Evan, un chaval de secundaria, caminaba por el bosque tratando de relajarse debido al estrés de su día a día, pero entonces encuentra un algo raro y decide seguirlo hasta que, misteriosamente, llega a un mundo extraño.
Evan, patidifuso y algo asustado caminó por el bosque a ver si, por casualidad, encontraba civilización. Se encontró de nuevo con esa alma. -¡Tú!- Exclamó Evan acercándose rápidamente hacia ese ser, el cual huía de Evan. Evan, persiguiendo a esa cosa, llegó a un campo de flores bastante extenso, pero se tropezó y cayó por una colinita que había ahí. -¡Wooooaaahhhh!- Gritó Evan al caer inesperadamente. Evan se levantó y miró a su alrededor. -Ugh... anda, pues esto es bonito.- Entonces vio una figura de una mujer a lo lejos de espaldas a Evan. -Anda, hay alguien, le preguntaré donde estoy.- Evan se acercó pero algo lo noqueó.
Al abrir los ojos vio un techo de una casa. -¿uh?- levantó el torso y miró a su alrededor, al mirar hacia su derecha vio a la mujer que estaba antes en el campo de flores, pero de muy cerca, era una chica bastante mona, su ojo visible de color marrón , su otro ojo es tapado por su pelo corto el cual por el lado derecha es naranja y por el otro lado es marrón oscuro, encima de su cabeza le salían dos cuernecitos, su piel era blanca y de porcelana y llevaba un traje maid blanco y negro, en el pelo llevaba un pin con la mascara de aquella alma extraña. Evan se la quedó mirando un rato, entonces reaccionó asustándose un poco. -¿N-No estas un poco muy cerca de mi?- le preguntó Evan. Entonces aquella chica sonrió adorablemente. -...D-Dime, ¿cómo te llamas?- le preguntó Evan. -Mi nombre es Steamko, ¿y el suyo, señor?- Steamko tenía una voz de ángeles, una voz dulce. -Me llamo Evan... Encantado.- Respondió Evan maravillado por tal belleza creada por los dioses. -Por cierto, ¿donde estoy?- Preguntó Evan levantándose de la cama. -Estas en una caseta de reposo, te encontré tirado en un campo de flores y te he llevado aquí, ah, y he sanado tus heridas, ¿has intentado volar o algo? porque parece que te hayas caído del cielo.- Dijo Steamko. -No... mas bien... {Mierda, ¿ahora como le digo que soy de otro mundo? oh, ya se} ...me he caído de un árbol intentando pillar manzanas.- respondió Evan. -Oh, bueno, vayamos a mi casa.- Dijo Steamko inocentemente. -Espera, si soy un desconocido, ¿por que me invitas así como así a tu casa?- le preguntó Evan. -Bueno... no quiero que sufra por lo que está pasando ahora mismo este poblado y Itazu fue quien le encontró y me avisó de que le rescatara cuanto antes.- Le respondió algo seria. -¿Estamos en un poblado? y ¿Quién es Itazu?- Preguntó Evan, entonces, Steamko le agarró de la mano y lo sacó de la caseta. Al salir estaban en un poblado lleno de almas. -Esto es Soul Village, parece estar mas o menos normal, pero todas esas almas que ves son gente muerta en este poblado.- Le dijo Steamko a Evan, un escalofrío le recorrió por todo el cuerpo a Evan. -O-Oh...- Steamko le miró y sonrió. -En fin, no pensemos en eso ahora y vayamos a casa.- Dijo Steamko, Evan la miró y sonrió. Llegaron a la casa de Steamko, que era una mansión. -¿Vives aquí sola?- Preguntó Evan. -No, vivo con Itazu y Tamashi.- Respondió Steamko.
Cuando entraron en la mansión la pequeña alma apareció. -Anda, hola Itazu.- Saludó Steamko. -Un momento... ¡¡¡¡PERO SI TU ERES AQUELLA COSA QUE ME HIZO CAER!!!!- Exclamó Evan. -¿Ya os conocíais?- Preguntó Steamko entre risas al verlos peleándose de forma tan graciosa. -Y tanto, ¡esta cosa me tiro del árbol!- Dijo Evan. -¡Bueh! ¡Al menos déjame disculparme!- Dijo Itazu. Después de las disculpas, Steamko y Evan fueron a una habitación. -Hermosa habitación, pero ya es tarde debería volver a mi casa cuanto antes.- Dijo Evan. -Oh... ¿donde vives?- Preguntó Steamko. -Pues en Japón, en Osaka.- Respondió Evan. -¿Japón? ¿Es acaso un pueblo?- Preguntó Steamko. -No, Japón esta en Asia.- Respondió Evan. -Aquí hay un mapa del mundo, te lo enseñar-- Al ver el mapa del mundo situado en la pared de la habitación, Evan quedó horrorizado al ver que ni Asia, ni demás países estaban, solo estaban otros países con diferentes formas y nombres a los de nuestro mundo. -¿Pasa algo, Evan?- Preguntó Steamko. -...Mi casa no está en este mapa...- Dijo Evan. -Oh... bu-bueno, puedes quedarte aquí a dormir, si quieres.- Dijo Steamko. -Gracias... igualmente, ya es muy tarde, mejor durmamos.- Evan se tumbó en la cama. -Pero antes ha de venir la ama.- Dijo Steamko. Evan se levantó y la miró. -¿Ama? ¿Quien?- Preguntó Evan. -Tamashi, ahora vendrá, ponte bien tu uniforme raro y sal fuera, vamos a recibirla, ¿vale?- Evan asentó y se puso su uniforme y salieron fuera, a lo lejos se acercaba una alma parecida a Itazu, solo que mas alta y un tanto mas creepy. -Ahí esta Tamashi.- Dijo Steamko. -Oh...- Evan quedó sorprendido y estaba algo atemorizado, miró a Steamko y a Itazu y luego a Tamashi, que se iba acercando poco a poco.
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