"Sí"

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Dios te Bendiga:D

"Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;" (1 Pedro 5:8)

El día de hoy fue difícil. Sí, todo parecía ir bien mientras me encontraba en mi momento de ayuno y oración junto a mi Padre. Todo empezó a ir mal cuando salí de mi casa. El enemigo (Dios lo reprenda) no descansa. Siempre está al pendiente buscando a quién devorar.

Es triste cuando con tan sólo una palabra: "sí" le das entrada al pecado. El pecado es como un vampiro, hahahha. Así me lo acabo de imaginar y así se los planteo por aquí. Con tan sólo un sí le das entrada a tu corazón y empieza a adueñarse de todo, sacando de ti cuanto eres.

Sin más preámbulos les contaré lo que pasó en el día de hoy. (es acaso un diario¿)

Mientras me encontraba en el salón de clases, todo iba más o menos bien. Decidí llegar temprano al salón de clases para completar unas clases que me faltaban ya que iban a corregir el cuaderno hoy (sí, aún en la universidad corrigen cuadernos o al menos en la mía¿). Ya luego de unos minutos las personas empezaron a llegar y el curso se inundó de personas.

Y entonces, dentro de esas personas, se encontraba la muchacha que les había comentado antes. ¿No les ha pasado que se les hace más difícil ignorar a una persona que hablarle? Bueno, a mí se me hace difícil. He luchado en mi interior para poder acercarme y hablarle, pero, me da miedito. Ya saben, que vaya y me deje con la palabra en la boca. Aunque, ¿qué más da? Sólo me dejará con la palabra en la boca. Nada más y nada menos.

A ti que me lees si te encuentras pasando por un momento así te quiero decir que ores. ¡ORA MUCHO, EN TODO TIEMPO! ¿OK? DIOS SIEMPRE NOS ESCUCHA Y NOS RESPONDE. (Lucas 18:1-8).

¿En dónde estábamos? ah sí, ya tomé el zapato nuevamente. Luego de que acabó la clase, suelo tomar un aventón de un compañero. Mientras íbamos caminando hacia su vehículo, otro compañero se nos unió. Este último se ofreció a llevarme y, cómo estaba por llover accedí.

Caminamos hasta el auto y me subí. En el camino llega la pregunta del millón.

Si estás esperando un "¿quieres ser mi novia?" estás muy equivocado querido lector.

"¿Quieres ir por un helado?"

Nada malo, ¿eh?

El problema es que no consulté antes a Dios para mostrarle la situación y esperar Su respuesta. Además, estaba 100% segura que Dios no estaba de acuerdo con esto porque:

1) Mi madre no lo sabía.

2) No tenía dinero, el chico pagaría por mi.

3) No busqué a Dios primero.

Pero aunque sabía esto, lo vine a pensar luego de decir que "sí."

Lo peor de todo es que soy de las personas que tiene miedo de hablar. No sé. Me da miedo todo. Incluso decir hola, hahahha. Y por esto no pude decir "déjame aquí, no puedo ir."

Seguro dirás, ¿por qué no llamaste a tu madre? Pues no tenía recargas y para el colmo tenía dos llamadas perdidas de mami -nótese que eran de cuando estaba aún en clases.-

Cuando llegamos al lugar, ¿adivinen quién estaba allí? Gran parte de mis compañeros de clases, incluyendo a la chica que les he comentado en casi cada capítulo.

Esto no podría estar peor.

Pero sí.

Mientras íbamos camino al parqueo, ya que habíamos decidido comer el helado en su auto, me encuentro a nada más y nada menos que a un profesor, quien iba manejando pero parqueó su auto medio a medio sólo para ir a saludarme y decirle al chico "Cuídala, porque sino te las verás conmigo." Bueno, no fueron sus exactas palabras pero sí, eso más o menos quiso dejar dicho.

Dios que oso.

Y todo eso por un estúpido "sí."

Para no aburrirte con tanta lectura lo que quiero decirte es que... ¡DIOS VA PRIMERO! ¡SIEMPRE!

No importa que circunstancia sea, por más grande o pequeña que sea; por insignificante que la creas, llévala en la oración. Nunca vas a cansar a Dios de tu voz. El se goza en la oración de los justos. Querido lector, clama a Dios y echa toda tu ansiedad sobre él,

"porque él tiene cuidado de vosotros." (1 Pedro 5:7).

Confesiones de una Cristiana universitaria (+blog)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora