El comienzo de una promesa

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—Vas a entrar en esa habitación, tomarás una de las camisas blancas que hay en un perchero y te cambiaras inmediatamente ¿Entendido?

Le vi fijamente por unos momentos, restándole con los ojos y él parecía no tener más paciencia para mí. —Más que un modelo, me siento una prostituta— murmure.

—Voy a compensarte después, lo prometo— susurró antes de soltar mi brazo, yéndose.

Apreté los dientes y fui a por ello.

♥♥♥

Roger subastó a todos y cada uno de los modelos, tanto femeninos como masculinos, solo quedaba yo. Su joya dorada. Vi al escenario cuando escuche mi nombre, era mi turno de entrar en aquel pretencioso y peligroso juego.

Desfile por el escenario hasta ponerme al lado de mi jefe, quien lucía satisfecho con los murmullos de la multitud, quizás listos para pujar una insulsa cantidad que no satisfaría la sed de dinero de los altos mandos.

Permanecí estoico, una sonrisa firmemente sujeta en mis labios y una mirada coqueta. Sabía lo que seguía, Roger comenzó el juego y los regordetes dueños de los equipos comenzaron a pujar, más las damas de aquella noche parecían halagadoras al ofrecer cantidades mayores.

Con los ojos fijos en las puertas de cristal del fondo me perdí en mi mente.

—Vendido al caballero del fondo por quinientos mil dólares— esa declaración me hizo volver en mí, impresionado por la cantidad. Principalmente porque no estaban pagando por tener sexo con los modelos, más bien, por una cita de una sola noche. Aunque eso a muchos no les quedaba claro e intentaban adquirir libre acceso al cuerpo de los modelos.

Los murmullos del público se acrecentaron, las exclamaciones lastimosas se dieron lugar y Roger me hizo una seña para que le siguiera, así lo hice.

Avanzamos a través de la multitud hasta llegar a una mesa cerca de la puerta al balcón, una silueta recargada contra la pared y el humo de un cigarrillo contaminando el aire.

Perfecto, un fumador. Fue lo primero que acaparó mi mente, odiaba el tabaco tanto como el usar maquillaje y pararme frente a una cámara.

—Sólo le recuerdo que el tener relaciones sexuales no es parte del contrato, joven Im— puntualizó Roger e inmediatamente me tense. —Si usted está esperando tener suerte con Junior, le va a costar más que un par de copas de vino o dólares, en todo caso.

El hombre salió a la luz y quede con la boca abierta en mi interior, por fuera lucía posiblemente fastidiado. Im JaeBum, el quarterback de los Dragones. Vaya manera de conocer al bastardo pretencioso, siendo su chico juguete por una noche.

—Pague quinientos mil dólares y no puedo tener sexo con él, simplemente maravilloso— gruño Im revolviéndose el cabello. Roger por su parte alzó una ceja, aparentemente encantado con el despotrico de Im.

— ¿De poder? Claro que puede, siempre y cuando sea algo consensual, cosa que el romántico de Junior no creo le permita, amigo mío— Roger dijo, haciendo una pausa y después agrego.— Solo necesita convencerlo, suerte con ello.

Y con eso, Roger se fue. Dejándome a merced de Im.

♥♥♥

Tenía cerca de una hora de estar en la habitación de Im y estaba más asqueado de lo que jamás lo había estado en mi vida. La ira se acrecentaba en mi interior y sabía estaba a punto de estallar.

—Deberías de dejar esa mierda o va a terminar matándote— le recomendé con despreció, realmente me importaba muy poco si Im decidía morir a causa del tabaco.

Lose Yourself  ( Bnior // JJP )Where stories live. Discover now