despierto. Me siento cansado, siento que me tiraron de un puente y luego de eso un camión me pasó encima. Empiezo a recuperar los sentidos. Estoy vivo. Sobreviví. Muevo mis manos poco a poco, luego todo mi cuerpo empieza a hacer caso a mis órdenes, me siento en la tierra y veo que me ubico en una especie de bosque que a
decir verdad no conozco. Me levanto poco a poco y empiezo a notar el cansancio que me recorre. Me siento sucio y aún tengo sed y hambre y obviamente, no tengo dinero. Camino un rato hasta llegar a una carretera. Me siento en un banco y cierro mis ojos hasta que siento que una persona está enfrente mía.

—E-eres...¿Un vagabundo?—Oigo que una voz mayor me habla.

Abro mis ojos para verla mejor, es una señora mayor, su pelo es ligeramente blanco por los años que tiene encima y sus curiosos ojos me ven.

—Eh... No señora, estoy, estoy un poco perdido ¿Podría decirme en donde estoy?

La señora se coloca sus lentes y examinándome una cálida sonrisa se pasea en su rostro.

—¡Eres igualito a mi esposo muchacho! Cuando estaba en sus días de juventud, claro —Me tiende la mano—Me llamo Clarisse Foster, un gusto joven.

Le doy la mano, la señora es bastante agradable y se ve honesta.

—Soy Danniel Manthrew, un gusto.

—¡Pero que te ha pasado joven! Te ves muy mal ¿Estás bien pequeño muchacho?—Se sienta al lado mío colocando su diminuto bolso en sus piernas esperando una respuesta.

Sé que no le puedo decir la verdad, llamaría a la policía rápidamente, intento sonar convincente en todo lo que le digo.

—Uhm... Iba caminando para mi casa creo, a decir verdad no sé para donde iba pero estaba muy distraído y creo que me arrolló un auto, a lo que yo quedé inconsciente y pues desperté en el bosque. Lo demás es historia.—Miento.

—Pobre chico y ¿Cuántos años tienes corazón? Me ven sus curiosos ojos verdes.

—17, casi 18 señora Foster—Le digo, esta vez sí con honestidad.

—¡Tienes la misma edad que mi nieta! Bueno, es una niña muy linda y eso no lo digo por que sea mi nieta—Ríe—Ya sabes, los abuelitos y sus ocurrencias.

—Ya veo señora Foster, me alegro de haberla conocido de verdad, pero tengo que... tengo que ver en donde puedo recuperarme y volver a mi estado original—Rasco un poco mi cabeza—Gracias por tan acogedora plática, es usted una señora muy agradable—Me levanto del banco y me doy la vuelta—Hasta luego.

No me deja terminar y toma mi mano jalándome.

—¡Hijo mío! Puedes venir conmigo, hace bastante tiempo que no tengo niños que cuidar, creo que es algo que me gusta—Me sonríe con cierta nostalgia—¿Quisieras venir conmigo hasta que encuentras estabilidad? Corro con tus gastos muchacho, de eso no te preocupes.

Me quedo sorprendido a su repentina propuesta ¿Será este un nuevo comienzo? ¿Será este mi oportunidad de reencontrarme con Ollivia y darle la vida que siempre le prometí?

******

Gracias por leer :3

Destinados Where stories live. Discover now